Pirotecnia

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Entre saxofón y notas
me vestí con la certeza
de sabernos pirotecnia.

Recordando nuestra mezcla,
perfecta, sí
minerales y sales...
y todo.

Todo lo que se necesita
para saber brillar
de cualquier color,
para ser arcoíris,
de esos que permanecen
hasta con la lluvia puesta
y las nubes. Las nubes,
por donde no estorben.

Mecha y tubo,
salida...
pólvora.
Todo lo teníamos.
Arte para cruzar pupilas.
Luz para alumbrar temores.
Aroma para volver a casa.
Todo.

Sabíamos prender el cielo,
romper el viento,
mantenernos con la humedad correcta
y si los gradientes se nos disparaban,
evaporar,
exhalar,
como suspiros.

Retumbar los pisos
con las ventanas bien cerradas.
A veces.

Sabíamos estremecer los truenos
y los ruiseñores hasta el tono,
y de los colibríes;
pues su vuelo, fugaz.

Fuego de independencia
con bombos de platino,
y hasta los espectadores
los traíamos de encanto,
y no fallamos,
cuando fallamos.

Dejamos todo el acto en escena,
de lo que nos esperaron
ni la alegría.

Pues así es la pirotecnia
a veces arde sin chispas
y otras...
en otras solo calla.

Luces ApagadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora