12. Desamor y estrategias

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El ambiente en la casa que compartían Lía y Jackson se había vuelto sofocante. Lo que alguna vez fue un refugio de amor y esperanza, ahora se sentía como una prisión. Tras los eventos traumáticos recientes, Jackson había cambiado drásticamente. El hombre cariñoso y protector que Lía había conocido se había transformado en alguien frío, posesivo y controlador. La situación se había vuelto insostenible para Lía, quien, a pesar de todo, seguía esperando encontrar una salida.

Lía había intentado hablar con Jackson sobre su deseo de terminar la relación, pero cada vez que lo hacía, él reaccionaba con furia o, peor aún, con una calma inquietante que la asustaba. No podía entender cómo el amor que alguna vez compartieron se había convertido en esto, pero sabía que tenía que escapar antes de perderse completamente.

La Primera Estrategia: El Viaje Ficticio

Una tarde, Lía decidió poner en marcha su primer plan de escape. Le dijo a Jackson que quería visitar a su abuela, que estaba enferma, y que necesitaba ir sola para no llamar la atención. Esperaba que Jackson, siempre protector con su familia, accediera a dejarla ir. Pero él solo la miró fijamente, sus ojos fríos.

—No puedes ir sola, Lía. No es seguro —dijo Jackson, su tono decidido.

Lía se esforzó por mantener la calma, a pesar de sentir el pánico creciendo dentro de ella.

—Pero Jackson, es mi abuela. Estará bien, solo serán unos días —insistió, tratando de sonar convincente.

Jackson negó con la cabeza, su expresión imperturbable.

—No. Si algo te pasa, no podría soportarlo. Iremos juntos o no irás en absoluto.

Lía sintió una mezcla de frustración y desesperación. Su plan había fracasado, y ahora tenía que pensar en otra cosa.

La Segunda Estrategia: La Fuga Nocturna

La siguiente estrategia de Lía fue más arriesgada. Sabía que Jackson a menudo salía por la noche a beber, y aprovechó una de esas ocasiones para intentar escapar. Esperó a que él se fuera, asegurándose de que estuviera bien fuera de la casa antes de comenzar a empacar una pequeña mochila con lo esencial.

Con el corazón latiendo con fuerza, Lía se dirigió a la puerta trasera, rezando para que Jackson no regresara antes de tiempo. Justo cuando estaba a punto de salir, la puerta principal se abrió de golpe. Jackson estaba allí, su expresión oscura y enfadada.

—¿A dónde crees que vas? —gruñó, sus ojos brillando con una ira contenida.

Lía retrocedió, sintiendo el miedo inundarla.

—Yo... solo quería tomar un poco de aire fresco —improvisó, su voz temblando.

Jackson avanzó hacia ella, arrancándole la mochila de las manos. La revisó y encontró la ropa y los artículos personales que había empacado.

—¿Aire fresco, eh? —dijo con sarcasmo—. No vuelvas a intentar algo así, Lía. Es peligroso allá afuera, y yo solo quiero protegerte.

Lía bajó la cabeza, sus ojos llenos de lágrimas. Sabía que estaba atrapada, pero también sabía que no podía rendirse.

La Tercera Estrategia: La Aliada Inesperada

Desesperada, Lía decidió recurrir a un aliado inesperado: la vecina anciana que vivía al lado. Sabía que la mujer tenía contactos en la comunidad y tal vez podría ayudarla a escapar. Durante una de las pocas ocasiones en que Jackson la dejó salir al patio, Lía se acercó a la valla y le susurró a la mujer sobre su situación.

—Necesito ayuda para salir de aquí. No puedo quedarme más tiempo —imploró Lía, con la voz quebrada.

La vecina, una mujer amable que había notado la tristeza de Lía en los últimos meses, asintió discretamente.

—Lo entenderé, querida. Te ayudaré, pero tienes que ser muy cuidadosa —le respondió en un tono suave pero decidido.

Durante los días siguientes, Lía y la vecina intercambiaron notas y pequeñas señales para coordinar el escape. El plan era que la vecina distrajera a Jackson mientras Lía se escabullía por la puerta trasera. La noche del escape, Lía sintió una mezcla de esperanza y miedo. ¿Funcionaría esta vez?

El Escape Fallido

Sin embargo, el destino tenía otros planes. Justo cuando la vecina iba a distraer a Jackson con una falsa emergencia, uno de los amigos de Jackson llegó inesperadamente. La distracción fue menos efectiva de lo planeado, y Jackson, siempre vigilante, notó el comportamiento inusual de Lía. La atrapó una vez más mientras intentaba salir, esta vez con una mezcla de ira y algo más oscuro en sus ojos.

—Lía, ¿cuántas veces tengo que decirte que no puedes irte? —dijo, su voz baja y amenazante—. No puedo perderte. Eres mía.

Las palabras de Jackson hicieron que Lía sintiera un escalofrío. Se dio cuenta de que la situación era más grave de lo que había imaginado. Jackson no solo era posesivo, sino que su control sobre ella parecía ir más allá del simple miedo a perderla. Lía empezó a entender que no estaba lidiando solo con un hombre herido, sino con alguien que había cruzado una línea peligrosa.

La Resolución de Lía

Esa noche, mientras Jackson dormía, Lía se sentó en la cama, mirando el techo. Sabía que no podía seguir viviendo así. La vida que alguna vez había compartido con Jackson era solo un recuerdo distante, reemplazado por una realidad llena de control y miedo. Decidió que debía encontrar una salida, aunque eso significara tomar medidas más drásticas.

Al día siguiente, Lía comenzó a planear con más cautela. Sabía que no podría escapar sola; necesitaba ayuda externa, quizás de su familia o incluso de las autoridades, aunque esto último significara exponer todo el peligroso mundo en el que Jackson estaba inmerso. Era un riesgo, pero estaba dispuesta a tomarlo. Jackson había cambiado tanto que era casi irreconocible, y aunque aún sentía algo por él, sabía que no podía sacrificar su libertad y su paz mental por un amor que había dejado de ser sano.

THE HORROR LOVE ( EL AMOR DE TERROR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora