|𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 001| ᵗʰᵉ ᵇᵘʳʳᵒʷ

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Harry Potter estaba muerto.

Hermione y Daella se habían estado hablando todo el verano. Se enviaban unas cuatro cartas a la semana. La Targaryen tenía una pila de cartas y cajas de dulces muggles que su amiga le había enviado.

Ron, en cambio, no le escribía tanto, una carta a la semana. Fred también le había enviado unas cuantas cartas.

Pero Harry... ni una maldita carta. Daella le había enviado cartas todas la semanas, incluso le había enviado más de dos en el mismo día; y no había contestado ni una.

- ¿Por qué mi sobrina tiene ese mirada de querer matar a alguien?- Dijo una voz. Daella saco la vista de su cuaderno de dibujos, en donde estaba haciendo el castillo de Hogwarts.

Cuando Daella vio quien estaba delante de ella, inmediatamente sonrió y dejó el lápiz a un lado.

- Hola, tío Kol.- Kol solo sonrió y se acerco a su sobrina. Se sento a su lado y se quedo mirando el dibujo que estaba haciendo anteriormente.

- Y bien... ¿quién merece la mirada de Daella Targaryen cuando va a matar a alguien?

Daella dio un suspiro y cerró su cuaderno de dibujos.

- Harry...

- ¿El chico Potter?

- Si... verás, es mi mejor amigo y me prometió que me iba a escribir y han pasado dos meses. ¡Y no he recibido nada!

- Daella...

- Se qué he sido un poco insistente y pesada, pero creo que me merezco aunque sea una carta.

- Daella...

- Pero ya viste a sus tíos y a su primo. Seguro que lo tienen escondido en el sótano, y sé están matando de hambre...

- Daella respira.- Dijo Kol riéndose un poco.- Muy bien, es tu mejor amigo, y no haría eso. Tendrá alguna excusa, ¿no crees?

- Si... Harry no haría eso.- Dijo Daella.

- Exacto. En algún momento te responderá. Pero tienes que estar tranquila.

- Estoy tranquila... Casi.- Dijo Daella poniendo cara seria.

Tío y sobrina se quedaron mirando unos segundos, para luego empezar a reírse a carcajadas.

Minutos después, cuando ya se habían calmado, Kol le dio un beso en la frente a su sobrina y se dirigió a la puerta. Antes de salir se dio la vuelta y miró a Daella.

- Ey, Enana... ¿Te digo un secreto?- Daella asintió.- Tu eres, y siempre serás... mi sobrina favorita.

Kol le guiño un ojo y salió de ahí, cerrando la puerta detrás de el, y dejando a Daella con una sonrisa de felicidad.

Daella no había tenido padre, o no lo recordaba. Pero sus tíos se encargaron de hacer el papel de padres, para ella y para su hermana. Daella quería a todos sus tíos, pero su tío Kol... eran más como hermanos, se podían pasar horas solo riendo de tonterías.

Y eso a Daella le encantaba.

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𝐃𝐀𝐄𝐋𝐋𝐀 𝐓𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐘𝐄𝐍 𝐘 𝐋𝐀 𝐂𝐀𝐌𝐀𝐑𝐀 𝐃𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora