Fizzaroli, el diablillo más famoso, y Asmodeus, el rey de la Lujuria, sorprenden a todos con una relación que desafía normas y escandaliza a muchos. Mientras la opinión pública murmura y las protestas surgen, esta pareja demuestra que su amor es más...
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Olvido que hoy volvería a Ozzie's, la inseguridad volvió a él... ¿Cuál sería la opinión del público? ¿Podrá tener el mismo carisma de hace 3 años? ¿Estará listo para volver? y saber que no lo vera a él, demasiadas cosas y poco tiempo. Dejo aquellos pensamientos para arreglarse, todas esas dudas se descubriría más tarde.
Al llegar al club, notó que la atmósfera en Ozzie's era diferente esa noche. Las luces aún brillaban con la intensidad característica del club, y la música seguía siendo tan sensual y embriagadora como siempre. Pero algo más flotaba en el aire, una tensión palpable que electrificaba a cada demonio presente.
El Gran Asmodeus había vuelto...
Los empleados del club, acostumbrados a su larga ausencia, reaccionaron con una mezcla de sorpresa y temor. Mientras Asmodeus cruzaba la entrada, alto e imponente como siempre, las miradas lo seguían como si no pudieran creer lo que veían. Algunos susurraban entre ellos, sorprendidos de ver al rey de la lujuria caminar nuevamente por los pasillos que había evitado durante tanto tiempo. Otros, más cautelosos, hicieron una reverencia discreta, temiendo llamar su atención de manera inapropiada.
—¿Es realmente él? —murmuró una de las camareras, con los ojos bien abiertos mientras lo veía avanzar, como una sombra entre las luces brillantes.
—Hace tres años que no lo veíamos... ¿Ya superó a Fizzarolli? —respondió otro empleado, nervioso, ajustando su uniforme—. Algo debe haber cambiado porque se muestra muy bien
Si algo había cambiado. Aunque Asmodeus caminaba con el porte de un rey, la oscuridad que lo rodeaba era más profunda que nunca. Cada paso que daba lo llevaba de vuelta a los recuerdos que tanto había tratado de evitar.
Mientras avanzaba por el club, las risas y los murmullos de los clientes se desvanecían, reemplazados por ecos de un pasado que lo seguía como una sombra persistente.
Fizzarolli...
Asmodeus cerró los ojos un momento mientras sus pies lo guiaban instintivamente por el lugar que solía compartir con su amado bufón. Los recuerdos lo asaltaban, golpeando su mente como olas implacables.
El lugar al que le aterraba acercarse estaba ahí, se detuvo frente al escenario principal, el mismo donde había visto a Fizzarolli realizar su primer número en Ozzie's. Asmodeus podía ver, en su mente, la figura del imp moviéndose ágilmente por el escenario, arrancando risas y fantasías de los espectadores. Recordó cómo, en ese primer día, había subestimado el potencial de Fizz. Pero aquel pequeño bufón había demostrado ser mucho más de lo que Asmodeus imaginaba.
