Teharashi Kei, una chica de secundaria que solo quiere defender a sus compañeras de los delincuentes de la zona, termina envuelta en el mundo de las pandillas de Tokio. Al mismo tiempo, Sano Manjiro, el presidente de la Tokio Manji, termina envuelto...
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— Wow... el Invencible Mikey te invitó una pizza y te llevó a pasear en su moto para que dejaras de llorar. — Fusae comentó le aplicaba una mascarilla en el rostro a Chie, la forma en la que lo decía hacía parecer los eventos de la noche anterior como una cita romántica y no como el momento más caótico y sin explicación de la corta vida de Teharashi Kei, lo cual la incomodaba.
Era la mañana del sábado y se encontraban en casa de Fusae, todas aún en pijama pasando el rato mientras Kei contaba con lujo de detalles su encuentro con Mikey, o Manjiro, ahora tenía autorización para llamarlo como quisiera. Más que el chisme del día, debían estar alerta para el supuesto mensaje y planear cómo ir. Aunque Fusae y Chie preferían especular sobre los tintes románticos de la situación, Kei honestamente no lo veía.
— No solo eso. — Chie balbuceó, incapaz de hablar bien por la mascarilla — Intercambiaron números, de seguro te tiene guardada como Kei-chin con un emoticon de corazón.
— ¡Basta! No les vuelvo a contar nada.
Poco le importó a las chicas, explotaron en risitas y burlas, Kei decidió ir al baño a buscar más ligas para sus trenzas, en realidad no quería que vieran su cara sonrojada ¿En realidad sonaba como un escenario romántico? ¿O los mangas shojo le habían derretido las neuronas a sus amigas? Arrodillada frente al gabinete del baño buscaba entre los accesorios de Fusae, ambas tenían el cabello largo; Kei hasta la cintura y su amiga por los muslos. Chie por el contrario, llevaba el cabello rubio hasta los hombros siempre arreglado en dos moños en lo alto de la cabeza. La vibración de su celular en el suelo desvió su atención, un número desconocido la llamaba. Mikey. La reunión. Regresó corriendo donde sus amigas, las tres se reunieron al rededor del celular y Kei apretó la tecla para contestar.
— ¿Hola?
— Hola, Teharashi, habla Draken.— Las tres se miraron entre ellas ¿Quién era Draken? Aquella noche no lograron distinguir a ninguno de los capitanes, tampoco sus nombres.
— Emm ¿Cuál de todos eres?
— Eh, el más alto... tengo un tatuaje de dragón en la cabeza.
— ¡Oh! — todas expresaron al unísono.
— Hoy en la noche nos reuniremos, 7pm en el centro de Shibuya, las esperamos. Adiós.
— Adiós. — respondieron en coro.
Una vez la llamada acabó las tres chicas empezaron a correr, brincar y gritar intentando organizarse para salir. Debían crear un excusa creíble para sus padres, obtener el permiso, pensar que ropa llevarían, en qué bolsos cabían armas pequeñas. Preocupaciones adolescentes.
— ¿Qué es mejor para reunirnos en Shibuya con delincuentes juveniles? — Fusae sostenía varios ganchos con ropa. Hasta ahora solo los habían visto una vez y usando el uniforme escolar. Al final optaron por atuendos lindos, debían convencer a sus padres que irían a Shibuya a ver una película de única función a las 9pm. "Todas las chicas se visten bien para ir a Shibuya", dijo Chie.
