Dilema

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—Ya tus padres vienen para acá —confesó clavando su mirada en mí. Comienzo a creer que la madre no es tan bondadosa.

—Que vengan, para decirles todas sus verdades —afirmé con altanería, estaba molesta por no poder salir de ahí.

—Baja tu altanería, Zhoy —dijo la madre golpeando fuerte su escritorio con una mano. Le volví la mirada colocando los ojos en blanco, me quedé sentada con los brazos cruzados; Después de tanto tiempo era normal que explotara.

Pasaron varios minutos hasta que mis queridos padres aparecieron, mi madre llegó mirándome de mala manera, supongo que estaba molesta. Ah, mi papá le brillaron los ojos al verme, él entiende lo que yo quiero y me apoya. Lástima que en sus manos no esté sacarme de este lugar.

—Aquí estamos madre —dijo mi mamá mirándome de reojo —¿Qué sucede con Zhoy ahora? —añadió sentándose a mi lado sin siquiera saludarme, creo que ni le importé.

—Hija, cuánto has crecido —confesó mi padre con cara de alegría, dándome un fuerte abrazo; Él me mostraba más afecto que mi madre, entiendo que ella me quiera a su manera pero eso a veces suele dolerme.

—Señora Newman, todos estos años su hija no ha dado problemas —confesó la madre mirándome —Esta vez, junto con Sara estaban llorando en el balcón porque no quieren estar aquí y anhelan ir a la universidad; Pero ambas son menores de edad —añadió con voz molesta. La última parte la dijo de forma sarcástica.

—Por ningún motivo ella dejará el convento —afirmó mi madre. Al decirlo volteó a verme y giré la mirada hacia donde estaba papá, no quería verla; No entiendo cuál es su empeño en que yo esté toda mi vida aquí, acaso no me quiere en su casa o en su vida?

—Yo puedo elegir por mí misma —confesé mirando a la madre —Además, dentro de tres meses cumplo la mayoría de edad por si no lo recuerdan. —añadí con los ojos llorosos, no quería seguir estando donde no quiero; deseo solo poder ser yo misma.

—Igual te vas a ...

—No, cuando ella cumpla los dieciocho podrá decidir lo que quiere hacer con su vida. —dijo papá interrumpiendo por completo lo que intentaba decir mamá. Al ver, mi madre no estaba tan contenta con lo que había dicho papá, le molestaba la idea de que papá la contra dijera. Pero a mí me hacía feliz, solo quería ser libre.

Me sacaron de la oficina mientras seguían hablando de no sé qué. Entonces busqué a Sara que estaba en el balcón del segundo piso y le conté todo, con puntos y detalles.

—Yo no me quiero quedar —dijo Sara con carita tierna después de haberle contado todo. Era de esperarse que se quisiera ir conmigo, lo bueno era que ella cumplía años en un mes; o sea, primero que yo.

—Nos iremos juntas, es un trato —dije estrechándole la mano, no pensaba dejarla ahí.

—Trato —dijo Sara tomando mi mano; Una vez hecho eso, no podía romper mi promesa.

Luego de eso, bajamos para despedir a mis padres; Mi mamá estaba molesta conmigo por cómo me he comportado, y está bien. Pero igual siento que ella podría darme su apoyo.

—Cuídate hija, pronto vendré por ti —confesó papá dándome un beso en la frente mientras me abrazaba. Estaba completamente segura de que lo que dijo es cierto y va a volver por mí.

—Por tu culpa ella es como es —dijo mamá haciendo que papá me soltara —La apoyas en todo —añadió furiosa. Porque ella era así conmigo, yo no le he hecho absolutamente nada.

—Disculpa que me entrometa, pero por usted no la hemos podido disciplinar —dijo la madre a mi papá haciéndolo sentir culpable de algo que ellas dos no entienden.

A la madre superiora la comprendo, la pobre no tiene hijos y no tiene ni idea de cómo es escuchar a quien nació de ti; pero mi madre debería entenderlo perfectamente, ¡pero no! Aquí el que escucha con atención es papá. Esto me hace sentir molesta como si no le importara a nadie, a veces pienso "¿para qué me trajeron al mundo si no iba a poder ser feliz?". Entonces, de la nada comencé a llorar, por más que no quería, las lágrimas se apoderaron de mí.

—Les digo algo a las dos para que entiendan: el rol de papá no solamente es velar por la comodidad del bebé, también es apoyarlo en lo que lo haga feliz. Y eso es lo que estoy haciendo —dijo papá dejándolas boquiabiertas con tan hermosas palabras. —Además, yo no voy a dejar sola a mi hija —añadió jalándome hacia él, me sentí protegida.

—¿Qué haría sin ti, papá? —confesé llorando al mismo tiempo. Estaba triste por cómo era mi mamá conmigo. Pero por otro lado, me alegraba tener a papá.

—¡Vámonos! —dijo papá señalando la salida para que mamá saliera —Te amo hoy —añadió despidiéndose de mí.

Le sonreí.

****

Al despertar, seguía la misma rutina, pero hoy era diferente, ya que tocaba en parejas llevarles comida a los niños de la casa hogar. Por supuesto, me tocó hacer pareja con Sara.

—¡Vamos! Aquí dice que nos tocó ir a dos edificios después de la universidad —dijo Sara leyendo un papel que estaba pegado en el comedor del convento.

Salimos del convento y nos dirigimos hacia allá, aprovechando que era de las pocas veces que se nos permitía salir. Al hacerlo, pasamos por todo el frente de la universidad. Para nuestra suerte, había muchos estudiantes afuera, aunque hubiéramos querido que no hubiera nadie, pero bueno.

—Miren a las monjitas —decían entre carcajadas al vernos pasar.

—¿Qué esconden debajo de todo eso? —preguntaban con miradas pervertidas.

Luego de ese momento incómodo, apuramos el paso para llegar a nuestro destino. Entramos a la casa hogar, la cual estaba repleta de niños que se alegraron al vernos. Entregamos la comida, nos despedimos e inmediatamente dimos vuelta para regresar al convento sin tener que ver a los universitarios de hace un rato. Gracias a Dios estaban dentro.

—Eso fue tan incómodo, ¿verdad Sara? —dije al llegar al convento. En ese momento pensaba en no volver a salir, no quería escuchar más comentarios como esos. Entonces, me puse a pensar si así sería cuando fuera a la universidad. Aunque no me importa, eso lo voy a superar porque no pienso renunciar a lo que quiero.

—Sí, lo fue —afirmó Sara— Aunque en medio de eso, un chico se me quedó mirando fijamente; entonces le sonreí —añadió poniéndose roja como un tomate. ¿Será que se había enamorado a primera vista? No lo creo.

10 Razones por las que me enamoré de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora