El demonio de Hogwarts

Capítulo 9.

Tanya el Demonio de Hogwarts, Capítulo 9.

Decir que Tanya estaba abrumada por cómo se había desarrollado todo en las últimas 2 semanas era un eufemismo, la teoría del caos y el efecto mariposa parecían insignificantes ante los acontecimientos recientes. Nadie sabía, y nadie sabría, cómo se habían conectado todas las piezas para llegar a este punto. Sin embargo, había un principio, una base clara.

Millicent Bullstrode, ella fue el comienzo, ella fue la primera en suplicar a Tanya, entre lágrimas, un poco de su conocimiento y poder, Tanya, de alguna manera, se vio reflejada en Millicent, aunque no podía recordar por qué. Aceptó y, haciendo uso de magias que apenas conocía por lecturas rápidas, realizó lo que solo podía describirse como un oscuro y elaborado hechizo ritual en una criatura viva.

Afortunadamente o desafortunadamente, el ritual funcionó. Millicent Bullstrode, una de las peores brujas de su clase, empezó a sobresalir no solo académicamente, sino también en la parte práctica. dónde antes había una niña que en todo el horario de clases apenas podía sacar chispas de su varita para realizar el más simple de los encantamientos, ahora había una verdadera bruja, dispuesta a desplegar su magia con esfuerzo y mucho sudor, pero logrando resultados sobresalientes.

Los secretos en Hogwarts no son secretos por mucho tiempo, la sorprendente nueva habilidad de Bullstrode para la magia planteo preguntas en más de uno, pero fue con uno de sus amigos de infancia, un estudiante mayor de ascendencia mestiza que hizo que Millicent se sincerara.

Al principio, parecía solo un rumor, una anécdota, como tantas cosas en la vida. No fue un valiente el primero en cruzar el puente, tampoco alguien de gran fortuna o posición. Fue un simple estudiante de ascendencia mestiza y de humilde familia quien le suplicó, rogó e imploró a Tanya por la oportunidad de ser el primero en formar parte de lo que luego sería considerado el culto a la dama oscura.

Thomas Strode, un estudiante de origen mestizo, pertenecía a una rama secundaria de una familia de magos que nunca alcanzó la prosperidad desde su inicio. Su vida se desarrolló en las sombras, siempre sometido y relegado a un segundo plano desde el momento en que llegó a Hogwarts, y más específicamente, a la casa Slytherin.Muchos como él se vieron forzados a convertirse en meros sirvientes de la alta clase, dedicados a llevar sus pertenencias, limpiar sus utensilios, hacer sus tareas y servirles como asistentes, todo por supuesto sin su consentimiento. entonces cuando Strode escuchó un rumor, una conversación entre una estudiante de primer año y un estudiante de su clase llamó su atención, donde la niña le reveló que de la noche a la mañana había adquirido más poder del que jamás hubiera imaginado, un poder que superaba con creces a cualquier sangre pura. Una vez que la niña terminó de hablar con su compañero de clase, Thomas la abordó y logró obtener la verdad a través de amenazas.

Entonces un día, mientras Tanya regresaba de su clase de astrología en la noche, Thomas Strode, un estudiante mayor, la detuvo y le solicitó amablemente que lo acompañara. Pronto se encontraron en un lugar apartado, un rincón oscuro y profundo de las mazmorras. Movido por la desesperación, el estudiante se inclinó ante Tanya, postrándose a sus pies, y suplicó humildemente misericordia. Prometió, jurando por su propia magia, que si Tanya le otorgaba el poder del que había oído hablar, el poder para liberarse de las cadenas impuestas por los sangre pura, él estaría a su servicio como su fiel sirviente de por vida.

Una vez más, Tanya cedió, sin comprender por qué, al trato del estudiante, y juntos se dirigieron a un aula abandonada en las mazmorras. Allí, el estudiante de Slytherin se recostó sobre un par de mesas y se despojó de la mayoría de sus prendas, mientras Tanya transfiguraba una caja de cerillas en afiladas agujas. Después de completar los preparativos más fundamentales, el proceso dio inicio. Así, entre las sombras y la protección de la noche, en lo más recóndito de las mazmorras, resonaron gritos desgarradores que provenían de un joven estudiante en agonía.