|𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 007| ᵗʰᵉ ᵇⁱʳᵗʰᵈᵃʸ ᵒᶠ ᵈᵉᵃᵗʰ

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Llego Octubre y un frio humedo se extendió por los campos y penetro en el castillo. La señora Pomfrey, la enfermera, estaba atareadisima debido a una repentina epidemia de catarro entre profesores y alumnos. Su poción pimentonica tenía efectos instantáneos, aunque dejaba al que la tomaba echando humo por las orejas durante varias horas. Como Ginny tenía mal aspecto, Percy le insistió hasta que la probó. El vapor que le salía de debajo del pelo producía la impresión de que toda su cabeza estaba ardiendo.

Gotas de lluvia del tamaño de balas repicaron contra las ventanas del castillo durante días y días; el nivel del lago subió, los arriates de flores se transformaron en arroyos de agua sucia y las calabazas de Hagrid adquirieron el tamaño de cobertizos. El entusiasmo de Oliver, sin embargo, no se enfrió, y por este motivo Daella y Harry, a última hora de una tormentosa tarde de sábado, cuando faltaban pocos días para Halloween, se encontraban volviendo a la torre de Gryffindor, calados hasta los huesos y salpicados de barro.

Aunque no hubiera habido ni lluvia ni viento, aquella sesión de entrenamiento tampoco habría sido agradable. Fred y George, que espiaban al equipo de Slytherin, habían comprobado por sí mismos la velocidad de las nuevas Nimbus 2.001. Dijeron que lo único que podían describir del juego del equipo de Slytherin era que los jugadores cruzaban el aire como centellas y no se les veía de tan rápido como volaban.

Daella y Harry caminaban por el corredor desierto con los pies mojados, cuando se encontraron a alguien que parecía tan preocupados como ellos. Nick Casi Decapitado, el fantasma de la torre de Gryffindor, miraba por una ventana, murmurando para sí: "No cumplo con las características... Un centímetro... Si eso..."

- Hola, Nick.- Dijo Harry.

- Hola, hola.- Respondió Nick Casi Decapitado, dando un respingo y mirando alrededor. Llevaba un sombrero de plumas muy elegante sobre su largo pelo ondulado, y una túnica con gorguera, que disimulaba el hecho de que su cuello estaba casi completamente seccionado. Tenía la piel pálida como el humo, y a través de él Daella podía ver el cielo oscuro y la lluvia torrencial del exterior.

- Parecéis preocupados, jóvenes Potter y Targaryen.- Dijo Nick, plegando una carta transparente mientras hablaba, y metiéndosela bajo el jabón.

- Harry, Ser Nicolás, yo me iré a la sala común.- Dijo Daella mirando a ambos.- Estoy empapada, y lo que me faltaba era resfriarme.

- Por supuesto, joven Targaryen. Tenga cuidado, Filch esta rondando por los pasillos y no está de muy buen humor.

Daella asintió, y sé despidió de ambos. Se dirigió a la sala común, y justo cuando llegó, vio que Hermione y Ron estaban en la sala común, pero no se detuvo ni a saludarlos. Se dirigió directamente a su habitación para ducharse y ponerse ropa cómoda y caliente.

- ¿Un cumpleaños de muerte?- Dijo Daella confundida

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- ¿Un cumpleaños de muerte?- Dijo Daella confundida.

Daella había bajado un rato después, y Harry ya estaba allí esperando que la Targaryen bajará para contarles lo que había hablado con Nick.

𝐃𝐀𝐄𝐋𝐋𝐀 𝐓𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐘𝐄𝐍 𝐘 𝐋𝐀 𝐂𝐀𝐌𝐀𝐑𝐀 𝐃𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora