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Capítulo 9

Un príncipe con corona de plástico

El fin de semana finalmente llegó. Esta semana han sucedido tantas cosas que cada día parecía eterno: Me "peleé" con Megumi; Tsukimi fue hospitalizada a causa de un infarto; en el peor momento que pude elegir arruiné todavía más las cosas entre el señor Zenin y yo; y encima de todo, no he tenido el valor de confrontar y hablar con Megumi.

Aunque, también me han pasado varias cosas buenas: Conocí a una persona que parece muy agradable y amable (El subdirector Gojo); mis hermanos vinieron de visita que aunque solo fue por un día me hizo muy feliz; pude reunirme con todos mis amigos nuevamente después de tanto tiempo; arreglé las cosas entre Junpei y yo, y lo que más me sorprendió y alegró; fue que alguien del estudio de arte me tuvo como inspiración en un lienzo. Fue algo sumamente agradable y halagador...

El día de ayer fue muy sorpresivo ver al subdirector Gojo dando la clase del profesor Stanford. Según sus palabras: el profesor Stanford fue asignado a dar los seminarios que ofrece la universidad en otras regiones, por lo que estará fuera de la universidad por al menos un mes. Así que a partir del siguiente lunes el profesor Gojo nos impartirá la clase del profesor Stanford.

Desde muy temprano me levanté para terminar con todas las labores domesticas. No son ni las ocho de la mañana para cuando acabé con todo. Al tener tanto tiempo libre me como la cabeza pensando en sí debería contactar a Megumi para hablar.

Le hablé de esto a Miwa y Nobara, ambas me dijeron que es mejor que hable con él y ya no deje pasar el tiempo. Nobara no paró de decirme que debo terminar con Megumi, mientras que Miwa me dijo que debo poner mis sentimientos y pensamientos en orden antes de hablar con él.

Una vez que recuerdo lo que hablé con Tsukimi respecto a Megumi no puedo evitar sentir una fuerte punzada en el corazón al resentir el peso de mi respuesta ante el cuestionamiento que me hizo: "¿Aún lo amas?".

Giro en la cama mientras abrazo mi almohada. De verdad, ¿Ya no amo a Megumi?. En aquel momento me puse a pensar en una respuesta, y lo que salió de mi boca en serio me costó creerlo. Tal vez lo dije porque me encontraba muy herido tras lo que sucedió los días anteriores con él, o quizás sea porque eso es lo que siento en verdad.

Evito seguir torturándome con esto, así que tomo uno de los libros que me compró el subdirector Gojo y lo abro para empezar a estudiar.

Me apoyo en mis apuntes y en otros libros. Sin embargo, acabo por únicamente utilizar aquel libro y mis apuntes. Estudiar así me resulta relativamente más fácil. Continúo con el segundo libro y hay momentos en donde disfruto lo que estoy haciendo.

Intento seguir y al tratar de sacar el tercer libro; me encuentro con el libro "el jinete azul", aquel por el que esperé meses por encontrar. Ahora me siento más culpable de permitir que pagara por todo. Sobre todo por un libro que él no me recomendó, siento que fui muy abusivo por no haberle pagado si quiera por el. Quizás no se haya dado cuenta, pero no deja de estar mal para mí. La próxima vez que lo vea definitivamente le pagaré al menos por este libro.

Doy por finalizada mi sesión de estudio y estiro un poco los brazos. Extrañamente no me siento para nada abrumado ni cansado, al contrario, me siento mucho más relajado. Abro el libro de "El jinete azul" y comienzo a leerlo.

Pasadas dos horas recibo una llamada al celular y ante las constantes insistencias acabo por responder de mala gana.

Al ver que se trata de Mechamaru asumo que se trata de algo relacionado a su trabajo en el estudio de artes.

- ¿Qué sucede? -inquiero con cierta molestia por haberme hecho interrumpir mi lectura.

- ¡Necesito que vengas! -me pide- tengo un problema con una de mis esculturas y necesito de tú opinión.