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1 de Enero, 12:15 p.m.

Chifuyu, Baji y Kazutora fueron los siguientes en irse. Mikey los despidió hasta la puerta junto a Emma, que lo siguió en compañía de su esposo. Según ella, tenía que ir a su departamento por las cosas que necesitaban para pasar el resto del día en casa de su suegra, en Yokohama.

Una vez que se quedan completamente solos, Mikey comienza a sentirse ansioso. ¿Debería hablar con ella? ¿qué le diría?

¿Cómo se lo tomaría?

Se pierde tanto en sus pensamientos que no se da cuenta de la mano que le sacude el brazo, llamándolo.

"Mikey" dice ella, con angustia en el rostro. "Te estaba llamando, ¿estás bien?"

"Emma, yo..." comienza, pero las palabras se le atascan en la garganta y siente los ojos escocerle.

Emma, sin embargo, lo toma de la mano y le dedica una sonrisa cálida.

"Vamos dentro" dice, pero no gira a la izquierda para entrar a la casa, sino que lo dirige a la parte oeste de la propiedad, rumbo a su habitación.

No intercambian palabra en el minuto que tardan en llegar, y Mikey comienza a sospechar que el esposo de Emma no se fue porque la visita a Yokohama fuese algo urgente.

Mikey se obliga a no flaquear en su intención, dispuesto a tomar lo que sea que Emma le diga.

Una vez que están dentro Emma suelta su mano y vaguea por el lugar, deteniéndose en el pequeño mueble que sostiene su televisor. Pasa los dedos por las fotografías que tiene ahí, sonriendo ante unas cuantas. Mikey la observa en silencio y recargado en la puerta, reconociendo todo lo que ha cambiado en ella.

Está ligeramente más alta de lo que estuvo alguna vez, aunque a Mikey le enorgullece decir que sigue siendo más baja que él.

Se quitó el flequillo y su cabello, que alguna vez cuidó con tanta vehemencia, ahora está sobre sus hombros y de un color castaño claro. Su cara se hizo un poco más fina y se le acentuaron las facciones. Sus labios siguen siendo de un bonito color rosado, un par de gafas reposan suavemente sobre su nariz.

Es preciosa. Siempre lo ha sido.

Cualquiera que los hubiera visto antes ni siquiera hubiese dudado de que fueran hermanos, algunos de ellos incluso se habían atrevido a decir que eran gemelos por la forma en que ambos llevaban el cabello largo y rubio, además de tener los ojos grandes y las pestañas gruesas.

Mikey, a diferencia de ella, conservó su tono rubio y se dejó crecer el cabello casi hasta la cintura. Ahora lo cuida todos los meses y se asegura de mantenerlo suave. 

Odia admitirlo, pero que la gente dejara de llamarlos a Emma y a él gemelos ha ayudado con el sentimiento constante de que todo lo que hace y dice es para parecerse a ella.

Mikey sabe qué fotografía está sosteniendo antes de que Emma diga algo.

"Me encanta esta foto" dice ella, y Mikey se acerca para verla a pesar de reconocerla solo por el marco. Emma se la pasa y Mikey le echa una mirada, encontrándose con ellos mismos pero doce años atrás, cuando Mikey aún llevaba a Emma a las reuniones de la ToMan. En ella, Emma está subida sobre la motocicleta de Mikey y él está de pie sobre el pavimento, con los brazos de ella rodeándole los hombros y su mejilla recargada en la cabeza de Mikey. "Draken la tomó" hace una pausa silenciosamente sonora y el estómago de Mikey cae a sus pies. "¿Por qué nunca me lo dijiste?"

"Lo siento" responde en un susurro, pero la voz de Emma no flaquea ni por un momento.

"No es una especie de reclamo ni nada parecido, Mikey. Es solo que... me hubiera gustado saberlo. Muchas cosas serían diferentes de haberlo sabido"

"Ese es el problema, Emma, que las cosas serían diferentes. Y lo serían porque sé que habrías renunciado a él de haberlo sabido, y eso solo me hubiera hecho sentir miserable. Jamás pondría mi felicidad por encima de la tuya. Nunca lo hice y nunca lo haré"

"¿Es por eso que nunca me lo dijiste? ¿porque crees que va a provocar algún sentimiento negativo en mí?" Mikey no responde, lo que la incentiva a seguir. "Yo lo sé desde hace más de lo que crees, Mikey. Y no porque alguien me lo dijera, sino porque eres mi hermano" su voz flaquea al final. "Y-Y quisiera haber podido hacer algo y no haber asumido que ustedes dos estaban bien y que simplemente no querías decírmelo. Nunca creí que yo sería la razón principal de todo lo que te has guardado. Lo siento, Mikey. De verdad que lo siento muchísimo"

Mikey la atrae hacia sí y no recuerda cuándo fue la última vez que la abrazó de esa manera, sintiéndose ambos tan vulnerables. Cuando se separan Emma lleva sus dos manos al rostro de Mikey y le acaricia las mejillas con los pulgares.

Lo siguiente que sale de sus labios no es una pregunta.

"Lo quieres" Mikey cierra los ojos y asiente. Nota las manos de Emma temblar un poco, pero la caricia sigue siendo igual de suave. "Y sé que muy en el fondo sabes que para él es lo mismo, pero te has convencido de todo lo malo que pasaría si te permitieras sentir y de cómo me lo tomaría. Déjame decirte algo entonces, Mikey" las manos le levantan la barbilla y los ojos acuosos de Emma se encuentran con los suyos. "No hay nada en este mundo capaz de hacerme odiarte. Nada. Ningún hombre, viejo sentimiento o mi propia infelicidad. Y eso es porque te quiero y eres lo más importante en mi vida. Así que te pido que no te frenes por mí, porque yo seguí adelante. Encontré a la persona con la que quiero estar el resto de mi vida, y tú también. Lo sé. que lo sabes y que él también lo hace. Si fuera de otra forma no podría verlo en cada reunión y hablar con él como un viejo amigo. Lo hago, sin embargo, y él también. Soy feliz de esa manera, Mikey. Todo lo que quiero en esta vida es que tú también lo seas"

Para cuando las lágrimas escurren silenciosamente de los ojos de Emma, Mikey ya está llorando.

"Lo amo, Emma" su voz sale entrecortada, y Emma lo atrae hacia ella para consolarlo.

"Lo sé".

"N-No era mi intención. No pretendería que las cosas salieran así".

"Está bien, Mikey. De verdad".

"Pero es que–"

"Es que nada, Mikey" lo abraza con más fuerza. "Sé que crees que las cosas van a cambiar para mal, pero te prometo que no lo harán. No cuando jamás, en toda mi vida, he visto tanta añoranza reunida en unos ojos como con los que él te mira. Porque te mira, Mikey. Aunque creas que no lo hace. No te quita los ojos de encima. Sonríe como reflejo cuando te ríes y luego se tapa la boca como un adolescente enamorado que intenta disimular pero falla en el intento. Él te ve, Mikey".

Mikey solo la escucha, dejándose llevar por los sentimientos y la calidez con la que su hermana lo abraza. Se quedan así un rato, hasta que escuchan la voz de Tatsuki llamar a Emma.

"¿De verdad vas a ir a Yokohama? Creí que era una excusa para hablar conmigo".

"Ambas en realidad" dice, separándose de él para dirigirse a la puerta. Mikey la acompaña. "Te llamo luego, ¿de acuerdo?"

Y luego sale de su habitación, dejándolo solo.







have i ever had you? | drakeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora