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CAP 10

Era de noche, demasiado tarde y la semana estaba empezando. Lucia se despertó a mitad de la noche toda traspirada, mirando a todos lados paranoica algo cansada.

Se sentía mal, sus ojos pensaban y tenía demasiada fiebre, sudor cayendo de su frente. Se puso de pie como pudo, pateando el plato con el polvo blanco que horas antes había aspirado. Se rasco la cabeza y se dirigió al baño, mojandose la frente.

Las cosas habían avanzado, muchísimo más de lo que le gustaría, a la vez había empeorado, todo se había ido a la mierda. Carlos se habla ido, sinceramente no sabía a dónde, únicamente sabía que era un club. El hermano de Danilo habia muerto en un tiroteo, y todo el barrio estaba en la mierda, lleno de tiroteos.

Al quedarse ella con Danilo, el chico la "arrastró" a su mundo. Cuando el probó por primera vez la droga, Lucia también lo hizo, y ambos cayeron juntos, desahogandose en las drogas. No tenían una relación seria, pero los dos se amaban, como nunca antes habian amado a alguien.

El Uru había cumplido años, y allí fue cuando los dos se pelearon. Sabía que no podía reclamar, pero ese día estaba bastante fumado, y ella sin aguantarlo se fue, dejandolo bastante molesto, y luego de eso no se volvieron a hablar, ni siquiera con Carlos.

Ya no iba a la escuela, ya no era esa misma chica. Su pelo negro y desordenado y abajo de sus ojos siempre encontrabas ojeras. Sus claros ahora eran decorados con algo rojo, y su mandíbula algo salida.

Sus días eran todos iguales, se despertaba y fingía ir al colegio, cuando en realidad no lo hacía y se paseaba por el barrio con su musculosa y la mini falda que solía usar, ni siquiera se preocupaba por cepillarse el pelo.

Se peleaba con su padre muchas veces, ya no le importaba visitar a su hermanito ni a nadie, solamente caminaba por zonas ya recorridas del barrio.

Sus pinturas ya no eran en papeles y con pinceles, si no en su piel con la navaja de un sacapuntas. Danilo la había descubierto, y se había enojado bastante, aún se recuerda ese dia con claridad.

— ¡¿Que haces, pelotuda?! — Grito el joven agarrando su brazo con sangre. — ¡¿Vos te querés matar?!.

Lu no pudo contestar, simplemente agachó su mirada, sintiendo que el la juzgaba. Pero a la vez sentía bronca, ira, ¿que le importaba a el si se mataba o no? ¿que? ¿acaso le importaba lo suficiente?.

— ¡Responde cuando te hablo, Lucia! — le volvio a gritar. Sus ojos no solo estaban rojos por la droga ni el porro, si no también por la ira. — ¡¿Vos te querés matar?! ¡¿Que carajo te pasa por la cabeza?.

— ¡Soltame, pelotudo! — le gritó, ahora ella lo hizo. Cómo pudo se safo de su agarre bruscamente. — ¡¿Que carajo te importa lo que hago yo?! ¡Si me quiero morir, déjame!

Acto seguido, el Uru rápidamente la agarro de las muñecas, haciendo que suelte la navaja y que caiga al suelo.

— ¿Por qué te haces esto?

— ¿Que te importa? ¿desde cuándo te importo? — le respondió intentando alejarlo, causando que el apreté sus muñecas más fuerte.

— ¡Siempre me importaste, Lucia, siempre! ¡¿Que no entendés eso?! — dijo mientras la veía a los ojos, los de la chica ya algo aguados.

— ¡Sos un mentiroso de mierda, solamente te importa vos y tus drogas de mierda! — escupió con bronca. — ¡Soltame y andate! ¡No te quiero acá!

Luego de eso, los siguientes minutos se la pasaron gritando, hasta que el logro calmarla, ahora ambos duermiendo. Pero Lu no podia. Con la cabeza recostada en su pecho, aún miraba sus cicatrices.

¿Esto es lo que quería para ella? ¿Ser una dreogaticta y depresiva? No, no lo querían. pero no sabia cómo salir de ahi, se sentía en un barranco. Tenía miedo de decirle a Danilo que no quería drogarse más, ¿que pasa si no la acepta? Y lo mismo con su padre, sabía que no le podía decir algo, ¿que pasaba si la juzgaba?, ¿si la abandonaba? ¿o si la mandaba lejos? ¿quizás con su madre? ¿si no la ayudaba? O peor, ¿si se enojaba tanto que le hacía daño?

Salió del baño y camino hacía la habitación de su padre, el cual no estaba en casa por temas de trabajo. Se quedó en el lumbral de la puerta, con la mirada perdida, ya sientiendose algo mejor.

El sueño la invadía, pero tenía una sensación rara, como si algo pasaría, algo malo, muy malo. O quizás solo estaba loca. Tomo la segunda opción, y aún siendo de casi madrugada,  se dirigió a su cuarto y tomo el plato que había allí.

Millones de veces lo había escondiendo, se sentía mal por hacerlo, y por no poder pedir ayuda por miedo a ser juzgada, porque quizás no le den importancia, pirque claro, es una villa, el noventa porciento se drogaba.

Camino hasta la cocina y tiro todo el polvo sobrante en el tacho de basura, agarrando unas servilletas y tirandolas arriba para disimular, luego lavo el plato y se sentó con la espalda contra la heladera, sin saber que hacer.

Se puso de pie yendo al baño, en dónde se miro al espejo por unos minutos. No le gustaba lo que veía, claro que no. Su piel más pálida de lo normal, no era ella, estaba muerta por dentro. Si vista se fijó en el botiquín, tomándolo y abriendolo, para así encontrar las pastillas para dormir que usaba cuando era mas chica.

Abrió el recipiente y lo vertió en su mano, asegurándose de que aún le queden algunas. Se miro al espejo una vez más, suspirando y luchando consigo misma para tomar una decisión. Está no era su vida. Quizás otra si, pero está no. Pero no podía hacerlo, no tenía el valor de hacerlo.

Guardo las pastillas y rápidamente se dirigió a su habitación , sentándose en su escritorio y empezando a escribir algo, hasta que una piedra golpeó contra su ventana, haciendo que se rápidamente se ponga de pie.

Al asomarse por la ventana, sus ojos brillaron. Era Danilo, sonriéndole, pero ese mal presentimiento volvió a ella.

Lo obvserbo algo impactada, había desaparecido por unos días, lo estaban buscando en el barrio, y ahora estaba allí, frente a su edificio esperándola.

Rápidamente Lu se calzó y se puso un abrigo, bajando las escaleras del edificio solo para verlo, y al tenerlo en frente se preocupo por el. Su estado, estaba peor que ella, una venda en su cachete y su campera roja manchada de sangre, además de su aspecto horrible. Pero aún conservaba esa hermosa sonrisa suya, esa sonrisa que la volvía loca, en cualquier estado que estuviera.

— ¿Que haces acá...? — pregunto sin poder creer que estaba delante de ella.

— Vine para despedirme.




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@ME

holi jijijiji, ¡no me maten, please!

Solo digo que se acerca el final de la historia, creen teorías de que creen que va a pasar!

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⏰ Última actualización: Jul 27 ⏰

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¿𝐐𝘶𝘦 𝘰𝘯𝘥𝘢?, ¿𝐂ó𝘮𝘰 𝘦𝘴𝘵á𝘴? - Danilo Sánchez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora