El Reino de los Ecos perdidos.

I - El Secreto del Bosque.

Antes de que mi vida se convirtiera en una serie de aventuras y misterios, era simplemente Amara, una joven con una pasión inusitada por la magia y un talento especial para tropezar con sus propios pies.

Mi vida en la ciudad moderna era bastante predecible: trabajo de oficina durante la semana, y los fines de semana, me sumergía en el mundo de la alquimia y los hechizos. Mis amigos solían bromear que tenía una habilidad sorprendente para perderme en tiendas de antigüedades y frascos de pociones más que en una conversación normal. Y la verdad, no podían estar más en lo cierto.

Mis días transcurrían entre el constante zumbido de notificaciones del móvil y la búsqueda de ingredientes raros en mercados locales. Mi pequeño apartamento estaba lleno de frascos con pociones que ni siquiera sabía si funcionarían o me convertirían en una especie de monstruo a mitad de camino. Cada vez que intentaba hacer una poción nueva, mis vecinos me miraban como si estuviera lanzando hechizos de transformación en el pasillo.

El gran evento de la semana era mi visita a la tienda de antigüedades, donde la dueña, una mujer encantadora con un amor por los objetos extraños, me vendía todo tipo de ingredientes y grimorios antiguos. A menudo me encontraba tratando de convencerla de que sí, en realidad necesitaba ese cuerno de unicornio para mi té de la tarde. Mis intentos de convencerla de que el polvo de hada era esencial para mejorar mi café matutino solo la hacían reír.

Una mañana, mientras revisaba un antiguo grimorio que había encontrado en una venta de garaje, tropecé con una receta de poción que prometía cambiar la realidad de manera inmediata.

El grimorio hablaba de la Poción del Portal Dimensional, un elixir capaz de explorar mundos alternativos, acceder a información oculta y recuperar objetos perdidos en dimensiones distintas. La idea de una poción que pudiera alterar la realidad y descubrir secretos escondidos era demasiado atractiva como para ignorarla.

La lista de ingredientes era una mezcla de lo exótico y lo imposible: Raíz de Temporis, Plumas de Fénix del Crepúsculo, Esencia de Ojo de Dragón, Cristales de Prisma del Destino, Polvo de Luna Negra y Sombra de Fantasma Errante. La última parte de la lista, "Encuentrame en lugares ocultos y misteriosos", me pareció especialmente enigmática, y la promesa de una poción tan poderosa me impulsó a actuar.

Con mi canasta de mimbre llena de frascos vacíos y una lista de ingredientes que parecía más un deseo imposible que una simple lista de compras, decidí aventurarme al bosque cercano en busca de los ingredientes.

La realidad, como suele suceder en mis aventuras, fue un poco más caótica de lo que había planeado. El bosque estaba en calma, una calma inquietante que me hizo sentir más sola de lo que estaba acostumbrada. El suelo estaba cubierto de hojas secas y ramas caídas, y el sol se filtraba a través de las copas de los árboles, creando patrones de luz y sombra que parecían bailar a mis pies. A medida que me adentraba más en el bosque, el ambiente se volvía cada vez más enigmático.

Los árboles, altos y retorcidos, parecían susurrar entre sí con una voz que no lograba comprender, y el aire estaba impregnado de un aroma a tierra húmeda y musgo. Cada paso era una mezcla de expectativa y nerviosismo.

Tropecé con raíces ocultas bajo la capa de hojas, y una vez, casi caigo al suelo cuando una rama me golpeó en la cabeza. Miré alrededor, tratando de orientarme, y me di cuenta de que el bosque no sólo era más grande de lo que había imaginado, sino que también parecía tener un carácter propio.

Las sombras de los árboles se movían como si estuvieran vivas, y los rayos de sol se filtraban a través de las hojas con un resplandor dorado que daba al lugar un aire de magia y misterio.

Finalmente, después de una búsqueda extenuante, comencé a encontrar algunos de los ingredientes que necesitaba. En un rincón apartado del bosque, tropecé con una Raíz de Temporis, un tubérculo oscuro con un aroma terroso y profundo que parecía estar esperando a ser descubierto.