Rencuentro. (Runthari)

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Estaba vivo, ni siquiera el podía terminar de entender como era posible

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Estaba vivo, ni siquiera el podía terminar de entender como era posible. Pero ahí estaba, Rayla había curado sus heridas y le había contado todo lo ocurrido en estos últimos años. No pudo evitar sentir orgullo y tristeza, su hija había llevado al príncipe dragón a casa... debió haberla escuchado en aquella ocasión.

Ser un fantasma era algo horrible.

Ahora estaban en Katolis, bueno, en lo que quedaba del palacio real. Sin duda alguna esto había sido un gran ataque, al igual que su hija, el no tardó en empezar a ayudar a las personas, se sorprendió un poco al notar que estas aceptaban su ayuda sin dudarlo.

— Callum...— una voz que no reconoció apareció, en cuanto volteó a ver, un pequeño rey estaba en el lugar y este no tardó en caer de rodillas al ver su hogar.

— Ezran...— su hija no tardó en abrazar al chico, fue ahí cuando se dio cuenta, ese chico era el hijo de aquel hombre que mató.

— Debí haber estado aquí... no debí dejar Katolis...— susurró el pequeño rey entre sollozos.

— Escucha... no es tu culpa, se que es doloroso ver tu hogar así Ezran, pero tu gente te necesita, ahora más que nunca...— apretó con fuerza al pequeño contra su pecho, dejando que este llorara— llora lo que necesites, saca todo el dolor que sientes... pero luego levántate, reconstruiremos Katolis y no dejaremos que Aaravos nos gane...— depositó un suave beso sobre la frente del menor.

Lo sabían, Aaravos estaba libre y no sabían que harían ahora para acabar con él. Callum ya había enviado un cuervo mensajero a los demás reinos para informarles del peligro, al igual que ella, envió una flecha a cada aldea elfica.

Pero también había enviado una flecha a Ethari.

— Ya llevamos a los heridos dentro del castillo...— murmuró mientras se acercaba a su hija.

— y quitamos todos los escombros, Ezran... necesitas descansar, muchas emociones juntas...— indicó Callum, mientras acariciaba el cabello del menor.

— Mi reino me necesita... no puedo descansar...— susurró, separándose de Rayla.

— Te necesita, no lo negamos... pero necesitas descansar, estar listo para afrontar todo lo que vendrá ahora y estás pasando por un choque emocional...— quizás se estaba metiendo donde no debía, pero si ese niño se mostraba así frente a su reino, este sentiría que estaban débiles.

— Está bien... — no estaba muy seguro, pero tenían razón, necesitaba que su reino le viera fuerte, no débil.

— Lo llevaré a su cuarto...— indicó Soren, ayudando al joven rey a ponerse en pie.

— Cuídalo, Soren...— pidió Callum, el nombrado simplemente asintió.

— Papá, necesitas descansar... tus heridas aún no están sanas del todo...— indicó su hija.

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