OWEN
En un primer momento, al despertarme, no recuerdo nada sobre el accidente. Creo que estoy en mi vieja cama en la casa de acogida, una habitación blanca de luces artificiales, con una cama muy poco cómoda y demasiado ruido alrededor. Cuando descubro que estoy en un hospital, casi es una sensación de alivio, al descubrir que no he vuelto en el tiempo.
Y empiezo a recordar todo lo que ha pasado. Como vi varias vueltas de campana con la furgoneta y acabé inconsciente tras haber sufrido un aparatoso accidente. El dolor que siento en todo el cuerpo es un recordatorio de que sigo vivo, y que es una herida reciente. Me encuentro solo, en terreno hostil, dolorido y quejicoso.
Pruebo de moverme, pero no puedo hacerlo. Veo que tengo el brazo a lo alto, enyesado desde mis dedos hasta el codo. No puedo moverme sin que me duela el resto del cuerpo. Al quejarme y hacer ruido, alguien se percata de que estoy despierto, porque unos pasos rápidos suenan cada vez más cerca de mí.
—Por fin ha despertado—dice una enfermera de mediana edad entrando en la habitación—. ¿Cómo se encuentra, señor Reed?
—Fastidiado, supongo—confieso.
—Ya, imagino que sí. Ha sufrido un accidente en la carretera. Hace unas cuarenta y ocho horas que ingresaste en urgencias. ¿Recuerda algo más?
Niego con la cabeza. Desde que perdí la consciencia hasta ahora no tengo ningún recuerdo, solo huecos en blanco esperando a ser rellenados con la información que se me pueda dar.
—La doctora Thornton le visitará en seguida. Haremos un par de pruebas para comprobar su estado y podremos hablar del accidente, señor Reed.
—Gracias...
—Noreen—dice—. Haré pasar a la visita, si no le importa.
Asiento. Nunca pensé en que acabaría en el hospital, y mucho menos que tendría algún tipo de visita, teniendo en cuenta de que soy huérfano y que mi única familia biológica tienen prohibidísimo acercarse a mí. Cuando veo entrar a Steven, con una de sus camisas raídas y su cara de pocos amigos, sé que mi situación es grave, porque es la última persona que esperaría ver por aquí. Ha cogido algo de color y se ha dejado crecer la barba. Aunque parezca mentira, veo que el paso de los años le han sentado fenomenal, o quizás ha sido el cambio de aires.
—Owen—saluda—. Me alegro saber que estás vivo.
—Lo mismo digo—confieso—. ¿Cuánto llevas por aquí?
—Mi número estaba como contacto de emergencias y me avisaron de inmediato, así que llevo lo mismo que tú por aquí.
Claro. A pesar de los años, nunca le saqué como contacto.
—¿Sigues viviendo por aquí?
—Sí. Con mi prometido y su familia—añade.
Su prometido. Vaya. Me he perdido un montón de cosas en su ausencia. Su cara no dice "me alegro de volver a verte", siquiera "te he echado de menos todos estos años". Está aquí, por deber moral, de ser la única persona en mi lista de contactos reales.
—Siento que te llamasen.
—No pasa nada—dice—. Quería asegurarme de que estabas bien. La doctora ha informado de que tendrán que hacerte varias pruebas más para descartar conmoción. Creo que te has torcido el tobillo y roto un par de huesos del brazo.
Claro. El yeso será por eso. Maldigo. Nunca en mis 25 años de vida me he roto nada. Y menos he tenido un accidente en la carretera.
—Por cierto, tu perro está con Lexie.
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The Road Ahead Of Us (Romance y Contemporánea)
RomanceLa vida en Saint Rhodes es tranquila. Tanto que Lexie Woods cree estar predestinada a pasar el resto de la eternidad en el pueblo. Sin embargo, con la llegada de Owen Reed, un exitoso cantante conocido por sus viajes y su estilo de vida nómada, debe...