14.Tragedia

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La noche estaba en su punto más oscuro con luna llena cuando Lía y Jackson, aún recuperándose de sus heridas lía en la casa de sus  padres y jackson en un pequeño apartamento , recibieron un mensaje de Alex, un hombre que ambos creían que era su amigo. Había sido una presencia tranquilizadora durante los momentos más difíciles, y ahora parecía ser su única esperanza de escapar del peligro que los rodeaba. Alex les había dado instrucciones precisas: Jackson debía vestir un suéter azul, y Lía uno verde. Según Alex, esto era para que él pudiera identificarlos y enviar ayuda.

Pero lo que Lía y Jackson no sabían era que Alex tenía sus propios planes. Siempre había sido un aliado de Mark, y tras la muerte de Mark y el fracaso de su plan inicial, Alex había ideado un plan B: un juego cruel y manipulador que pondría fin a la vida de ambos. La ropa que les había indicado usar no era para identificarlos como amigos, sino como enemigos el uno para el otro.

Lía, aún débil y preocupada por Jackson, siguió las instrucciones de Alex sin dudar. Se vistió con un suéter verde, preguntándose por qué Alex le había pedido específicamente ese color. No obstante, confiaba en él. Mientras tanto, Jackson se puso el suéter azul, también sin sospechar nada. Ambos se dirigieron al lugar acordado, una calle oscura y solitaria a las afueras de la ciudad, con la esperanza de encontrar una salida a su pesadilla.

Dentro del bosque, el ambiente era tenso. Lía sostenía una pistola, con las manos temblorosas, mientras recordaba las instrucciones de Alex: debía estar atenta a un hombre con un suéter azul. "Es un enemigo", le había dicho Alex, con una voz que ahora parecía más fría de lo que recordaba. Por otro lado, Jackson, armado y alerta, buscaba a una chica con suéter verde, convencido de que era un peligro para ambos.

Los pasos y pisadas a las ramas y rocas del suelo resonaron en el medio del  bosque. Lía y Jackson se movían con cautela, sus respiraciones pesadas y sus corazones latiendo rápidamente y aun sin saber quienes eran ellos creídos de que eran enemigos . De repente, se encontraron en medio del bosque, bajo la tenue luz del sol reflejada a la luna . En la confusión de la oscuridad y la tensión, no pudieron reconocerse.

Lía levantó su arma, y Jackson hizo lo mismo. Los segundos se sintieron como horas. En sus mentes, la imagen del supuesto enemigo se superponía con la realidad. Entonces, en un instante de pánico y confusión, ambos apretaron el gatillo.

El sonido de los disparos resonó en el bosque , seguido por un silencio sepulcral. Lía cayó primero, con el rostro marcado por el dolor y la sorpresa. Jackson, herido pero aún consciente, se tambaleó hacia ella, sus ojos llenos de horror mientras comprendía lo que acababan de hacer.

—¡No! —gritó, su voz quebrada por el dolor físico y emocional—. ¡Esto no tenía que terminar así!

En ese momento, el cielo se rompió en una lluvia torrencial, como si el universo mismo llorara por la tragedia que se desarrollaba. Jackson se dejó caer junto a Lía, quien yacía inmóvil en el suelo, luchando por respirar. Lágrimas corrían por sus mejillas mientras la abrazaba con fuerza, ignorando el dolor de su propia herida. Miró alrededor frenéticamente, como si todavía pudiera encontrar una manera de salvarla.

—Lía, mi amor, no te vayas... por favor, quédate conmigo. Yo... te amo... —susurró, su voz ahogada por el llanto sin saber que eso seria lo ultimo que diría en su vida.

Lía, con las pocas fuerzas que le quedaban, intentó sonreírle. Sus labios se movieron débilmente, tratando de formar palabras que parecían no salir. Finalmente, con un hilo de voz, logró decir:

—Per... perdón... —su voz se apagó mientras sus ojos se cerraban suavemente.

Jackson, en un estado de shock y desesperación, gritó de nuevo, esta vez con furia dirigida hacia Alex.

—¡Maldito traidor! ¡Te odio, Alex! ¡Púdrete en el infierno, maldito! —Sus palabras resonaron en el bosque, pero no hubo respuesta, solo el eco de su dolor.

Jackson sostuvo a Lía en sus brazos, sintiendo cómo la vida se desvanecía de su cuerpo. Los segundos se hicieron eternos mientras la realidad se hundía en su corazón: todo había sido una trampa, una manipulación cruel de alguien en quien confiaban. Con un último suspiro, Lía dejó de respirar, y Jackson, devastado, dio su ultimo beso.

El agua de la lluvia se mezclaba con la sangre en el suelo, creando un escenario triste y desolador. Los cuerpos de Lía y Jackson yacían juntos, unidos en la muerte como lo habían estado en la vida, víctimas de una traición que nunca vieron venir. En sus últimos momentos, se habían abrazado, sus labios tocándose en un beso final mientras la lluvia caía sobre ellos, como una cortina que cerraba el trágico capítulo de sus vidas.

Alex y sus aliados, observando desde las sombras, se acercaron para confirmar su victoria. Con una sonrisa fría, Alex miró los cuerpos inmóviles de Lía y Jackson. Había logrado lo que Mark y los demás no pudieron: destruir a Jackson de la manera más dolorosa posible.

Así, la historia de Lía y Jackson llegó a un final trágico, marcado por el engaño y la traición, una historia de amor que terminó en tragedia bajo las sombras de un juego mortal. En la soledad de la noche lluviosa, sus cuerpos permanecieron allí, juntos hasta el final, mientras el mundo seguía girando, ajeno a su desdicha.

THE HORROR LOVE ( EL AMOR DE TERROR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora