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31 de Diciembre, 7:00 p.m.

"Creo que eso sería todo" dice Draken, cerrando la puerta del frigorífico de la casa de Mikey. "¿No crees que es mucha cerveza?"

"No" responde Mikey a su lado. "Te recuerdo que Pachin casi acaba con todo él solo la semana pasada. Además, es víspera de año nuevo y estoy dado de alta. No sé cuánto tiempo llevo sin probar gota de alcohol"

Y es que, aunque se rehusó a obtener ayuda profesional durante varios años de su vida luego de todo aquello por lo que había pasado y el duelo poco adecuado que le había rendido a la muerte de su hermano, hacía dos años que sus amigos, y en especial Draken, lo convencieron de acudir a algunas consultas psiquiátricas con la promesa de dejarlo en paz si las detestaba.

Por aquel tiempo había aceptado tomar solo sus medicamentos recetados y soportar parte de proceso de adaptación a ellos, en el cual por poco y desiste, pero sí que admitía que una vez que las náuseas se le habían ido y su insomnio comenzó a mejorar, aceptó la recomendación de su doctor de tomar terapia psicológica al mismo tiempo que sus antidepresivos.

Había sido difícil y extenuante. Casi lo abandona un par de veces y las recaídas fueron más duras de lo que se imaginaba, pero lo había logrado. Estaba orgulloso de su proceso, y Draken lo estaba de él.

"De acuerdo, pero aún así creo que deberías tener cuidado"

Mikey levanta una ceja en respuesta. "¿Estás retándome?"

"Estoy diciéndote que tu cuerpo podría no tolerar el alcohol del mismo modo que lo hizo alguna vez. ¿Recuerdas aquella en que dijiste que podías soportar unos tragos mientras aún estabas en tratamiento?"

Claro que lo recuerda.

Había sido hacía poco más de año y medio. Acaban de cambiarle la dosis del medicamento y seguía adaptándose, pero insistió en que podía brindar en la boda de Pachin y que no le pasaría nada.

Sí que le había pasado. En especial porque no se limitó a una sola copa.

Había comenzado a dolerle el estómago, cosa que ignoró por completo bajo el pensamiento de que quizá algún alimento le había caído mal, pero le siguieron mareos que sabía no se debían a la ingesta de alcohol.

Un par de copas nunca habían sido suficientes para ponerlo así. Incluso ponderó la posibilidad de que el alcohol hubiera estado adulterado, pero la descartó de inmediato.

Sabía lo que era estar borracho, y aquello era muy diferente. Estaba consciente de lo que pasaba a su alrededor y a la vez no, igual que aquellas noches en las que su cuerpo le pedía dormir pero era incapaz. Luego le vino la primer arcada y Draken lo había llevado hasta su casa para cuidar de él.

Desde entonces había prometido jamás volver a hacerlo.

"Esta vez será diferente" le asegura. "Quiero estar consciente para el conteo"

"Que digas eso no ayuda en nada"

"Tranquilo" dice Mikey, acercándose a él para engancharse a su brazo y arrastrarlo fuera de la cocina. "No hay gota de alcohol que pueda hacerme olvidar lo que sea que pase esta noche".

have i ever had you? | drakeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora