Capítulo 3

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Taehyung.

–Hablo en serio, chicos –dije ilusionado a mis amigos– .Creo que le gusto a ese alfa.

Los omegas de la habitación no dejaban de sonreír estando completamente de acuerdo conmigo. A excepción de Yoongi que siempre estaba dispuesto a arruinar mi buen humor.

–¿Eso fue antes o después de haberte lanzado sobre él? –Yoongi levantó una ceja sin apartar su mirada de la revista que leía. Al omega le disgustaba estar junto a los demás por eso prefería sentarse en un rincón.

–¡Yo no me lancé sobre él! –justifiqué. Mi rostro ardió por el enojo.

–No le hagas caso, sabes como es –SeokJin, sentado a mi lado en la cama, frotó mi brazo.

Asentí hacia él dándole la razón justo cuando Felix, uno de los omegas más pequeños, se aproximó en mi dirección con sus ojitos brillando.

–¿Piensas que él es el indicado?

Dije que sí enérgicamente y los diez omegas a mi alrededor chillaron de felicidad.

–Estoy seguro de que se enamorará de mí y querrá llevarme junto a él –afirmé con una sonrisa que resplandecía.

–¡Genial, Taehyung! –Yoongi me felicitó con ironía– .Ya sabes lo que dicen, la décima es la vencida.

Todos le dedicamos una mirada de pocos amigos. Sin dudas, ese omega no tenía ni una gota de esperanza en su cuerpo.

Sin más, me puse de pie y dirigí mis pasos a la ventana, la cual nos deleitaba con una hermosa vista del jardín de Namjoon y más allá, árboles y árboles.

¿Qué se sentiría salir afuera? Caminar y caminar sin tener límites. Sentir el mar contra mis pies, tocar la arena. Seguramente era... emocionante.

Tal vez Yoongi no tenía esperanzas, pero yo sí. Jungkook se enamoraría de mí y me pediría matrimonio, Namjoon no podría negarse y me daría su bendición.

Ese era mi sueño que quizás no sería tan lejano después de todo.

El sonido de la puerta siendo abierta alarmó a todos. Namjoon entró a la habitación con una bandeja repleta de batidos.

–¡Amo! –Lo omegas saludaron a Namjoon al unísono. Algunos lo hicieron con abrazos y otros con besos en la mejilla.

–Hola, hermosuras, ¿listas para un nuevo día?

Namjoon nos entregó a cada uno nuestras respectivas bebidas que teníamos que tomar sin derecho a oponernos. No tenía idea del porqué.

Ya terminadas nuestras bebidas, Namjoon nos avisó que el primer cliente del día llegaría en una hora y no pude evitar emocionarme pensando que podría ser Jungkook.

–¿A quién eligió? –interrogó SeokJin.

Todos sabíamos que antes de ingresar a la mansión, los clientes podían elegir mediante fotografías con quien de nosotros deseaban tener un encuentro sexual.

–Seguramente a Taehyung, la mayoría sólo se fija en él –Felix mostró una mueca de pena.

–No lo creo –dije inseguro aunque por dentro rezaba porque así fuera.

Finalmente, pasada la hora un alfa entró a la habitación seguido por Namjoon y me decepcioné al reconocer al mismo alfa con el que me acostaba todas las semanas.

Bang Chan.

–Supongo que no tengo que preguntar tu elección –Namjoon sonrió y su mirada se posó en mí.

Bang Chan ni siquiera se fijaba en los demás, sólo en mí. Su mirada brillaba con un fuego abrasador y yo aborrecía gustarle tanto.

–Por supuesto que no –respondió el alfa y se aproximó con pasos apresurados hacia mí– ¿Me extrañaste?

No, ni un poco.

–Sí, alfa –mentí.

–Los dejaré solos –Namjoon avisó y ordenó a los omegas que hicieran lo mismo.

La habitación en la que dormíamos consistía de dos pisos con seis camas en cada uno y varias cortinas color rubi que separaban la una de la otra. Y las lámparas rojas que colgaban teñían al lugar de un color demoníaco.

Antes de que mi amo se fuera, me acerqué a el de manera sigilosa por mientras que Bang Chan servía dos copas de vino.

–Namjoon, quería hablarte sobre el cliente que se quedara unos días en la mansión –Jugué nervioso con mis manos.

Él juntó sus cejas desorientado.

–¿Jungkook?

Asentí y relamí mis labios.

–Quería aclararte que no fue su culpa lo que sucedió, yo fui quien lo buscó ayer.

Lo que menos deseaba era que por consecuencia de mis acciones, Jungkook no podría disfrutar de su estadía aquí, ni atender sus deseos sexuales porque seguramente era a eso a lo que había venido.

–Lo sé, Tae, no te preocupes –Namjoon formó una sonrisa de compresión– .Ya hablé con Jungkook.

–Genial –Suspiré sintiéndome aliviado.

–Pero lamento decirte que él no es un cliente –Meneó su cabeza con cierta diversión.

Me congelé por un segundo y sentí que estaba a punto de caerme al suelo.

¿Qué estaba diciendo?

–¿No lo es? ¿Osea que no quiere acostarse con ninguno de nosotros? –Fruncí mi rostro extrañado.

–Probablemente sí, pero jamás podría pagar una noche. Así que no te hagas muchas ilusiones con él.

–Tranquilo, no lo haré –murmuré con un deje de tristeza.

Namjoon se despidió y me dejó para atender a mi cliente habitual. De pronto comencé a sudar y una excitación repentina me sacudió. Me acosté en la cama y Bang Chan atento a mis movimientos se subió sobre mí. Sus manos desataron mi bata y mi desnudez relució ante él. Él no perdió el tiempo y besó desde mi cuello a mis pezones erguidos.

Únicamente su lengua girando en círculos alrededor de mi aureola bastó para que gimiera en su oído desesperado porque me follara de una vez.

–Eres tan sexy, por eso eres mi favorito –Bang Chan sonrió y me besó necesitado antes de hacer caso a mis súplicas e ingresar de una estocada en mi interior.

Pero no sentía que fuera correcto porque aunque mi cuerpo deseaba a cualquier alfa que pudiera satisfacerlo, mi cabeza sólo pensaba en una cosa.

Quería a alguien que me amara.

Y me aseguraría de que Jungkook fuera ese alguien.

Omega Prohibido (KookTae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora