Terraria: El Último Viaje.

Buscando la mision

"Esto es..."

"Polvo purificador." Confirmo la Druida, declarando con su lenguaje corporal que la bolsa me pertenecía ahora. "Con esto podrás liberar pequeñas partes de la Corrupción, no tiene la fuerza suficiente como para ser una solución permanente, pero debe de darte el espacio que necesitas para abrirte paso por la Corrupción para enfrentarte a la Serpiente."

"Entonces, una vez derrotada la Serpiente, ¿regresare a casa?" Pregunte definitivamente, la gran duda respecto a mi propósito en ese lugar, si podía terminar todo esto enfrentándome a solo un jefe.

"Desafortunadamente no estoy segura, no sé si la muerte de la Serpiente sea lo único que se interpone entre tu y la libertad, ¿porque no intentas, además de derrotar a aquel ser, deshacerte de la Corrupción?" Se levanto para darme la espalda, mientras una "puerta" se generaba en la corteza del árbol, señal de que, desde su perspectiva, nuestra conversación había terminado. "Mis estimaciones son que un 30% del mundo se encuentra corrompido. Intentare preparar más polvo purificador, pero no es sencillo de hacer, así que utilizalo con sabiduría."

"Bueno, creo que lo primero es prepararme para enfrentarme a la Serpiente Devoradora." Dije levantándome yo mismo, tomando la bolsa de polvo para mi inventario.

*****

La 'base' había sido transformada nuevamente, comprobando mi teoría que, al menos Kevin, tenia habilidades de construcción. Aunque decirle base sería un insulto para el guía: Ahora no estaba solo una casa simple de madera, sino que era acompañado por otro edificio un poco más grande, con una base de piedra acomodada a la perfección entre sus piezas, con paredes de madera labrada y un techo firme tapado con paja, diría que eran al menos tres pisos de altura, y seguramente con al menos 6 habitaciones.

La necesidad de las habitaciones extra no se hicieron esperar para aparecer.

"¿Es él?" Un hombre con ropa de lana, cubierto por completo de ¿tierra? ¿carbón? Y un casco gastado de algo que estoy casi seguro era metal. "Bueno dejame saludarte por primera vez, es un placer encontrarme con el diligente de este agradable desarrollo."

No espero a que levantara mi mano, sino que con la suya libre tomo la mía para estrecharla en un fuerte apretón de manos que me dolió tanto por la fuerza como lo áspero de sus palmas.

"Hijo, tienes manos suaves, eh, bueno, nadie es perfecto estos días." Dijo riéndose, sin soltar mi mano del fuerte apretón. "El nombre es Gimli, soy demolisionista, eso quiere decir que si tienes un problema, yo tengo acceso al solucionador de problemas." Dijo esto mientras sacaba de entre su overol una barra de, lo que estoy seguro, era dinamita con su mecha encendida.

La mano de Kevin apareció de repente, rodeándome hasta que su pulgar e indice pudieron pellizcar la punta de la mecha de aquel artefacto.

"Jajaja, señor Gimli, creo que ya habíamos hablado sobre tener dinamita activa cerca del pueblo... evitemos esa clase de situaciones." Rio el guía con nerviosismo, parecía que mientras yo me enfrentaba a los enemigos de la corrupción, él tenia sus propios problemas que solucionar. "Es más, ¿porque no sigue trabajando en aquel agujero en lo que yo preparo a nuestro anfitrión de su llegada?"

"Buena idea hijo, un hombre que valga el lodo en sus botas y los callos en sus manos no debe de tener un solo momento de tranquilidad." Respondió dándome un ademan de despedida y sacando más barras de explosivos con una sonrisa.

"Llevo desde que llego evitando que encienda esas cosas cerca de otros," Me confeso en un tono derrotado. "Aunque es más amigable de estar alrededor que Darius y menos incomodo que con Veronica."

"¿Veronica?" Repetí en voz alta, adivinando más o menos el rol del primer nombre considerando mi estado actual. Pero el nombre de aquella chica no me resultaba familiar, y no había ningún rol femenino que pensara que pudiera cumplir.