Mevak(Pausa)

5

“JAKER”

Litefr
Castillo Leduc, Salón de Baile.
Día 470, Año 8, Siglo 4, Centenar 8, Era 2.
9:30 AM

El joven príncipe miraba hacia la puerta con una mezcla de curiosidades y nerviosismo.

Hace unos momentos le habían avisado que todas las familias extranjeras ya habían llegado y se encontraban fuera de el salón de baile.

Todos los que se encontraban dentro de la sala corrieron a sus respectivos lugares para recibir a los demás invitados, por eso en ese momento él se encontraba posicionado al lado de su padre, que a su vez se encontraba sentado en el, demasiado grande y deslumbrante, trono.

La familia de Adur estaba a unos metros de él, en el lugar que le correspondía a su padre como Gran Duque.

Jaker notaba como el pelirrojo más joven le hacía raras señas que, gracias a los años de amistad, logró interpretar como:

“Oye estás muy rígido, relájate, vas a asustar a las chicas y te quedarás soltero por toda la eteeeeerniiiiidaaaaad”.

Sonrió por lo bajó y le devolvió una seña, mucho más clara, de que lo intentaría.

En estos momentos agradecía a Dios de que hubiera puesto en su camino al pecoso, Adur había estado en sus peores momentos desde que se conocieron a los seis años y cayeran en un barranco.

—Eres un llorón.

Recordó lo que le digo apenas Jaker se pusó a llorar por el dolor que tenía en la muñeca.

—Es que duele —el pequeño rubio le contestó sollozando y sobándose la adolorida articulación.

—Si quizás duela igual que esté raspón, mira, a que se ve como que duele pero yo no lloro porque soy valiente.

Un diminuto Jaker asintió asustado por la cantidad de sangre que la herida del pelirrojo soltaba.

—¿No me dijiste hace poco que eres valiente, entonces porque lloras? Vamos deja eso y ayúdame a trepar así salimos los dos.

En aquel momento él diminuto príncipe contempló al chico un par de años mayor que él, trepando por el barranco con las rodillas raspadas, las ropas manchadas de barro y el pelo sucio.

Jaker sintió que veía a un gran caballero subiendo por un acantilado con un dragón esperándolo en en el fondo.

En aquel momento la valentía lo llenó,no sé acordó que le dolía la muñeca y ayudó a subir a él más joven de los Salazar.

Después de su “grandiosa” aventura y que llegarán a la casa de Adur con los trajes caros hechos pedasos.

Mientras se bañaban juntos, Adur le prometió nunca dejarlo solo y Jaker le juro que lo nombraría general cuando tomara el trono.

Formando así una le las mejores amistad de su generación, inseparables y traviesos.

Cuando castigaban a uno, el otro se buscaba un problema para que los castigarán juntos.

Cuando uno se enferma el otro lo acompañaba mientras leían cuentos de caballeros y dragones hasta que se dormían.

Se sentaban juntos en las maestrías, entrenaban juntos, se bañaban juntos, comían juntos, se reían juntos, lloraban juntos.

El día que la madre de Jaker murió fue Adur el que se quedó a su lado todo el día.

No solo en el funeral como su padre o las demás personas, el pecoso, ya adolescente en ese tiempo, sufrió juntó a él rubio.