Fizzaroli, el diablillo más famoso, y Asmodeus, el rey de la Lujuria, sorprenden a todos con una relación que desafía normas y escandaliza a muchos. Mientras la opinión pública murmura y las protestas surgen, esta pareja demuestra que su amor es más...
"If the tide takes California I'm so glad I got to hold ya And if the sky falls from heaven above Oh, I know I had the best time falling into love We've been living on a fault line And for a while, you were all mine"
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Fue una noche difícil, le dolía todo. Al final no fue consiente de las cintas pues estaba tan borracho que apenas recuerda el "Querido Asmodeus", con todo el desorden solo pudo alcanzar un reloj y...
Mierda, era tarde.
Bee seguramente ya estaba en Ozzie's esperándolo, bueno fue a pedido de ella a acompañarlo durante esta semana para que se adapte bien al ritmo de trabajo. Ozzie se vistió lo más rápido posible y abrió un portal hacia el club, lo primero que vio al entrar fue a Axton en el escenario, con su usual carisma, deslumbrando a la audiencia con su presencia. La voz de Axton resonaba en el aire, provocando risas y aplausos. Parecía estar en su elemento, pero a Ozzie aún le costaba ver a alguien más en ese lugar. El eco de la ausencia de Fizzarolli seguía pesando en su corazón, y aunque Axton era talentoso, no podía llenar ese vacío.
Bee, al percatarse de su llegada, se acercó rápidamente con una mirada de reproche en sus ojos dorados.
—Llegas tarde —dijo, cruzando los brazos—. Te dije que hoy era importante, que tenías que estar aquí desde temprano.
—Lo sé, lo sé —respondió Ozzie con una mano en la frente, aún sintiendo las secuelas del alcohol—. Me atrasé... hubo algo que... Bueno, no importa ahora. ¿Cómo va todo?
Bee lo miró por un momento, como evaluando si debía insistir en la conversación, pero al final suspiró.
—Axton está bien, como siempre. Tiene a la gente comiendo de su mano —dijo, señalando al presentador con un gesto de la cabeza—. Pero hoy es diferente; Tienes que estar más presente, Ozzie. La gente está empezando a notar que tu atención no está aquí, ayer te fuiste antes de que acabara el show, los medios ya están hablando de eso y no podemos darnos el lujo de tener mala prensa, no ahora.
Ozzie frunció el ceño, incomodado por la presión que sentía sobre sus hombros. Sabía que Bee tenía razón, pero también sabía que había cosas que ella no entendía. El peso de la ausencia de Fizzarolli era algo que no podía ignorar, y cada vez que miraba a Axton, por muy perfecto que fuera en su trabajo, era un recordatorio de todo lo que había perdido.
—Entiendo... —murmuró, más para sí mismo que para Bee. Se frotó la sien, tratando de calmar el torbellino en su mente—. Lo haré mejor. Hoy estaré más atento.
—Eso espero —respondió Bee, aunque su voz sonaba más suave ahora—. Necesitamos que vuelvas a ser tú. La gente te sigue, Ozzie. Si no te ven al cien por ciento, todo el mundo lo nota... y no creo que quieras que te vean como ayer cuando pase por tu ático...
