CAPITULO 11

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DRAGONSTONE

RHAENYRA

El rey Viserys, su padre, siempre le contaba a la joven princesa de los días en que la casa Targaryen se glorificaba en sus días de conquista por los primeros reyes antiguos. Aegon y sus hermanas – esposas. Fueron cada uno pilares importantes en llevar al mapa la glorificación de la antigua Valyria cuando se asentaron en poniente.

En la torre de la biblioteca, la reina observaba hacia la plenitud del océano que la rodeaba sobre la gran isla volcánica en la que sus abanderados avanzaban por una causa que ella comenzaba a creer pérdida.

La situación la tenía sometida de manos ya que su hermano menor la tenía en la lamentable situación de decidirse entre su trono y su hijo. Su consejo quería comérsela viva ante la serenidad que demostraba ante los ataques y avances de sus enemigos por las tierras de la corona. Esa misma mañana dio aviso sobre el levantamiento del bloqueo en el gaznate y más de uno protesto, pero ese era ahora el menor de sus problemas.

Con Daemon fuera y sus sobrinos lejos de casa, la mantenían aún más fuera de sí. La idea de mandarlos con un aliado comenzaba a hacerse espacio en la mesa. No quiere ni imaginar como debe estar el caos en la capital y en la vida de su hijo del que lleva días sin saber por medio de los cuervos de Aemond.

Ambos le pertenecían, pero solo uno de los dos podía volver a ella. El rencor hacia la segunda esposa de su padre no era tan grande como el que comenzaba a sentir por su propio progenitor.

Viserys no debió volver a casarse y ciertamente (y negándose internamente) Daemon tenía razón en ello. Su padre era débil por lo que su consejo se aprovechó hasta más no poder. Otto Hightower encabezaba la lista de personas a las que ejecutaría apenas pusiera un pie en la capital, pero al parecer eso debía esperar.

—Exactamente ¿Qué es lo que quieres?

—No pido más que mi libertad y que me envíen lejos de todos los problemas, podría embarcarme mañana mismo en cualquier barco que me deje del otro lado del continente.

—¿Por qué debería tener esa buena voluntad contigo? Una ejecución rápida es mucho mejor que la pobreza y hambruna que te espera lejos de aquí.

—Traje información valiosa para usted y lo único que pido a cambio es mi libertad y ayuda para irme lejos.

—El problema es— explica tranquilamente caminando detrás de ella muy cerca de si, siguiendo el entorno de su cuello— que esa información a mí no me sirve de nada. Todo lo que me dijiste es algo que ya se.

—Usted es una mujer como yo. Sabe lo crueles que un montón de hombres pueden llegar a ser con alguien como yo a cambio de un simple pasaje. Solo le pido que sea piadosa conmigo.

—No tendré piedad con quien casi hace que maten a unos niños inocentes. ¿Tienes idea de la barbaridad que tú y mi esposo estaban por cometer? — reclama con asco en su tono solo de recordar el destino que tenían para Maelor y Jaehaerys.

—Yo solo seguí órdenes majestad. Mi hogar fue incendiado y yo fui cruelmente maltratada por muchos, así que usted no puede juzgarme cuando solo quería llevarme el pan a la boca.

—Si hubieses pedido mi ayuda en primera instancia, no estarías en esta situación. Apoyaste a los Hightower en mi usurpación así que mejor ve pensando una sola cosa que haga que no te corten la lengua.

Con esa advertencia su guardia da un paso al frente, pero lo frena con un ademan antes de estar más cerca.

El silencio de la habitación es sepulcral. Ninguna de las dos mujeres es capaz de romperlo por lo que Rhaenyra se encamina hacia la entrada de la biblioteca en la que recibió a la susodicha que arribo esta mañana en una embarcación clandestina.

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⏰ Última actualización: Nov 06 ⏰

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