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Ay, el amor. Fang llegó a su hogar dando saltitos, sin sentirse cansado, cuando usualmente se pasaba todo el camino quejándose de la distancia de su hogar hasta la escuela.

Entró con una sonrisa al restaurante del primer piso, saludando a su madre y haciéndose el que no escuchó que necesitaban ayuda con los platos. Corriendo subió las escaleras hasta su departamento, se quitó sus zapatillas y encerró en su cuarto. El olor a arroz chaufa todo el día era molesto, pero poco le importaba en aquel momento, al menos hasta que se dió cuenta que su computadora no estaba con cable.

Tuvo que volver a ponerse los zapatos y bajar, para encontrase nuevamente con su madre.

– Mamá, ¿y el cable de mi computadora?

– Se lo llevó tu padre al trabajo. ¿Estás libre? Ayúdame a limpiar las mesas.

Puta madre.

– Ay, es que tengo que investigar para una tarea. ¿Me prestas sencillo para ir a la cabina?

– Espero que ahora sí vayas a hacer tu tarea –dijo la mujer mientras sacaba de su bolsillo unas monedas y se las entregaba a su hijo.

– ¿Cuándo te he mentido?

– ¿Quieres que enumere todas las veces acaso?

– Mejor no, tengo muuucho que estudiar –respondió con una sonrisa nerviosa.

– Bueno, pero no demores tanto, tienes una cita hoy.

– ¿Cita de qué?

– Es una sorpresita –le respondió sonriendo, escondiendo sus ojos.

Fang tragó en seco.
Sabía que solo habían dos posibles finales; que le llevase a vacunarse o a cortarse el pelo. Ninguna opción era buena.

– Trataré de no demorar, mami. Acabo de recordar que también tengo que ir a la biblioteca...

Después de pagar, de más para su gusto, tomó asiento en su computadora favorita, la de la esquina izquierda

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Después de pagar, de más para su gusto, tomó asiento en su computadora favorita, la de la esquina izquierda.

La prendió e inició sesión en su cuenta, comenzando su espera por el pingüino verde.

Comenzó a tardar mucho, le dio tiempo para competir muchas veces en el cardjitsu y decorar su iglú.

Realmente llegó a tirar la toalla, pensando que el Sherk no aparecería, pero igual se quedaría allí porque no quería ir al doctor o a la peluquería.

Se encontraba ubicando un sofá en su iglú cuando en eso entró el verde en este.

"ola bb, perdón por tardar eske andaba con una amiga" dijo el pixelito.

¿Acaso todos andaban con amiguitas ahora?

"y ke hacían o ke" le respondió.

"aprendíamos un bailecito, conoces catallena?"

fang no sabía que chucha era eso, pero si su noviecito lo bailaba debía de ser lindo.

"igual me conecte solo por ti, mañana tengo examen pero preferí venir a verte" volvió a escribir el verde, todo un romeo.

"de ke es tu examen miamor??"

"mate, soi muy malo:("

"si kieres yo te enseño, siempre ayudo a mi amigo monsesaso"

"de verdad???"

Y así fue que su cita romántica terminó en una extraña clase matemática por club penguin.

No fue como lo esperaba, pero al menos supo que lo suyo con sherk no era falso, y por parte del verde, aprobaría matemática.

El chino terminó regresando a su casa a eso de las diez de la noche, su madre lo recibió con insultos en mandarín mientras que el trataba de ocultar una sonrisa.

Había estado con el amor de su vida, y se salvó de un corte de pelo o inyección.

club penguin ❞ bustangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora