Prologo

131 9 9
                                    

—Hay algo de lo que tenemos que hablar Ofelina—dice mi jefe sentándose tras su escritorio mientras la mujer con la que se casara el día de mañana me observa nerviosa.

¿Ahora que hice?

—Sea lo que sea por lo que este aqui o lo que le hayan contado de mi es falso señor Caruso—me defiendo dignamente, Irisha la futura dueña y señora de esta casa se ríe descaradamente.

—Amor estas asustando a Ofelina, bájale un poquito a tu seriedad—pide a su prometido quien me observa profundamente a lo cual le respondo con una sonrisa nerviosa.

¿A quien no pondría nerviosa? si el señor Caruso es un hombre muy guapo y respetable a pesar del genio jodido que se maneja pero eso no voy a decirlo nunca por mi bien...

—De acuerdo—dice rodando los ojos—, vamos a ir el punto Ofelina, hemos estado hablando con Irisha y hemos decidido darte una oportunidad que esperamos disfrutes.

¡Joder ahora si estoy nerviosa!

—Ya son mas de 3 años, casi 4 años desde que trabajas para mi y jamás he tenido ninguna queja de tu parte excluyendo tus escapadas con Irisha que solo las pone en peligro a ambas—dice con su amenazante mirada viendo entre ambas que fingimos demencia—, eres una buena mujer y excelente trabajadora y eso ya dice mucho de ti.

—Ohhh gracias señor—digo formando un puchero, esto es lo mas bello que me ha dicho después de todo.

El rueda los ojos.

—Tienes mucho potencial y tantas ganas de vivir que quedándote a trabajar aqui como empleada hará que solo te estanques en tu crecimiento—habla Irisha.

Me pongo de pie exageradamente sobre pensando sus palabras.

—¿VAN A DESPEDIRME?—grito asustándolos—, ¡Ohhh por favor no! ¡no lo hagan! señor Caruso recuerde que tengo a una madre y hermano que mantener—veo a Irisha—, ¡Irisha eres mi amiga no puedes hacerme esto!

Cuando estoy apunto de llorar Irisha se acerca para rodearme entre sus brazos.

—No digas tonterías Ofelina jamás te despediríamos—siento suave palmaditas en mi espalda—, al contrario, vamos a darte la oportunidad de que estudies, de que puedas salir adelante...

Dejo de sollozar para observarla.

—¿Que?—digo perpleja.

—Vas a poder estudiar Ofelina—Irisha acaricia mis mejillas suavemente—, no necesitas trabajar mas aqui cuando un futuro te espera allá afuera.

—Nos tomamos la libertad de inscribirte en una de las mejores universidades de los Estados Unidos—dice el señor Caruso ganándose mi atención—, podrás escoger la carrera que tu quieras y por el pago ni te preocupes que eso ya esta arreglado al igual que todo lo relacionado con tus años de estadía allá, no necesitas trabajar ni hacer nada mas que concentrarte en tus estudios.

—Pe-pero..., mi familia—tartamudeo.

—He llegado a un acuerdo con tu hermano y le he ofrecido trabajo, el ayudara con los gastos de tu madre, no debes preocuparte por eso porque ya los has ayudado mucho, ahora mereces ponerte a ti como prioridad—habla el señor que me recibió hace ya varios años, el que a pesar de mi corta edad no dudo ningún segundo en darme trabajo después de contarle mi situación, ese señor que a pesar de sus protestas y malas caras me ha apoyado cada que se lo he pedido.

Sollozo.

—¿Dime que dices?—dice una Irisha feliz y con ojos llorosos a mi lado, una chica grandiosa que adoro con todo mi corazón considerándola mi mejor amiga, una bonita luz que ilumina por donde sea que camina—, tal vez debimos preguntarte antes pero decidimos arriesgarnos, solo pensé en que mereces esto, mereces ser feliz y estudiar como yo lo estoy haciendo.

Sonrió derramando mi primer lagrima.

Me es imposible no soltar un chillido antes de lanzarme a sus brazos y abrazarla con fuerza.

—¡Pienso que ustedes son grandiosos!—grito haciéndola reír y abrazándola mas fuerte—, claro que quiero estudiar, no saben lo feliz que me hacen con esta oportunidad, jamás podría pagárselos...

—No tienes porque pagarnos nada, solo da lo mejor de ti cada día—me susurra al oído—, tus buenas notas serán tu recompensa.

Me alejo limpiando mis ojos llorosos.

—Podría besarte ahora mismo—le digo haciendo que el hombre que no me había dado cuenta que ya no se encontraba sentado me mire mal.

—Espero por tu bien que no—dice receloso y rogando por mi vida me lanzo a su cuerpo para abrazar su cintura.

El abrazo mas frio y despreocupado que jamás he sentido sin duda.

El señor Marcello ni siquiera me toca.

—Gracias señor Caruso, no sabe lo mucho que voy a extrañar trabajar para usted—digo abrazándolo y escuchando como su prometida le susurra "Abrázala no seas grosero"—, aunque no extrañare planchar sus jodidos trajes ¡Paz y libertad al fin!

—¡OFELINA!—riendo dejo de abrazarlo para mirarlos a ambos que que inconscientemente se buscan el uno al otro, el le rodea su cintura mientras ella se deja abrazar.

La pareja mas linda sin duda.

Me gustaría algún día encontrar un amor así.

Un corazón apasionado que este dispuesto a todo por mi.

Suspiro, deseando eso.

—No saben como les agradezco esto que están haciendo por mi, no pienso defraudarlos—afirmo con seguridad—, voy a extrañarlos y quiero que sepan que son personas importantes en mi vida, los quiero muchísimo y no me alcanzaría la vida para pagarles todo lo que están haciendo por mi y mi futuro. Gracias sin duda.

Ambos me sonríen y vuelvo a correr hacia ellos para abrazarlos.

Sin duda voy a dar todo de mi mientras este en aquel país extranjero tan lejano de todo lo que conozco y las personas que quiero.

Todo saldrá bien, yo espero que si.

¡Me voy de Italia!

Hay jodida mierda ya lo pensé mejor y esto sin duda no será fácil...

¡Vamos Ofelina, tu puedes con esto y mas!

...

Kathelina:

Aqui tenemos el prologo de la historia, este debí subírselos ayer pero he estado bastante enferma y no pude hacerlo pero ya me siento mejor.

El fin de semana les traigo el primer capitulo.

¡Nos vemos pronto lectores!

Posdata: Gritito por la aparición de Marcello e Irisha, mis niños bellos.

Corazón Apasionado (Libro 2 de trilogía "Latidos del corazón")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora