Capítulo 5.

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Tanya el Demonio de Hogwarts, Capítulo 5.

Dumbledore, un hombre con más de un siglo de experiencia y un veterano de guerra, era difícil de sorprender. Nadie llegaba a su posición sin estar preparado para cualquier eventualidad. Por eso, cuando estaba en el gran comedor con los demás profesores y aún no aparecía ningún alumno, sintió una leve preocupación. Sin embargo, la desvió rápidamente, pensando que podría haber ocurrido un pequeño imprevisto. Pero cuando las puertas del comedor estallaron hacia adentro, a manos del amable gigante Hagrid, su sorpresa fue tan evidente que casi se le caen los lentes. Hagrid, sudoroso y con el rostro enrojecido por el esfuerzo, había logrado dejar perplejo a Dumbledore.

"Hombres lobo, seguidores de aquel cuyo nombre no debe ser nombrado, asaltaron el Expreso de Hogwarts. Hay estudiantes heridos, muchos de ellos, pero afortunadamente ninguno ha perdido la vida. Vine tan rápido como pude y Harry es quien se encuentra en peores condiciones, apenas sobreviviendo."

La expresión de incredulidad y sorpresa de los profesores, junto con sus gritos indignados, fueron silenciados por la figura imponente del profesor Dumbledore. Se levantó lentamente de su asiento y sacó un caramelo de limón de su bolsillo, dirigiéndolo a su boca con elegancia. Sin embargo, no fue su acción lo que logró que los profesores recapacitaran. No fue un grito de autoridad, ni una demostración grandilocuente de magia, ni siquiera un hechizo imposible. Fue poder, un poder puro y brutal. Relámpagos, rayos y chispas azules surcaban a lo largo de su anciano cuerpo, pero él permaneció imperturbable ante las emociones que causaba en los demás profesores. Mientras todos ellos se sentían paralizados por tal inmenso poder, como si tuvieran que cargar con el peso del océano en sus hombros, el director saboreaba su dulce. Parecía que se ahogaban en la pesadez del aire, que se había convertido repentinamente en ozono. Cuando finalmente el director terminó con su dulce, habló.

"Madame Rolanda Hooch, por favor, reúna todas las escobas disponibles y llévelas al andén. Debemos trasladar a todos los estudiantes que podamos a la enfermería. Subdirectora McGonagall, necesito que se comunique con San Mungo y les informe de nuestra situación de guerra. Requerimos de todo el personal disponible que puedan proporcionar. Madam Sprout y Severus, como profesores, aunque no sean expertos sabios en el arte de sanar, necesito que se dirijan al Expreso y estabilicen a todos los estudiantes que puedan hasta que lleguen los refuerzos de San Mungo. Hagrid, por favor, llévate al joven Harry a la enfermería."

"Y usted, señor director, ¿qué acción piensa tomar?"

"Lamentablemente, Minerva, estoy limitado en mis acciones en este momento. Si Voldemort conserva algo de su astucia habitual, no intentará nada irreflexivo mientras yo esté aquí. Por ello, debo mantener esta posición hasta que pase lo peor. Sin embargo, enviaré cartas a viejos conocidos y miembros del ministerio. Si mis sospechas son correctas, es crucial reactivar la Orden."

Horas más tarde, aurores, funcionarios del ministerio, san mungo y selectos trabajadores del profeta estaban recopilando testimonios de diversos estudiantes para redactar un informe y revelar al mundo lo sucedido. Lamentablemente, Dumbledore discordaba con la versión proporcionada por los estudiantes, la cual había oído apenas en pequeñas partes. Según estos, el tren fue abordado por despiadados hombres lobo sedientos de sangre que buscaban acabar con la vida de los estudiantes, mientras otros afirmaban que su objetivo era capturar a Potter.

Albus lanzó hechizos sobre el expreso confirmando sus sospechas: las comunicaciones estaban bloqueadas, así como las apariciones desde y hacia el expreso de Hogwarts. Alguien con la capacidad mágica y recursos necesarios para realizar tal bloqueo no encajaba con el perfil de los perpetradores, los hombres lobo. Para Albus, un hombre lobo no era naturalmente un monstruo, solo se transformaba en una criatura descerebrada sedienta de sangre una vez al mes. Después de todo, había quienes, no limitados a una vez al mes, eran criaturas descerebradas o monstruos sedientos de sangre.

El demonio de HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora