2. El Hombre De Acero Que Cayo Del Cielo

23 5 0
                                    

El hombre de acero que cayo del cielo.

Así no era la historia, me dijo mi mente, la armadura debía estrellarse contra el suelo y quedar destrozada y Tony Stark debía salir ileso de aquello no a punto de morir desangrado en los desiertos de Irán. Me acerque al cuerpo y toque su hombro, el pobre estaba hirviendo y no sabia si era por la pelea con el lanza llamas, el clima o por una fiebre.

—¿Eres mi ángel guardian? -dijo a nada de inconsciencia- Voy a morir y tu vienes a regañarme por como he llevado mi vida antes de ir al infierno.

No me sorprendía porque pensaba eso, no todos los días veías a una niña andar por los desiertos con solo un vestido blanco. Verifique su cuerpo en busca de heridas, pude ver sangre en su muslo derecho cerca de la rodilla y un orificio de bala en su antebrazo izquierdo, agradecía a los dioses de Asgard que las heridas en lugares donde podía hacer lo mas cercano un torniquete -mis clases en el colegio sobre primeros auxilios no fueron de las mejores- tome el final de mi vestido y trate de rasgarlo pero solo salio un pedazo casi del tamaño de mi mano, viendo que no tenia fuerzas para hacerlo -y comprobando que tenia ropa interior- me saque el vestido y me acerque a la armadura para buscar algo con que romperlo.

Pude ver un pedazo de metal roto con un poco de sangre, al parecer era con lo que Tony se había herido la pierna, lo tome con fuerza cortando un poco mi mano e hice una abertura en mi vestido por donde comencé a tirar hice eso dos veces mas para obtener tres tiras bastante largas, volví hacia Tony y amarre con fuerza encima de las heridas. Supe que lo había amarrado bien cuando el hombre dio un grito de dolor y la sangre empezó a disminuir, me puse lo que restaba del vestido para luego tratar de despertar al hombre, no podía dormirse con esas heridas.

—Despierta Tony Stark, no soy tu ángel guardian, pero si quieres aun puedo regañarte por tus decisiones de vida.

El hombre se despertó pero se podía ver que aun no estaba del todo consciente, caminamos durante un tiempo hasta llegar cerca de una gran roca que daba algo de sombra y lo senté allí, no teníamos agua ni comida y ambos estábamos sangrando de un modo u otro, no sabia cuando llegaría la ayuda, no daban un tiempo especifico en las películas, solo sabia que serian helicopteros. Con la ultima tira había amarrado un extremo del pedazo de metal afilado y lo había convertido en lo mas parecido a un cuchillo, con eso volví a cortar la falda de mi vestido, la deje cerca del hombre herido y camine un rato, cerca de roca pude encontrar una rama gruesa y larga, seguramente una tormenta de arena la debió traer de algun lado, volví hacia Tony quien ya estaba despierto. Me miraba atentamente quizás verificando si era una ilusion o era real, sin tomarle importancia tome el pedazo que había cortado y haciendo dos hueco en un extremo de la tela le introduje la rama, así obtuve lo mas cercano a una bandera blanca algo manchada con sangre.

La roca era bastante alta así que subí a su cima y en una grieta lo bastante amplia puse la bandera, luego baje de nuevo para tomar unas rocas y ponerla como apoyo para que esta no se doblara. Al bajar Tony seguía mirándome pero sin decir una palabra, me senté cerca de él y deje descansar mis pies, no tenia calzado y seguramente me había cortado por la fricción de la arena o las altas temperaturas, no tenia mas tela para hacerme una par de zapatos pero estaba tranquila ya que la piedra nos cubría del sol y este ya estaba escondiendose. Al caer la noche Tony Stark decidió por fin hablar.

—¿Quien eres niña? Dijiste que no eras un angel pero ¿que hace una niña en medio del desierto con un vestido blanco y sin zapatos?

Mientras lo escuchaba hablar me di cuenta de algo, podia entenderle, no estaba hablando en español eso era evidente pero aun así sabia lo que decía, como si el ingles hubiera sido mi idioma natal.

—Lo siento -dije cuando note que me había quedado viéndolo- Yo tampoco se como llegue hasta aquí pero puedo decirte que no pertenezco a este mundo.

—Eres un extraterrestre.

—No, no los soy. Digo que no pertenezco a esta dimensión - restregue mis ojos con cansancio- no se a quien le pertenece este cuerpo pero se que no es mio.

Tony no dijo nada, seguramente le parecía estúpido y me mataria cuando pudiera o me capturaria para hacerme una autopsia.

—No se si crees en la reencarnación pero sin duda morí y volví a nacer en este pequeño cuerpo -se quedo pensando pero estaba segura que no podía hacerlo bien luego de casi toda la sangre perdida.

—Conocias mi nombre.

Suspire.

—En mi dimensión o mundo, habian ciertas películas y una de ellas era sobre ti y como te convertiste en Iron Man -él me miro como si me hubiera vuelto loca- Conozco tu pasado, tu presente y tu destino final, el como termina tu vida Anthony Stark.

No sabia que tan amenazante me veria, pero no me importaba, ya estaba aqui y nada me esperaba atrás en la otra vida, por ahora pensaba quizás ayudar a Los Avengers, en especifico a Iron Man, había sido uno de los peores finales para aquel hombre y solo esperaba ser lo suficientemente fuerte.

Piedra Carmesí - MarvelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora