Capítulo 34

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Camila (TheCheecheeAndChanchoShow)

Juro que si Dinah me ha llamado por algo insignificante voy a matarla.

¡He tenido que impedirle a Señor Perro dormir su siesta luego de la atareada tarde de compras con mi madre y ahora se ve realmente enojado! ¡Ni me ha dado la oportunidad de quitarle ese espantoso suéter rosa que parece molestarle!

— Señor Perro, realmente lo siento. Yo... —Pero el parece estar ignorándome, pues comienza a hacer pipí bajo un árbol mientras muchas personas que pasan por mi lado lo ven— ¡Señor Perro, no puede hacer eso! —Lo reprimo.

Pero el me gruñe, lo cual es una indicación de que debo dejarlo en paz.

— ¿Qué le parece si le doy una galleta de recompensa en casa de Dinah, Señor Perro? —Le pregunto con suavidad, pero él solo me ignora.

Suspiro, pues jamás habría creído que tener un perro fuese tan complicado. ¡Es incluso más complicado que tener una novia!

Y hablando de novias... Mentiría si dijera que lo sucedido hoy no me ha decepcionado. Ella se marchó sin dar siquiera una explicación, y ahora no sé dónde ha ido.

Casi sentí que realmente no me desea. Casi sentí que está conmigo por lastima, no porque quiere.

Es triste, lo sé.

Aun así, también pienso que tal vez le ha llegado el periodo y está muy apenada debido a esto como para hablar conmigo.

¡Bien, Camila! ¡¿Por qué no lo habías pensado antes?! ¡Esa es la explicación lógica de todo este asunto!

Decido llamarla para decirle que el periodo es algo natural y que no debe sentirse avergonzada por esto, pero ella no contesta.

— ¿Usted cree que Lauren está adolorida, Señor Perro? —Él gruñe, pero solo porque ha visto una mariposa.

¿Por qué todas las personas que quiero están ignorándome ahora?

Bienvenidos todos a la trágica vida de Karla Camila Cabello. Próximamente venderé mi historia a algún director famoso para que filme una película que recaude millones y haga a las personas reflexionar durante cinco minutos para luego ser exactamente iguales a quienes fueron antes de ver la cinta.

Intento llamarla un par de veces más a mi novia, pero al ver que no me responde decido dejarla descansar unos minutos mientras Dinah me hace perder el tiempo.

Poco después llego a su casa, la cual es reconocible debido a la enorme cantidad de juguetes y al ruido de llantos que proviene del interior.

Toco la puerta y una de las hermanas de Dinah me deja pasar. No sé quién es, pero debe de ser una de las mayores.

Sí, sé que parezco una mala mejor amiga, pero créanme, memorizar el enorme nombre de Dinah y el de todos sus hermanos requiere un tiempo que no poseo.

— ¡CheeChee, tu mejor amiga está acá! —Le grito mientras Señor Perro se recuesta en uno de los sofás. Es apenas un cachorro, pero ya casi ocupa todo el espacio.

— ¡Gracias al cielo! —Exclama con alegría mientras llega al salón y me da a uno de sus pequeños primos para que me haga cargo de él. Ella se ve bastante cansada, tal vez porque todos esos niños gastan su energía— ¡Mocoso, no molestes al perro de Camila! —Le grita a uno de sus hermanos, quien estaba golpeando la cabeza de mi mascota con agresividad. El pequeño sale corriendo mientras ríe malévolamente.

No sé cómo te llamas, pero la próxima vez que te vea haré lo mismo con tu cabeza pequeño Hansen.

— Dinah, pensé que no me llamabas para que te ayudara a cuidar a estos niños...

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