🤺Capítulo 2🤺

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El señor Kang sentía la pesades en sus ojos y un dolor de cabeza indescriptible. Se sentía desconcertado, ni siquiera recordaba que había pasado. Al abrir sus ojos, se topó con dos pares de ojos rojos que lo miraban con alivio.

— Carajos no es un sueño.— dijo sentándose.

Ambos alfas le miraron tranquilamente no sabían exactamente que decir o hacer, pero efectivamente, sus lobos se habían reconocido como hermanos y eso los tenía no solo vulnerables sino que felices, los últimos años, muy en el fondo se habían estado sintiendo vacíos, pero ahora se sentían totalmente completos.

— E-entrenador Kang...— habló Sunghoon.

El entrenador miró a Yeonjun, luego a Sunghoon, era una total locura. Así que suspiró.

— Vamos a mi oficina.— dijo poniéndose de pie con ayuda de ambos alfas.

Ambos chicos asintieron y empezaron a caminar detrás del director, se sentían extraños, pero muy seguros al estar cerca del otro. El entrenador Kang, abrió la puerta, dejando pasar a ambos alfas. Al estar todos adentro, cerró la puerta, para luego empezar a caminar a su escritorio. Tomó asiento y miró a ambos chicos a los ojos.

— Tomen asiento.— señaló dos sillas que se encontraban frente a su escritorio. Ambas alfas obedecieron.— Supongo que ninguno de ustedes dos tiene idea de que carajos pasó.

— No.— respondió Yeonjun.

— Mierda, esto es una locura. ¿Ustedes son hermanos?... bueno, la pregunta es estúpida si ambos son idénticos.— sonrió negando.

— Nuestros lobos se reconocen como hermanos.— comentó Sunghoon.

— Entiendo, y tiene todo el sentido del mundo, lo que me parece extraño es el hecho de que no se hayan dado cuenta y más aún que sus padres no les hayan dicho nada al respecto.— dijo levantando una ceja.

— Realmente no creo que Jungkook tenga idea de todo esto. Tal vez haya sido su...— Yeonjun habló mirando a Sunghoon.

Sunghoon le miró con una ceja levantada.

— ¿Padre?.— respondió Sunghoon.

— Sí... tal vez, el no le haya comentado a Jungkook nada al respecto.— Sunghoon rió fuertemente.

— JAJAJAJAJA.— pasó sus manos por su rostro limpiándose unas lágrimas inaginarias.— ¿Insinúas que mi padre no le dijo nada al tuyo?.— preguntó.

— Sí, es lo que quiero decir.

— Patrañas, eso no tiene sentido. Mi padre, jamás sería capaz de ocultar algo como esto.— bufó seguro.

— Bueno chicos cálmense, esto debe tener una explicación sencilla.— les sonrió a ambos.— Haber, Sunghoon. Dime, ¿cómo se llama tu padre?.— Sunghoon le miró.

— Jimin.— Kitae abrió sus ojos como platos, luego calmó su expresión.

— Bueno, ¿cuál es su apellido?... genio.— respondió Yeonjun con una sonrisa socarrona.

— Park. Park Jimin.— Kitae volvió a abrir sus ojos como platos.

— Woow el poderoso Park Jimin... una persona común y corriente.— tosió Yeonjun.

— Espera...— interrumpió Kitae.— ¿A qué se dedica tú padre?.

— Mi padre es el modelo mejor pagado de los últimos años. Siendo el modelo principal de distintas marcas de moda.— informó Sunghoon tranquilamente.

No lo admitía, pero su padre lo llenaba de total orgullo, aunque no se lo dijera muy seguido.

— Mierda.— soltó el entrenador.

Yeonjun lo miraba de reojo, por supuesto que conocía a Park Jimin, trabajaba para las marcas más imponentes de los últimos años, incluyendo colaboraciones indirectas con su padre.

— ¿Qué ocurre?.— preguntó Yeonjun indiferente.

— Bueno, me parece que deben hablar con sus padres por separado.— carraspeó.— Tanteen un poco el terreno y utilicen preguntas sutiles al hablar del contrario.

— ¿Qué?.

— ¿Por qué?.— preguntó Sunghoon.

— Bueno, ellos no se han llevado bien desde que los conozco. Y la vez que los ví bien, fue por un corto periodo de tiempo. Luego todo siguió siendo como antes, y siguen manteniendo una rivalidad entre ambos.

Ambos alfas se miraron a los ojos, sin saber que más decir.

— Entrenador, ¿el entrenamiento sigue en pie?.— Kitae vió la hora en su reloj, y no pudo creer que había estado casi una hora desmayado.— Tengo que reunirme con mis abuelos en poco tiempo, y antes tengo otras cosas que hacer.

— No te preocupes Yeonjun, puedes irte. Dejaremos la práctica para después, si es posible...

Yeonjun asintió sin entender mucho.

— En ese caso, me iré ya.— respondió poniéndose de pie.— Antes de salir, pensó un poco si hacerlo o no, pero luego de pensarlo más, simplemente decidió irse.

Sunghoon y el entrenador se quedaron solos uno frente al otro.

— ¿Cómo está Jimin?.— preguntó con una sonrisa.— Lo he visto en revistas y comerciales, es hermoso.— Sunghoon sonrió.— ¿Sigue siendo así de hermoso en persona?.

— Incluso más.— respondió Sunghoon sonriendo.

Yeonjun salió de aquel lugar, y por supuesto, las miradas reprobatorias no pasaron desapercibidas para él. Aunque no le interesaba. Caminó por las calles un poco, a lo lejos vió un taxi aproximarse y lo tomó.

Al estar en el auto se puso a pensar, y dos cosas no salían de su cabeza. La primera era que se estaba arrepintiendo de no haberle pedido su número de celular a su... hermano. Y la segunda, no solo era el olor que desprendía su hermano, madera y chocolate. Sino aquel aroma dulzón que se mezclaba con su olor, no sabía con exactitud qué era. Pero muy en el fondo sentía que ya lo había olido con anterioridad.

— C'est ici.
«Es aquí.»

Informó una vez estuvo frente al edificio. El chófer le miró y asintió deteniendo el auto.

— Vous pouvez descendre maintenant.
«Puedes bajar ahora.»

Respondió el chófer, Yeonjun canceló y salió del auto. Saludo al portero su amigo Lee. Y camino a la recepción, un aroma llamó su atención.

— Où va le gâteau?.
«¿A dónde va el pastel?.»

Preguntó uno de los empleados, al gerente a cargo del pedido.

— Salle 534.
«Habitación 534.»

El joven asintió y camino rumbo a su destino. El pastel pasó frente a Yeonjun quien rápidamente se acercó al gerente.

— ¿Podrías decirme qué olor es exactamente?.— preguntó, ya sabía pero quería estar totalmente seguro de que estuviese en lo cierto.

— Oh, joven Jeon. Por supuesto es un pastel cubierto de caramelo.— informó amablemente.

Yeonjun asintió frenéticamente y se alejó de aquel trabajador, al notarlo, rápidamente regresó frente a él.

— Muchas gracias.— respondió haciendo una corta reverencia.

— No se preocupe.— respondió amablemente.— ¿Desea una porción?.— ofreció aquel hombre.

— No, gracias.— respondió y rápidamente corrió al ascensor.

Las puertas abrieron, dejándolo en su habitación, rápidamente vió que el lugar estaba totalmente solo, la señora Lee no estaba. Corrió a su cuarto y empezó a buscar entre sus cosas, sacó un gran bolso con ropa, al abrirlo el olor empezó a salir. Sacó una de las blusas, era blanca con corte en V de magas totalmente lisas y bastante ligera. La acercó a su nariz y la olfateo.

— Caramelo y miel.— susurró cerca de la prenda, mientras se perdía en ese aroma totalmente familiar que también estaba en Sunghoon.— Entonces, sí era.— dijo con muchas ganas de conocer a aquel omega.

Soy Jeon... Yo Park - [Kookmin] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora