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Dan

Abro mis ojos, me sentía tan cansada que no me di cuenta que me quede dormida.

Tomo mi celular y miro la hora, joder, son las seis. Me levanto de la cama, coloco la maleta arriba de ella y la abro, tomo un vestido amarillo y me dirijo a la ducha. 

Al salir me coloco unos tenis blancos. Tomo la llave de la habitación, la pongo en una cadena así la tendré en mi cuello todo el tiempo y no la perderé de vista. Tomo un bolso de la maleta y guardo mis cosas. 

En el momento que abro la puerta Tara sale de su departamento. 


-Hola- Me saluda- Le dije a mi abuela que el Jet Lag te había cansado.

-Si, un poco para ser sincera.- Respondo.

-Tranquila es normal, a mi me pasa mucho siempre que viajo, bajemos mi abuela debe se seguir abajo.

-Vale.- La sigo por el corredor, entramos al pequeño elevador.

-Espero no se te complique el ingles, los ingleses y los estadounidense usan diferentes maneras de llamar las cosas.

-Lo note al llegar. Pero no me quejo en lo absoluto, siento que es una oportunidad para aprender nuevas cosas.

-Que positiva eres, a mis dieciocho me daba mucha flojera aprender un idioma diferente. 

-¿ Y ahora?-Pregunto.

-Aun me da flojera pero la diferencia es que ahora tengo veinte.- Ríe.- Me gustaría mostrarte el lugar mas tarde, claro si no estas ocupada. 

-De hecho quería saber si no hay algún teléfono para hacer llamadas, el mío murió.- Las puertas del ascensor se abren y salimos.

-Si, en la sala encuentras un teléfono de casa, puedes utilizar ese.- Comienzo a seguirla.- Ahí esta, iré por mi abuela.

Me acerco a la mesa y tomo el teléfono de casa. ¿A quien llamare?

Abro mi bolso y saco la tarjeta que me entrego la señora Ana.

-¿Bueno?- Dice la señora Ana.

-Buenas, tardes. Lamento la molestia, soy yo Danielle, quizás no le interese pero llegue a salvo a mi departamento.

-Dulzura, no me molestas para nada, de hecho ahora mismo estoy con mi hijo, el hombre del que te hable, viajo a Londres por negocios. 

-Me da mucho gusto que este con el- Digo.

-Linda, ven a comer con nosotros, teníamos pensado ir a un restaurante en el centro de la ciudad. - Menciona.- Pasare por ti, solo dime tu dirección.

La pienso un poco, pero después de un poco de insistencia por parte de la señora Ana termino accediendo. 

-Bueno, linda. Llego por ti en treinta minutos, nos vemos- Se despide y cuelga.

Llamo a Talia y le explico la situación ella comprende mi situación y después de hablar un poco con ella cuelgo la llamada. 

-Aquí esta el contrato, revísalo y después puedes entregármelo.

-Mas noche lo observo y le entrego el original.

-¿Saldrás algún lado?- Pregunta Tara.

-Me invitaron a cenar. 

-Oye, linda. No confíes muy rápido en las personas, menos si son desconocidos- Dice la señora Sophie- ¿Al menos sabes su nombre?

-Wilson Torres, ese es su nombre.

Tara quien estaba tomando un vaso de agua, comienza a toser. 

-¿El arquitecto?

Absurda Casualidad. [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora