9.

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habían pasado toda la mañana sancochandose bajo el sol, sintiendo como los nervios los consumían por dentro. trataron de dar su mejor esfuerzo, pero buster por poco y se desmaya al pararse al centro. al terminar suspiraron relajados, consideraron no les salió tan mal como pensaban, pero luego fueron anunciados cómo último lugar. ¿desde cuando se anuncia al último puesto?

para empeorar la situación los organizadores se acercaron a ellos con unas sonrisas, entregándoles unos pines con frases motivadoras. después de esto se escabulleron hacia una esquina, que estaba muy cerca a una especie de feria otaku. era tal la humillación que
soportaron estar allí, a pesar de las quejas iniciales de melodie, quien les comentó tenía fobia a los otakus debido a ciertas experiencias que había pasado. buster dedujo que se trataba de urgidos, no sería nada extraño.

– ¿ya participaron? –preguntó la morocha, apareciendo recién y luciendo desorientada. buster suspiró con alivio, al menos parecía que su mejor amiga no lo había visto humillarse.

– quedamos últimos –respondió la más bajita, tratando de mantener su semblante neutro, se sentía humillada de verdad.

– me hubiese quedado jugando a la wii con fang.

– ¡pero miren el lado bueno, les regalaron unos pines! –trató de animar la morocha al observar a melodie tener uno en su mano. la coreana sin mirarla se lo pasó para que lo pudiese leer–. bueno, no están tan lindos los pines...

– creo que yo ya me voy a mi casa, tengo que ensayar unas cosas para el show de mañana y ver que mi hermana no muera en el intento –habló la menor, poniéndose de pie–. gracias por todo chicos, no hay que volver a hacer esto en nuestras vidas.

– concuerdo –le respondió la más alta. en otro contexto le hubiese respondido algo como "habla por ti" pero realmente haber perdido de tal manera sacó su lado más empatico, no veía a janet como el bodrio que usualmente era.

– no digas eso, janet, tú lo hiciste muy bien. fui yo quien lo arruinó, lo lamento tanto... yo sabía que tú querías el dinero para tu álbum –comenzó a disculparse el pelinaranja, observando a su amiga con pena, aunque ella obviamente no podía darse cuenta por sus lentes.

– fue culpa de todos, buster. busquemos otro hobby y ya –le respondió, recibiendo un asentimiento por parte de melodie.

– bueno, déjame acompañarte, janet, mi casa queda cerca a la tuya –le dijo la morocha, y con eso ambas chicas se retiraron, dejando a buster y melodie solos.

el ambiente rápidamente se tensó.
nunca antes le había hablado a solas, no sabía qué decirle o si debería de quedarse callado realmente.

– ¿tú ya te vas también? –le preguntó, rezando que le respondiera que sí. quería largarse y evitar el incómodo momento, pero le daba pena dejarle solita allí.

– me obligaron a esperar a mi hermano, mi mamá no quería que me regrese sola. si sabes que no es necesario que me esperes, ¿verdad?

– lo sé, pero me daría pena dejarte solita después de esa humillación.

– de verdad, puedes irte –volvió a hablar, comenzando a sonar insistente. buster no entendía el porqué hasta que vio a un chico de aspecto extraño acercarse a ellos.

– hola, simia, ya vámonos que tengo cosas que hacer –saludó el extraño, acercándose a la chica para revolver su cabello de manera poco cuidadosa.

– ¡suéltame, tonto! –reclamaba mientras trataba de quitar su mano, pero él puso todo su peso sobre ella.

buster rápidamente lo entendió, le daba vergüenza su hermano. no la juzgaba, a él solía darle roche la suya también, aunque ya había quedado en el pasado. la edad le había ayudado a bea a ser más normal.

club penguin ❞ bustangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora