11.

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era realmente extraño, por más emocionado que estuviese por conocer a sherk, sentía tanto como los nervios le carcomían, atacando principalmente su pobre estómago. se moría de ganas por verle, ¿por qué debía de estar tan nervioso?

la semana pasó de manera contradictoria, lenta y rápida a la vez. sentía los días más ligeros debido a que tenía un propósito aquella semana, pero también los sentía lentos porque debía de esperar hasta que acabase para cumplirlo, pero lo logró.

el esperado día ya había llegado después de tanta espera y se encontraba aguardando por el sonido del timbre final. cada un par de minutos giraba para ver el reloj, esperando sorprenderse, pero nada, aún faltaba demasiado.

comenzó a cuestionarse nuevamente el qué haría cuando se vieran, qué temas de conversación podría sacar.

"¿sabias que la frase de victoria de ryu en street fighter dos está mal traducida?"

"¿sabías que en un mes voy a dar mi examen para cinta negra?"

"¿sabías que el joker está inspirando en alex?"

aquella última era buena, se la había la había contado buster hacia un tiempo pero le sería útil para verse como alguien culto con respecto a la película como sherk. aunque, quizás era demasiado repetitivo con su "sabías que", no quería que el chico lo considerase aburrido.

– ¿fang, hoy haremos algo? –le preguntó el emo detrás suyo, pinchandole el hombro con un lápiz. por fin sacándolo de aquel revoltijo que eran sus pensamientos más nerviosos.

– perdón, estoy ocupado hoy.

– ¿ocupado tú?

fang iba a enojarse con él por su comentario, puesto a que quien no tocaba pasto era edgar, pero el timbre se compadeció por fin de él y sonó, haciéndole pararse de un salto de su carpeta para guardar, o más bien tirar, todo dentro de su mochila.
edgar tan solo lo observaba extrañado desde su sitio. si bien era viernes su emoción ya era demasiada.

– ¿qué tienes que hacer que estás tan emocionado?

– tengo una cita –le respondió orgulloso, mientras terminaba de guardar todo para colocarse la mochila en sus hombros y comenzar a subir la silla.

– ¿cita? –preguntó con extrañes, incrédulo– ¿con quien?

– queti –le respondió tranquilamente, para luego comenzar a caminar hacia afuera del salón.

su andar era rápido y lucía ameno, pero dentro de su cabeza seguía cuestionándose acerca de cómo debía o no de actuar cuando vea a su noviecito.

solo le quedaban cuatro horas para alistarse, debía de ser rápido.

apenas el pelirrojo escuchó el último timbre se despidió de su amiga con la que compartía carpeta, encaminándose hacia el salón de su amigo

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apenas el pelirrojo escuchó el último timbre se despidió de su amiga con la que compartía carpeta, encaminándose hacia el salón de su amigo. solían salir todos los viernes así que ya conocía dónde le tocaba a las últimas horas, siempre era él quien le iba a buscar.

quería aclarar ya las cosas con él, disculparse si es que era necesario. aunque no supiese el porqué, lo haría. no quería perder a su mejor amigo por algo que ni siquiera él comprendía, ¿por qué fang se había alejado tan de repente? debía de solucionarlo, jamás se podría perdonar el perderle. pero cuando llegó al salón, él ya no estaba allí.

busco más de una vez entre las pocas personas que quedaban, pensando en un inicio que quizás había visto mal. fang siempre se demoraba en guardar sus cosas, ¿por qué no estaba allí?
edgar aún se encontraba, deberían de estar molestándose mientras veía que debía de llevarse, pero no, así que tan solo se acercó al emo en busca de ayuda.

– edgar –llamó mientras se acercaba a este por detrás, quien solo le devolvió la mirada como saludo. algo confundido, el pelirrojo no solía hablarle a menos que se encontrase presente el asiático– ¿y fang?

– se fue muy rápido, me dijo que tenía una cita.

por alguna extraña razón, aquella pequeña oración se sintió como mil dagas siendo clavadas en su corazón, sintió como este dejó de latir por unos segundos, quedándose helado.

aquello dolió, sintió aquella herida que consideró ya cicatrizada abrirse nuevamente, ser expuesta.

se supone que todo ya había quedado en el pasado, ya había superado aquella tonta confusión, ¿por qué dolía?

– ¿con quién? –fue lo único que atinó a preguntar. quería saberlo mínimo, pero al mismo tiempo no. sabía que si se enteraba dolería más.

– pues no lo sé, no me quiso decir.

– oh, está bien gracias. ya me tengo que ir, ten un bonito fin de semana –dijo mientras comenzaba a caminar, pero cuando a penas puso un pie fuera del salón el emo le grito.

– ¡espera! ¿podrías presentarme a draco?

– ¿a draco? –le preguntó extrañado, aunque realmente no esperó respuesta– otro día, de verdad estoy ocupado hoy, ya me tengo que ir –. mentira, nomás no quería quebrarse frente suyo, ya sentía su respiración agitarse.

– está bien, bustangas. será otro día, cuídate.

y por fin el pecoso se logró ir, aunque no logró apartar aquellos pensamientos y emociones de sí durante todo el camino a su hogar, ni al llegar a esta. ¿por qué tenía que volver a recaer allí? se supone que había dejado todo esto atrás hace mucho, que la herida estaba completamente enmendada, pero, al parecer, tan solo le había puesto curita encima.

trató no ceder ante la humedad que se hacía presente en sus ojos hasta que llegó a su habitación, donde se quebró por un rato, no tanto como antes. al fin y al cabo, él también tenía una motivación aquel día, así que se sonó los mocos, limpio las lágrimas y volvió a salir de su hogar en busca de algo.


no se olviden de tener presente la segunda línea de la descripción de la historia 👩‍❤️‍💋‍👩

más tarde corrijo los errores pq me dio sueño, gracias por leer

pd: voten por buster reportera en el supercellmake

club penguin ❞ bustangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora