Terraria: El Último Viaje.

La cueva 1.

Fue cuando llevaba dos vetas de metal que me di cuenta de algo: No tengo ni un poco de conocimiento en herrería; de momento todo indicaba que simplemente podría preguntarle a Kevin sobre cómo usar algo y qué hacer con ese algo, inclusive parecía capaz de hacer pequeñas reparaciones a las construcciones, pero ¿sería capaz de ayudarme a forjar algo con este metal? Las pepitas se acumulaban en mi bolsa, sin separarse, formando un volumen único aparte de la madera y la masa de tierra que también cargaba.

¿Cómo aprendía cosas realmente? Recordé la mesa de trabajo, como en el momento de tenerla frente a mi pude solamente 'saber' cómo hacer determinadas cosas con la madera y los recursos que tenía a la mano, ¿sería así con el resto de cosas por hacer? No sabía muy bien que pensar, tampoco era como si tuviera un plan para hacer las cosas, solamente creía que debía de hacer algo, seguir una estructura en base a mi idea del juego.

Pero eso traía consigo sus propios problemas: Llegar, hacer un refugio, obtener recursos, mejorar el equipamiento, que lleguen otros NPC's, avanzar en los niveles del mapa. Hasta el momento había algunas reglas que eran diferentes con respecto al juego, parecía que había diferentes tipos de slime, ¿que hay de los zombies? ¿los esqueletos? Eso sin mencionar lo que estaba "ahí abajo".

No sabía que tan grande era la curva de dificultad y no me apetecía probarla, menos considerando que no sabía si podría "respawnear" en este mundo. Toda la situación era confusa para mi, las reglas de este mundo, yo mismo, pero tenía que generar un plan, algo que en algún momento me esclarezca la mente y pueda volver a casa.

Esos eran mis pensamientos hasta que el pico tocó algo diferente, ya no era la dureza del metal, ni la suavidad de la tierra o el impacto con la piedra, era algo que se hundía con relativa facilidad. La pócima luminosa había perdido su efecto hace bastante tiempo, así que estaba realmente a oscuras, saqué una antorcha para iluminar débilmente mi visión para encontrarme con una sorpresa: madera.

Fui inmediatamente a las reglas del juego, ¿en qué lugar puedo encontrar madera en las cuevas? La respuesta hizo que sonriera, y fue eso lo que me dio la energía para comenzar a romper la madera en ese lugar. Muy pronto me encontré atravesando los tablones hacia un hueco, mismo que estaba haciendo más grande con el pico, no me di cuenta sino hasta mucho después que esa madera no se "añadía" a mi inventario, y que parecía podrida o encaminada hacia eso.

Una vez que hubo suficiente espacio como para que mi cuerpo entrara active uno de los palitos luminosos que había encontrado en alguna vasija y lo deje caer, haciendo que la tenue luz verde cayera hasta el suelo, calculando la altura, salté, sabiendo que no me haría daño. No fue hasta que escuche el crujir del suelo que pensé acerca de la fragilidad del suelo, afortunadamente, no parecía que cedería.

La habitación era justo lo que me imaginaba: Construida completamente con madera, llena de polvo y sin ninguna especie de orificio para que la luz entrara, parecería imposible que hubiera sido construida en primer lugar, pero ahí estaba. No destacaba mucho, con la antorcha podía iluminarla relativamente bien.

Había algunos muebles que hace mucho habían caído por el tiempo, unas estanterías con el contenido vació o en el suelo, lo más interesante que pude ver es una librería, de donde saqué el libro blanco en el que escribo, además de algo impresionante: un libro ya escrito.

En el juego es imposible escribir libros, la lectura generalmente se limita a señales que uno mismo construye, pero esto, esto era un libro con sus primeras páginas grabadas. Aunque a primera vista el abecedario parecía indescifrable para mi una vez que me acostumbre y con algo más cerca a la flama, pude comenzar a 'leer' lo que ahí estaba.

El texto comenzaba de la siguiente forma:

Finalmente, después de varios meses, es momento de tomar acción. Las personas han estado trabajando todo este tiempo, reuniendo recursos, fabricando, haciendo todo esto posible, armándonos para el enfrentamiento final. El Gremio sabe lo que debe de hacerse, es la única forma en que podamos ganar pero aún con la preparación, aún con las posibilidades, existe inseguridad debido a la traición.