1.

87 10 3
                                    

1 de Enero, 7:00 a.m.

Mikey se despierta por el estruendoso sonido de una alarma que debió de haber sido apagada. Se frota los ojos mientras un bostezo se apodera de él y termina con un escalofrío que le sube por los brazos y la espalda, pese a que lleva puesta una camiseta de manga larga.

Tarda tres segundos más en darse cuenta que tiene un brazo rodeándole la cintura.

Al principio se asusta y su primer instinto es alejarse, pero luego lo reconoce. A su lado, tratando de incorporarse para tomar su celular de la mesita de noche, está Draken.

Lo observa con detenimiento desde que se pone boca arriba, se talla un poco los ojos y estira la mano para apagar la alarma, que no ha dejado de sonar, hasta que vuelve a recostar la cabeza en la almohada, como si estuviera dispuesto a dormir nuevamente.

Mikey no puede negar que le duele un poco el corazón verlo así, como si despertar a su lado fuese completamente habitual. Y es que ellos ya habían dormido juntos muchas veces en su juventud e incluso en la misma cama, pero hay algo con el transcurso de los años que lo hace parecer diferente.

Dos hombres adultos durmiendo en la misma cama, uno sin playera y el otro sin pantalones (Dios mío santo, ¿¡por qué no tenía puestos los pantalones!?), es extraño.

¿Acaso está sobrepensándolo?

Se pone una mano en el pecho y obliga a su corazón a regular sus latidos.

No pasa nada, hemos sido amigos desde hace mucho tiempo y esto es más que normal. Sí. No es como que aún esté enamorado de él ni nada por el estilo.

A su lado, Draken termina de incorporarse y le dedica una mirada despreocupada.

"Lo siento, olvidé apagar la alarma" dice, ya sentado junto a él, y quizá sea idea de Mikey o quizá no, pero juraría que hay una vibra entre ellos que no había sentido el día anterior. Al menos hasta lo que alcanza a recordar. "¿Estás bien?"

¿Estar bien? Mikey no sabe qué mierda está pasando y la única prueba que tiene de haber pasado la noche entre el alcohol y sus amigos es el ligero dolor que tiene en la cabeza. Para su fortuna, nunca ha sido particularmente propenso a sufrir de resaca.

Gira un poco la cabeza y ve a Draken a los ojos mientras asiente con ligereza "Estoy bien, ¿tú?"

Draken se limita a dedicarle una pequeña sonrisa. Apenas y es un levantamiento de comisuras, pero hace que a Mikey se le acelere el corazón y puede jurar que es capaz de escuchar el sonido que hace al golpear contra su pecho en el momento en que Draken levanta la muñeca y le sostiene parte del rostro, el pulgar acariciándole la mejilla y el resto de sus dedos distribuidos tanto detrás de su oreja como en su cuello.

Mikey se recuesta en el calor que emite la mano del otro consciente de que, ese mismo día por la noche, va a recriminarse por no poner un límite y dejar que las cenizas de sus sentimientos humeen ante el mínimo contacto físico.

Para su sorpresa, Draken no se retira luego de un momento o algo parecido, sino que se inclina hacia a él hasta que sus frentes están juntas. Mikey se paraliza durante un momento y abre mucho los ojos, pero Draken no está devolviéndole la mirada, sino que está mirándolo un poco más abajo, en el espacio que tiene entre la nariz y el mentón.

Lo siguiente que siente es que la mano que tiene en la mejilla hace un recorrido perezoso por su mandíbula, como si fuera a retirarse completamente, pero no lo hace. En lugar de eso, largos dedos ejercen un poco de fuerza en su mentón, levantándole la cara apenas unos centímetros. Mikey siente que su corazón está por salírsele del pecho en el instante en el que el pulgar del otro le recorre el labio inferior.

¿Acaso va a...? No. Imposible.

Draken se inclina un centímetro más.

Mierda.

Mikey siente que ya no puede soportarlo, así que pone sus manos en los hombros de Draken y lo empuja con delicadeza, girando la cabeza hacia el lado contrario para no tener que verlo.

"Ya fue suficiente" dice, y detesta la forma en que su voz suena atascada en su garganta a medida que pronuncia las palabras. "I-Iré a mi habitación a darme una ducha. Puedes alcanzarme en la cocina, necesito un café"

Se arrastra hasta al borde de la cama, negándose a mirar en dirección a Draken. Ocultando el sonrojo en sus mejillas, se dirige hasta su armario para sacar unos pantalones de chándal y ponérselos, ignorando y agradeciendo por partes iguales que la camiseta que lleva puesta (y de la que puede estar seguro que no es suya) le llegue a los muslos y le cubra el trasero.

"Mikey" lo llama Draken, pero este lo ignora. Sube la prenda por sus piernas desnudas y conserva la camiseta a sabiendas que es demasiado grande para él. Escucha a Draken levantarse de la cama. "Mikey, ¿acaso tú no...?" empieza, pero Mikey es más rápido en su camino a la puerta.

"Pondré suficiente café para los dos" lo interrumpe, con la mano en la manija. "Hay algunas camisetas tuyas en la cómoda, por si quieres tomarlas o ducharte antes de bajar"

Y luego sale, ignorando lo mucho que el otro aprieta el puño a su espalda.










gotyaaa, soy una mentirosa de lo peor porque esto debí de haberlo subido y corregido hace casi dos meses. 😭

una disculpa, tenía muchísimo por hacer y me frustraba un poco el formato en el que escribí, pero me decidí por esta opción y estoy muy feliz de volver a publicar algo. 🫂💖

have i ever had you? | drakeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora