W E A K N E S S | LUCEMOND

CAPITULO 2

LUCERYS

El olor a humedad es lo primero en reconocer al recobrar la conciencia.
Sintiendo un entumecimiento en los brazos y dolor en los oídos así como la sensación en la garganta de haberse tragado una lija.

Al levantar la cabeza choca contra algo duro que le da de lleno en la parte trasera del cráneo terminando de acostumbrar la vista al  destello de luz, que entra por un espacio del techo despedazado haciendo amago de buscar en donde se encuentra.

¿Es que acaso no morí?

Lo último que recuerda es haberse dejado llevar por la inconsciencia cuando caía de espaldas al agua. Mientras la sangre de su dragón se esparcía por su cuerpo. Azotando con fuerza contra las aguas oscuras del océano.

¿Estoy castigado en el infierno?

¿Aquí comienzo a pagar mis pecados?

Recobrando la conciencia intenta moverse pero se percata de las cadenas que lo tienen aprisionado por ambos brazos extendidos sobre su cabeza.

¿Qué es esto?

—Debo reconocer que me sorprendiste. No te creía lo suficientemente fuerte para regresar de la muerte.

Esta casi seguro que puede sentir sus sangre congelarse.

Podría reconocer esta voz hasta estando muerto.

Lucerys gira el rostro encontrando a su tío reclinado sobre la pared húmeda de piedra en la que se encuentran.

Luce su típica vestimenta verde haciendo orgullo a la casa de su madre junto con el parche de cuero que le cubre la mitad del rostro justo donde esconde ese zafiro azul en consecuencia al ojo que le fue arrancado.

«El ojo que le arrancaste, Luke»

—¿Qué crees que haces?— interroga con voz ronca- ¿Dónde estamos? ¿Por qué estoy aprisionado?— profiere en un alarido de dolor al sentir el escozor de sus muñecas siendo lastimadas por el metal.

Golpea con fuerza los brazos contra la pared haciendo eco al ruido incesante de las cadenas que lo tienen sujeto contra la pared pero nada de eso funciona para liberarse, solo siente la piel aún más lastimada.

—¿QUE ES LO QUE QUIERES IMBECIL?—se escucha así mismo gritar hasta sentir que le sangra la garganta por el esfuerzo.

—Puedes gritar todo lo que quieras Strong. nadie más que Vhagar te escuchará— afirma acercándose a él — Así que puedes dejarte los pulmones hasta escupir sangre. No estamos en el jodido castillo de tu madre donde puedes hacer los berrinches que quieras y ser recompensado.

—¿Acaso tienes idea de lo que hiciste?— objeta mientras se avienta para quedar lo mas cerca de Aemond que le permitan las cadenas- Iniciaste una guerra atacandome en medio del mar como un desquiciado.

—No moriste. Para tu buena suerte, planeo entregarte a tu madre, bajo mis propios términos por supuesto— aclara cruzándose de brazos mirando a Lucerys por debajo de sus ojos por la diferencia de altura.

Lucerys suelta un resoplido de burla mientras le sostiene la mirada al ojo violeta de su tío.

—Perdiste la cabeza si crees  que ella aceptará tus términos, desataste una guerra y ahora solo lloverá fuego sobre tu cabeza y la de los tuyos- expresa en amenaza sosteniendole la mirada.

—No existe nada llamado los míos, trabajo solo y en mis reglas para mi propio beneficio, así que tú eres mi boleto a la corona.

—Prefiero morir como una rata envenenada a serte de utilidad para sobajar a mi madre ante tus delirios de ser rey.