Satoko, una campesina de un pequeño pueblo a los pies de una montaña. Una muchacha de buen corazón, alegre y comprensiva.
Miles dudas que esperaban una repuesta a sus miles de preguntas.
Un buen acto le traería lo que para su vida es inesperado.
Yor...
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-¿Yoriichi?-Pregunte dando un pequeño golpe en su puerta, el frío del pasillo se filtraba por mi cuerpo haciéndome temblar.
Estaba vestida bastante cómoda para entrenar, el día de hoy el abuelo y mamá viajaban para visitar al médico y dejar flores en la tumba de mi abuela. Era el momento perfecto para entrenar.
-Puedes pasar-La voz de Yoriichi se escucho.
Deslice la puerta lentamente, Yoriichi se acomodaba el cabello en su coleta alta. Se volteo y me dedico una sonrisa.
-¿Quieres desayunar?
-Muchas gracias.
Abandone la habitación con Yoriichi caminando detrás de mi -Mi abuelo y mi madre han salido, no quisieron despertarte pero te mandaron saludos.
Me senté en el almohadón, Yoriichi ocupo el que estaba frente a mí-Muy amables...Por como te ves hoy, veo que planeaste algo.
-Claro que si, ¿Me entrenaras?
-Lo haré si eso quieres.
-Perfecto, tengo una katana nichirin.
-Podemos empezar con katanas de madera, será más seguro.
-¿Crees que lo lograre?-Yoriichi asintió, sonreí emocionada.
-Pense en ti anoche...-Mis mejillas se calentaron por el pensamiento intrusivo, incluso note cómo Yoriichi se percato, me miró con nervios -¡Me refiero a tu herida!, eso debe doler mucho pero te ves muy tranquila. ¿Te desinfectas correctamente?¿Pudiste verla bien?
-La vi y desinfecte hasta donde pude, me duele bastante pero creo que puedo soportarlo.
-Bien, no te descuides.
-No lo haré.
Tome y acomode una taza de té en la mesa al igual que algunos panes, la mirada de Yoriichi estaba fija en mi ¡Que vergüenza! Era muy apuesto...
¡Satoko, céntrate! Mamá no aprobaría esos pensamientos.
Me senté otra vez, sonreí levemente y inicie a desayunar, quería indagar un poco más sobre el además de su nombre pero no quisiera preguntar de más y arruinar esta "amistad" tan reciente.
Yoriichi me pidió permiso para bañarse, le enseñe el baño y prepare el agua caliente, me marche a la habitación de mamá, limpiarla mi herida ahora que estaba sola.
Me quite el kimono quedando al descubierto.
Me mire al pequeño espejo, la herida era larga y apenas se notaban las costritas de cicatrización, aunque no podía ver bien la pequeña, solo limpiaba por encima.
La puerta se deslizo ¡La puerta se deslizo!¡Si era un ladrón! Me cubri con la manta el pecho y volte, Yoriichi estaba de pie con ambas manos cubriendo su rostro.
-¡Lo siento, lo siento!¡No quería verte así!...solo quiero saber cómo está tu herida.
-Es...está bien, estaba limpiandola -Aclare con vergüenza, apreté la manta a mi pecho, no podía más de la pena.
-¿Me permites verla?-Pregunto en un tono más bajo, mi corazón latio más de prisa.
Asentí, Yoriichi camino hacia mi con lentitud, una vez frente a mi lo mire a los ojos, aquello que evitaban ver de más y miraban a cualquier parte menos mi cuerpo. Me volte con lentitud, Yoriichi paso su dedo apartando los cabellos.
Hubo un silencio-Satoko, estás hirviendo.
-¿Qué?¿Eso es malo?
-Sientate, con cuidado-Me senté en el almohadón-Parece una infección leve, es solo el corte pequeño pero...podría ser peor. Tenemos que controlar la fiebre y desinfectar.
Yoriichi apoyo su mano en mi frente, suspiré, ¿Estaba nerviosa o era peor? Siempre fui de defensas bajas, enfermaba rápido.
Yoriichi limpiaba la herida en mi espalda con cuidado, me centre en mirar el suelo-¿Yoriichi?
-¿Te lastime?
-No, solo quería saber ¿No me entrenaras, verdad?
-No puedes moverte en este estado, lo que puedo hacer es mostrarte algunos movimientos para que practiques una vez estes bien.
Asentí, Yoriichi limpiaba con cuidado, luego quiso vendar con mucha vergüenza y mirando hacia otro lado, acabe haciéndolo yo. Luego me senté en el futón cuando me pidió descansar.
Me dormí profundamente sosteniendo la manos del pelirrojo de hanafudas, se sentía bien estar junto a el.
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