Capítulo 16

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Camila (TheCheecheeAndChanchoShow)

¿Es normal que me tiemblen las piernas? ¿Es normal que me suden las manos? ¿Es normal que me sienta mareada? ¿Es normal que quiera vomitar? ¿Es normal que quiera hacer pipí?

Ya he besado a Lauren antes, pero Ally me está colocando es una situación bastante complicada.

¡Tengo que besarla durante diez minutos encerrada en mi habitación!

Estoy hiperventilando.

Por supuesto, aceptamos, pues de no hacerlo tendría que correr desnuda por todo el vecindario y no quiero eso.

Me veo en la obligación de sacrificar mis labios para mantener intacta mi imagen.

Subo a mi habitación junto a Lauren, quien no se ve tan nerviosa como yo, y permito que Ally, Dinah y Normani nos encierren usando la llave.

Ya lo saben, si se incendia la casa y morimos porque no conseguimos salir de acá es todo culpa de la monja.

— ¡Suerte! —Grita Ally, y luego las escucho bajar corriendo por las escaleras.

Es entonces cuando Lauren y yo nos miramos.

No sé por qué estoy tan nerviosa. Ya la he besado antes...

Tal vez es porque estamos solas en mi habitación y ella se ve increíblemente sexy con esa chaqueta y esos pantalones que realzan su trasero perfecto que cualquier persona se sentiría agradecida de tocar.

Lauren Jauregui, siéntate en mi cara.

— ¿Entonces...? —Dice Lauren.

— ¿Entonces qué?

— ¿Nos besamos?

— Si quieres —Le respondo mientras me encojo en hombros, pero la verdad es que al mirar sus labios me he dado cuenta de que estoy increíblemente desesperada.

¿Quién no desea un beso con Lauren Jauregui?

— ¿Segura, Camz?

— Segura.

Y ella no parece pensarlo más, pues antes de que pueda darme cuenta me ha colocado contra la puerta y ha inmovilizado mis manos sobre mi cabeza.

— ¿Qué haces?

— Si vamos a besarnos, vamos a hacerlo bien...

Y luego de esto siento sus labios sobre los míos, robándome el aliento.

Su beso es mágico, tan mágico que no encuentro forma de describirlo. El punto es que me marea, me enloquece, y quiero cada vez más y más de ella.

No poder tocarla es una tortura. Ahora mismo desearía enredar mis manos en su cabello y acercarla más a mí, pero su agarre continua siendo firme y siento que, poco a poco, me está volviendo loca.

Ella se separa un poco para que podamos recuperar el aire, y acto seguido vuelve a acercar su boca, besándome mucho más intensamente que antes.

— Mierda —Gimo contra su boca.

El beso está encendiendo chispas en mi interior. El fuego comienza a propagarse. Me estoy quemando por dentro... Y no quiero que esto se termine nunca.

Me gusta la forma en la que muerde mi labio inferior de vez en cuando, y también lo que su lengua jugando con la mía me hace sentir.

— Déjame tocarte —Suplico, y ella accede.

En cuanto mis manos se liberan una se dirige a su cuello para profundizar aún más este beso que me hace sentir calor, y la otra va a su mejilla, la cual acaricio.

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