CAPÍTULO 6

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POZO DE LA DONCELLA- TIERRA DE LOS RÍOS 


El clima húmedo recibía a ambos jinetes de dragón en la tierra de los ríos. Mas específicamente pozo de la Doncella.

Su viaje había sido meramente soportable. Era extraño compartir su montura cuando nunca antes lo había hecho o quizás no se veía en la necesidad de hacerlo. En su trayecto se limitaron a estar en silencio solo acompañados por las ráfagas de viento y el oleaje por donde sobre volaban

A mitad del camino (específicamente donde se podía sentir más de cerca el mar abierto) Luke tensaba levemente el cuerpo, así como sujetarse con mayor fuerza de la correa de la montura

Al llegar Lucerys era acomodado en un roble donde Aemond terminaba de dejarlo amarrado rodeándolo desde las rodillas hasta el pecho

—Si antes creía que era extremista. Créeme que ahora lo confirmo.

—Precavido solamente- se defiende cortante terminando su trabajo para volver a encarar a Lucerys que mantiene un ojo cerrado por el golpe de luz que le da de lleno en el rostro

Tiene la nariz y pómulos rojos por la exposición al sol tan directa. Las manchas de sus pecas son tocadas por gotas de sudor perlándole el rostro. (¿Cuántas tendrá en total?) Se ve mínimamente más repuesto por la falta de alimento. Aunque el poder asearse sí que era necesario para su apariencia

—Tu madre no tardará en llegar así que lo diré solo una vez. - le explica observándolo, manteniéndose frente a él para repeler un poco la exposición al sol con su cuerpo. - Yo me reuniré con ella no muy lejos de aquí. Si las cosas van a como quiero podrá verte. Si no entonces tendré que tomar una decisión de qué hacer contigo.

—Espero verdaderamente que te mande al infierno- le recrimina con tranquilidad posando la vista sobre el hombro de Aemond evitando todo tipo de contacto visual

—Reza que no seas así. Ya perdí mucho tiempo contigo así que vives o mueres. No hay punto medio -inquiere con tranquilidad pellizcándole la nariz haciendo que un escalofrió le recorra al cuerpo ante el contacto

Lucerys sacude con brusquedad la cabeza intentando alejar a Aemond de su cuerpo

—Te quedas aquí y nada de estupideces- le ordena seriamente mientras se observan mutuamente

—No es como que tenga opción de poder escapar como podrás darte cuenta- le dice levantando las manos hasta donde la prisión de cuerdas le permite como una demostración de lo obvio

Aemond se limita a soltar una burla ronca para comenzar a alejarse de él. avanzando hacia el otro lado del lugar hasta que se pierde de vista adentrándose a las colinas boscosas

 avanzando hacia el otro lado del lugar hasta que se pierde de vista adentrándose a las colinas boscosas

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DRAGONSTONE 

JACAERYS 


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