2. La suerte: El primer día

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Casi se sentía en un sueño.

Regresó a su casa al filo del medio día, no sabía si considerar eso una advertencia o qué. Casi no le preguntaron nada, aceptó inmediatamente, ya tenían el contrato listo (únicamente faltaba poner sus datos personales). Tenía que sacar una foto tamaño cédula para el carnet de la empresa, así que le dieron uno temporal. Vacaciones, descuentos de ley y (casi se infarto cuando lo escuchó)  un sueldo de un millón quinientos mil pesos*. Betty se preguntaba por qué fue tan fácil, porque Daniel, sin conocerle, había confiado ciegamente en ella. Le hizo  dos preguntas bastantes superficiales en las que Betty sentía que no había desarrollado bien sus conocimientos.

—Le dieron el trabajo, le dieron el trabajo...— Ni terminó de entrar cuando Doña Julia ya había analizado a Betty y su cara de felicidad, adivinando el resultado de la entrevista-reunion-examen.

—Sí mamá... Mañana mismo empiezo a trabajar.

—¿Cómo consultora?—Su papá indagó.

—No papá, es una plaza fija, con prestaciones y todo, como una Técnica de Asesoramiento financiero...

—Mija, yo sabía que tanto esfuerzo y tanto estudio iba a ser para algo grande... Que usted iba a heredar mi habilidad para los números— Betty sonrió, le daba la razón a su papá—. Y dígame Betty, ¿Quién será su jefe?

—Espere Hermes, yo le enseño. Es una gente correctísima, importantísima— La mamá de Betty sacó de uno de los muebles que tenían en la cocina, de su gaveta especial para revistas, la edición de ese mes de sociales—, Mire mire...

—Es este señor, se llama Daniel Valencia...— Ese reportaje era sobre la fiesta del nombramiento como presidente de la empresa, figuraban todos los funcionarios y accionistas. En la foto estaba Don Roberto Mendoza, el anterior presidente, Daniel Valencia y su hermana, Marcela Valencia —, Es el presidente, y la de al lado, su hermana, sus padres murieron en un accidente hace años. Es empresa familiar."

—Ya ve Hermes, es gente correcta, antes que se haga ideas en la cabeza...

—Julia, el diablo es puerco... Ahora Betty dígame, ¿El arreglo de dinero...?

—Eso es lo mejor... No me lo van a creer... Son un millón quinientos más prestaciones, vacaciones, y las cesantías...

—¿¡Qué!? ¡Betty! Eso es más...

—Si papá, al ser una plaza de Analista, y ser la única del área, es el rango de salario que maneja la empresa. Es...—Es más de lo que esperaban, justo lo que necesitaban en ese momento. Ya podían volver a respirar.

***
En cuanto pudo comenzó a leer la documentación de Ecomoda, tenía un crecimiento firme pero seguro, el público al que estaba orientado crecía cada vez más, aunque, si le preguntaban a Betty muchas de las prendas tenían una razón de ser mas artística que de utilidad. Pasó analizando toda la documentación hasta que llegó casi la media noche, Betty estaba más tranquila ahora que tenía toda la información en sus manos.

Habían dos grandes proyectos: la apertura de una sucursal exclusiva en Palm Beach, Miami, (Ecomoda en los últimos años se encargó únicamente de exportar a tiendas departamentales al extranjero, no tener una sucursal) y dos, la asociación con empresas extranjeras (O nacionales) para la comercialización de accesorios.

Betty tenía una idea de como podrían manejarse las finanzas de ambos proyectos y de la empresa en general, en uno de los primeros informes del Doctor Daniel estaban las metas fijadas para su mandato presidencial, metas realmente realistas para una empresa como Ecomoda, lo que a Betty le facilitaba mucho al momento de elaborar la estrategia. Siguió escribiendo en su computador, cada vez que volvía a leer, veía más detalles y puntos que consideraba importantes. Tenía un buen presentimiento de todo esto.

La Suerte, La Noche Y El Destino - Betty X DanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora