Capitulo 5 | 𝕃𝕒 𝕓𝕠𝕕𝕒

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Cuando Logan despertó lo primero que hizo fue sonreír, la mayoría de sus sueños se trataban de despertar aun lado de Mia, la acercó mas a el y la abrazo por la cintura, pero entonces la sintió demasiado real, su piel cálida el aroma de su cabello y sus labios, demasiado detallado para nunca haberlos visto tan de cerca.

No estaba soñando.

Entro en pánico, se había quedado dormido en la lasa de los Gilmore, estaba abrazando a la chica de sus sueños, escucho como alguien bajaba las escaleras y rápidamente se alejo de Mia dejándole la colcha encima y acurrucándose lo mas lejos que pudo de ella.

— No es necesario que hagas eso, Logan, los he visto cuando baje en la mañana

Volteo a ver el reloj, las 10 de la mañana, el señor Gilmore se levantaba a las 5, definitivamente los había visto.

— Lo lamento — se aclaro la garganta — Yo no me di cuenta y...

— Nada que lamentar, pero creo que deberías de irte.

Logan se quedo pálido, la había cagado, por dios, se había quedado dormido con Mia y la había abrasado. No se arrepentía pero ahora tenia que enfrentar las consecuencias y seguramente estas tenían que ver con perder su empleo y quien sabe que mas.

— Tu madre te esta esperando para las sesión de fotos, ya llamo cinco veces.

Claro, el día de la boda, su mama quería tomar unas fotos temprano con todos vestidos.

— Lamento que viera eso de verdad, no volverá a pasar.

El señor Gilmore sonrió.

— Al menos no delante de mi — le extendió la mano y le entrego una fotografía instantánea — Supuse que te gustaría

Mia y Logan dormidos y abrasados, se puso rojo de la vergüenza, pero tenia razón le habia encantado.

— Muchas gracias de verdad — el teléfono de la casa volvió a sonar — Me tengo que ir señor, pero nos vemos en la noche.

Salió corriendo dejando a Mia bien tapada y a Carlos con una sonrisa.


Mia estaba relajada, el spa le había caído de maravilla, inclusive sus dedos se sentían como nuevos, estuvo descansando en los camastros de la alberca, bueno, descansando y pensando en Logan, nunca se había sentido atraída hacia una persona, hacia salido con alguien cuando asistió a Chilton pero solo había sido para experimentar, cada uno estaba lidiando con sus problemas y cosas, prácticamente solo se hacían compañía.

Su madre la saco de sus pensamientos en donde recordaba una y otra ves al chico, le informo que ya era hora de cambiarse para la iglesia. Mia estaba decidida a vivir totalmente la experiencia de las bodas, así que se cambio y se arreglo usando un vestido amarillo que su madre le había elegido. Inclusive estuvo lista entes que sus padres.

Esperaba en la banca acojinada para irse cuado el teléfono de su estudio sonó, eso no era nada bueno.

Con pesar se dirigió a su habitación y contesto.

Era el director de la orquesta, borracho. Siempre antes de cada temporada se ponía tan nervioso que empezaba a tomar y a presionar a todos para que el espectáculo saliera perfecto, los dejaba hasta la madrugada practicando una y otra vez.

— Miaaaaaa...¿Como vamos con las practicas? — si ese hombre tenia una cualidad era que aun estando ebrio hablaba a la perfección — Me dijeron que no fuiste al estudio.

Porque cuando la temporada se acercaba todos los días iba a ensayar aunque fuera fin de semana.

— Ya sabe, reuniones obligatorias de mi madre, mañana iré —su director conocía perfectamente las reuniones de la señora Gilmore, primero porque había asistido a algunas de ellas y segundo, las únicas veces que había faltado o se fue antes de los ensayo era para asistir.

𝕃𝕒 𝕞𝕖𝕝𝕠𝕕𝕚𝕒 | Logan HuntzbergerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora