W E A K N E S S | LUCEMOND

CAPITULO 9

DRAGONSTONE - ACTUALIDAD

JACAERYS

La bofetada cargada de furia hacia el príncipe consorte hizo eco en la habitación real sobresaltando a todos los que se encontraban en ella.

—¡¿TIENES IDEA DE LO QUE ACABAS DE HACER, DAEMON!?— gritaba con cólera hacia su esposo que reposaba en una silla al fondo de la habitación solo sosteniendo la fría mirada de Rhaenyra frente a el — ¡MI HIJO AHORA TIENE UN PIE EN LA TUMBA POR TU IMPRUDENCIA! ¿QUÉ PENSABAS CUANDO SE TE OCURRIÓ ESTA INFAMIA?

Jacaerys estaba seguro que los llantos infantiles se escuchaban sobre todo el pasillo en dirección a los aposentos de la reina y Daemon. En el cual ahora más de una nodriza intentaba acallar los llantos histéricos de los niños que estaban acomodados sobre la cama de la Reina o al menos uno de ellos mientras el menor se retuerce en los brazos de quien intenta sujetarlo.

Todos dentro de la habitación guardan silencio ante las represarías que estaba enfrentando el príncipe o más bien Jacaerys creía que de no ser por su puesto importante en la guerra y como consorte su madre ya lo habría aventado a las fauces del volcán en la isla.

Los gritos no hacían más que alterar el doble a los infantes que estaban rojos de tanto llanto en el cual Baela y Rhaena intervinieron queriendo ayudar para así las nodrizas salieran de la habitación ante la información que su madre grita a los cuatro vientos.

Su abuela se mantiene al margen de la situación sin intervenir, pero eso no evita que le recrimine a su ex yerno con la mirada endurecida.

Esa mañana justo antes de la primera reunión con el consejo, se había informado que llegó una carga importante para Daemon. Del cual todos no dudaron ni por un segundo que no debía ser nada bueno refiriéndose a su padrastro. Mucho menos tratándose de dos espantosos mercenarios en las puertas de Dragonstone.

Justo cuando todo parecía ir mejor se le fue informado que ahora sus primos menores habían llegado como rehenes al castillo. Su madre ardió en furia al saber lo que había sucedido y peor aún al descubrir el primer plan que se había destinado para los hijos de Helaena.

Los niños fueron trasladados rápidamente a los aposentos en los que hasta ese momento no habían dejado de llorar. Las horas pasaban, pero su familia se mantenía en el mismo lugar bajo las discusiones que se había causa por lo sucedido.

—La idea era que esos dos mocosos acabarán muertos delante de su madre, Rhaenyra. — admite sin remordimiento— En cuanto tú trajiste la noticia de Lucerys siguiendo con vida no pude hacer más que evitar su muerte y ser traídos hasta aquí como rehenes creyendo que así estaríamos justos como lo está Lucerys.

—¡AEGON NISIQUIERA SABE QUE LUCERYS ESTA VIVO, DAEMON. AEMOND QUIERE SACAR A ESA RATA DE MI TRONO PARA USURPARME MIENTRAS USA A MI HIJO! — Arremete con furia

En sus años de vida jamás había visto a su madre tan molesta. Había discusiones en torno a situaciones en las que no estaba del todo de acuerdo con su esposo, pero no a ese grado.

Ahora realmente siente el odio y preocupación que sus gestos delatan con cada momento que pasa.

—Deberías agradecer que siguen vivos—Daemon la mira con fastidio—y no decapitados como se merecían estar.

—Tú me viste hundiéndome en la locura por perder a mi hijo— incrédula pregunta— ¿Y aun así ibas a ser capaz de arrancarle los suyos a Helaena? Tu sobrina y nuestra sangre Daemon.