2. ¿Qué hay de malo en mí?

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Sábado, 9 de septiembre, 10:21
(A la mañana siguiente)

Sara

Me despierta el sonido del timbre. Me froto los ojos y salgo rápido de la cama. No me molesto en cambiarme de ropa. La vieja camiseta de propaganda y el short con pelotillas que uso como pijama me acompañan hasta la puerta. Giro la manilla.
   
—¡Buenos días! —me saluda Alberto.

—¡Por fin te veo! —Salto a sus brazos.

—¿Cómo estás?

—Un poco enfadada contigo. ¡Tienes mucho que contarme!

—A eso vengo. Bueno, y a desayunar.

—Quiero cereales. —La voz de Elisa interrumpe el abrazo—. ¿Tienes de los que me gustan?

—Los compré ayer. Para que veas que siempre pienso en ti.

—Eres la mejor. —Besa mi mejilla.

—¿Dónde está el imbécil? —Alberto mira a los lados—. No ha dormido en casa.

—Sigue en la cama.

—Voy a despertarlo.

Elisa y yo lo seguimos por el pasillo. No es la primera vez que duermo con Lucas. La culpa la tienen las interminables charlas de madrugada. Ayer no fue la excepción. Lucas se despertó cuando la película estaba a punto de terminar y después nos quedamos hablando hasta que el sueño nos venció.

—¡Eh, tú! —Alberto se lanza sobre él—. ¡Despierta!

Lucas lo aparta de un manotazo.

—¿Qué haces aquí? —protesta adormilado.

—Darte los buenos días, mi rey. Anoche te eché de menos. Me dejaste solo...

Resopla y se tapa los ojos con el brazo.

—Ya me has jodido el día.

—Qué dramático eres. —Alberto le da un par de palmadas en el pecho—. Venga, levántate, que tengo hambre y no quiero esperar por ti para desayunar.

Elisa me agarra del codo. Salimos de mi habitación todavía intentando aguantar la risa. Cuando llegamos a la cocina, Alberto aparece detrás de nosotras.

—Eres un mentiroso —dice Eli—. No dormiste solo. Tu novia pasó la noche contigo.

Alberto se encoge de hombros y se ríe. Me mira.

—¿Van a ser muchas preguntas? Porque si la respuesta es sí, necesito dos cafés. O un café con un chorro generoso de ron.

—¿Cómo se llama? —Suelto la primera. Elisa enciende la cafetera.

—Cristina.

—¿De qué la conoces?

—¿Te acuerdas de la fiesta a la que fui con los de mi clase en junio?

—¿Cuál de todas?

—La última. La de fin de cuatrimestre.

—Ah, sí.

—Pues la conocí esa noche. Los de Enfermería nos invitaron a chupitos.

—¿Cristina estudia Enfermería?

—Va a empezar cuarto este año.

—¿Vive aquí?

—Sí, es de Valencia.

—¿Entonces cómo hicisteis estos meses? ¿Viniste a visitarla o...?

—Este verano ha pasado más tiempo aquí que en su casa. —Lucas aparece en la cocina. Su pijama es aún más sencillo que el mío; la camiseta que usó ayer y unos pantalones cortos de algodón. Saluda a Elisa con un beso en la mejilla. A mí me regala otro en la cabeza.

Desde siempre fuimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora