Prólogo

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Cuando se hablaba de amor en el Anillo de la Lujuria, todos se reían y decían que allí no habría lugar para el amor

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Cuando se hablaba de amor en el Anillo de la Lujuria, todos se reían y decían que allí no habría lugar para el amor. Sin embargo, todo cambió cuando se confirmó la relación amorosa del diablillo más famoso, Fizzaroli, con nada menos que Asmodeus, el rey de la Lujuria.

El escándalo no tardó en estallar. En el anillo, muchos empezaron a cuestionar cómo era posible esa relación. Surgieron algunas protestas, pero otros simplemente lo aceptaron. Al fin y al cabo, la opinión pública no importaba mucho a la pareja; ellos eran felices y nadie podía arruinarles eso.

En ese momento, la pareja se encontraba desayunando, una rutina que ambos disfrutaban. Mientras Asmodeus le servía una taza de café a Fizzaroli, este le sonreía con una mezcla de afecto y picardía.

—Froggie, hoy no te podré acompañar a la reunión con Blitzo y Stolas —dijo Asmodeus con tristeza, pues le encantaba acompañar a Fizzaroli o, al menos, estar donde él estuviera.

—No te preocupes, Ozzie. Otro día me puedes acompañar. Además, no íbamos a hacer algo realmente interesante —respondió Fizzaroli despreocupado, entendiendo las obligaciones del pecado y la importancia de cumplirlas.

Asmodeus sonrió, agradecido por la comprensión de su pareja. Ambos sabían que su relación implicaba sacrificios, pero siempre encontraban la manera de apoyarse mutuamente.

Después de desayunar, Fizzaroli se preparó para salir. Antes de irse, Asmodeus lo abrazó y le dio un beso en la frente.

—Cuídate, amor. Si necesitas algo, no dudes en llamarme.

—Lo haré, Ozzie. Te veo más tarde.

Con esas palabras, Fizzaroli se dirigió a la reunión. Mientras caminaba por las calles del Anillo de la Lujuria, las miradas curiosas y los murmullos le acompañaban. Pero él solo tenía ojos para el recuerdo de su amoroso desayuno con Asmodeus.

La reunión con Blitzo y Stolas fue como cualquier otra, llena de cotilleos y anécdotas. Sin embargo, en el fondo de su mente, Fizzaroli no podía dejar de pensar en Asmodeus y en cuánto significaba para él su relación. Era una prueba de que el amor verdadero podía florecer incluso en los lugares más inesperados.

Cuando anocheció, Fizzaroli se retiró de la casa de Blitzo para ir a la torre. Mientras caminaba, se encontró con algunos fans y habitantes del anillo, quienes le preguntaron sobre su relación con el rey de la Lujuria. Algunos le felicitaron, otros le miraron con envidia, pero Fizzaroli se mantenía firme en su felicidad.

Finalmente, regresó a casa. Asmodeus le esperaba con una sonrisa y los brazos abiertos. Se abrazaron y compartieron un momento de silencio, disfrutando de la simple compañía del otro.

—¿Cómo te fue? —preguntó Asmodeus, acariciando la cabezita de Fizzaroli.

—Bien, pero te extrañé —respondió Fizzaroli, mirando a su pareja con cariño.

—Yo también te extrañé, Froggie. Vamos a cenar juntos y luego te mostraré algo que preparé para ti.

—¿Una sorpresa? —preguntó Fizzaroli, intrigado.

—Sí, pero tendrás que esperar hasta después de la cena —dijo Asmodeus con una sonrisa traviesa.

La noche prometía ser especial, llena de amor y momentos compartidos. Porque en el Anillo de la Lujuria, el amor no solo existía, sino que también florecía y se fortalecía con cada día que pasaba.

Con los años, ambos decidieron que era tiempo de casarse. La noticia de su compromiso sacudió el Anillo de la Lujuria una vez más. Prepararon una boda espectacular que reflejaba la esencia de su amor único y desafiante. Los preparativos fueron intensos, pero ambos estaban emocionados por dar este gran paso.

El día de la boda llegó, y el evento fue nada menos que majestuoso. La ceremonia se celebró en un lugar emblemático del anillo, adornado con decoraciones opulentas y vibrantes que reflejaban la pasión y el amor que compartían.

Asmodeus, con un elegante traje oscuro adornado con detalles dorados, esperaba nervioso en el altar. Fizzaroli apareció radiante, con un traje rojo intenso que resaltaba su carisma y audacia.

Frente a todos los presentes, se juraron amor eterno. La ceremonia fue emotiva, con promesas sinceras y miradas llenas de amor. Al final, cuando se besaron para sellar su unión, los aplausos y vítores resonaron por todo el Anillo de la Lujuria.

Paso el tiempo y ambos seguían enamorados del otro, nada podía arruinar su relación.

...¿Verdad?

Dicen que despues de la tormenta llega la calma...pero para esta pareja fue al réves, la hermosa pareja se fue interrumpida tras el fallecimiento de Fizzarolli, todas las calles de la lujuria estaban llenas de velas y flores que habían dejado los habitantes en honor al diablillo.

"𝐎𝐡 𝐰𝐡𝐚𝐭 𝐚𝐦 𝐈 𝐬𝐮𝐩𝐩𝐨𝐬𝐞𝐝 𝐭𝐨 𝐝𝐨 𝐰𝐢𝐭𝐡𝐨𝐮𝐭 𝐲𝐨𝐮?..."

Asmodeus sentía que iba morir en cualquier momento, no el QUERÍA morir en ese momento, él tiempo le había arrebatado al amor de su vida.

Llegar a la torre después del funeral fue una tortura, en cada rincón había un recuerdo de él, sentía que aún el estaba ahí, podía escuchar su voz, su risa y hasta sus ronroneos...

"𝐈'𝐦 𝐌𝐫.𝐋𝐨𝐯𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧...𝐀𝐍𝐃 𝐈 𝐌𝐈𝐒𝐒 𝐌𝐘 𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑, 𝐌𝐀𝐍"

Pasaron 3 años y él no estaba bien, no podía dormir en su cama porque los recuerdos de las apasionantes noches que tenía con Fizz lo perseguían fue tanto que empezó a tomar pastillas antidepresivas y para dormir.

Un día que fue a buscar otro paquete de pastillas se encontró con una caja morada, cuando se acerco vio que tenía una nota:

"𝑷𝒂𝒓𝒂 𝑶𝒛𝒛𝒊𝒆, 𝒄𝒐𝒏 𝒂𝒎𝒐𝒓 𝑭𝒊𝒛𝒛"

Al abrir la caja, encontró unos cassettes? que diablos?, junto a ellos había un reproductor de estos con audífonos.

No dudo en reproducir el cassette que decía "01", una ves puesto play...

-Querido Asmodeus...

"𝐃𝐞𝐚𝐫 𝐎𝐳𝐳𝐢𝐞..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora