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Mina no podía dormir, el recuerdo de la tarde no lo dejaba estar tranquila.

¿Fue un sueño? Porque le parecía muy irreal que la mismísima Son Chaeyoung le haya dicho que la quiere.

Aún recordaba la mirada que le dio cuando se lo dijo, sus ojos mostraban sinceridad, no contenían ningún tipo de diversión ni nada por el estilo.

Pataleo una vez más y se tapó la cara, haciendo que Jungkook le lance una almohada.

— ¿Acaso se subió un insecto a tu cama o por qué estas así?

— Lo siento.

— Mjum, tirame mi almohada por favor.

La omega se la lanzó, se dio la vuelta y cerró los ojos.

Esperaba que mañana se la pasará.

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"Su madre lo busca, dijo que necesita hablar algo importante con usted" Le había dicho Taehyung, ahora se encontraba yendo hasta la oficina de su madre.

No sabía qué podía ser ese algo importante.

Tocó la puerta cuando estuvo enfrente de la oficina, obteniendo un "adelante" por parte de la alfa.

Vio a su madre revisando unos papeles, cerró la puerta y se acercó al escritorio, haciendo una reverencia.

— Madre, me informaron que quería hablar sobre algo importante conmigo.

— Chaeyoung. — La mujer se quito los lentes de lectura. — ¿Por qué rechazaste al príncipe MinSeok?

— El príncipe Kim jamás me ha llamando la atención en forma romántica, siempre lo vi como un amigo y nada más, solo se lo deje en claro. No depende de mí como se lo haya tomado.

— ¿Quién es?

Chaeyoung pestañeo confundida.

— ¿Quién es quién?

— La Omega con la que te andas viendo. Taehyung me ha comentado que te va visto con una omega sirvienta, que vas a verla en tus ratos libres y que te quedas con ella hablando, hasta lo ayudas en sus tareas.

Maldito chismoso. Pensó Chaeyoung, después hablaría seriamente con Taehyung.

— La conocí hace más de un mes, me llamó la atención y hemos estado hablando, de vez en cuando la ayudo en sus tareas porque no me deja y... Me gusta.

La reina Son la miro incrédula, cómo si esas palabras tan extrañas.

— Nunca pensé que te escucharía decir eso, al menos no estando viva.

— ¿No te molesta? Ya sabes, que ella no sea...

— ¿Un noble o de la realeza? No me importa, siempre y cuando ella te respete y tú a ella, yo estoy bien.

La pelinegra sonrió, era un alivió sentir que su madre la apoyará.

— Deberías invitarla a almorzar contigo mañana, sería como una cita. — Sugirió

— Gracias por la idea, madre. — Le dió una reverencia y salió de la habitación.

Ya tenía una nueva idea.

La princesa y la sirvienta ; michaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora