Fuck me again, please

86 7 0
                                    

Carlos reposó su cabeza en el hombro de Charles, con los ojos cerrados, esperando que el éxtasis del momento se extinguiera por completo.

El problema fue que, cuando logró estabilizar su respiración, entró en razón: ¡Se había follado a su amigo, joder! Y no a cualquiera, sino al que le gustaba.

Max estaría muy decepcionado de él si se enteraba... Eso no iba a ser nada bueno, mierda.

No se suponía que iba a dejarse llevar por las provocaciones del castaño y desatar su otro lado con ellas. sabía que, en el fondo, Charles deseaba una cosa como aquella... Y quizá, había hecho bien cumpliendo su fantasía (de ambos, de hecho) pero eso no quería decir que haber perdido el control le demostraba que no se encontraba del todo "curado".

Joder.

Parpadeó un par de veces para enfocar su visión, encontrándose con la bellísima imagen de Charles medio dormido, mirándole con una lánguida sonrisa autosuficiente. Joder, quería hacerlo de nuevo.

Pero no. No estaba bien. Debía convencer a su cuerpo de que estaba satisfecho con una sola vez. Solo una, solo una, solo...

— Calos.. —Susurró Charles. Carlos le miró con la vergüenza a flor de piel. No era su intención dejarse llevar de ese modo, de hecho, lo tenía rotundamente prohibido.— Quiero hacerlo otra vez.

Los ojos de Carlos se abrieron en grande.

— No. —Concluyó, completamente firme. Charles enfureció.

— ¡¿Por qué?! —Exclamó, moviéndose en protesta, lo que ocasionó que la hombría de Carlos se deslizara por su interior, haciéndoles gemir a ambos.

— N-no sabes... Lo que estás pidiendo... —Balbuceó el azabache, con la intención de salir cuanto antes de ese culo. Pero el menor no cooperaba.

— E-estoy c-completamente consciente d-de lo que te pido, Calos... —Susurra el castaño, meciendo aletargadamente sus caderas. Carlos se retorció, cerrando los ojos, dejándose llevar por un momento. Charles amó la forma en la que la polla del mayor se endurecía en su interior, llenándolo de nuevo. De repente, se percató de un no tan importante detalle que le dejó inquieto.— ¿Dónde están tus gafas?

Carlos abre los ojos con dificultada, intentando procesar la pregunta para intentar responderla.

— L-los he dejado en el auto. —Responde, tomando en cuenta por primera vez desde que llegó a casa, que los había olvidado allí dentro. Charles mueve sus brazos atados y los pone frente al rostro del azabache, con una súplica silenciosa en la mirada.— No te voy a desatar.

El menor hace un puchero.

—¿Por qué no? —Inquiere, apunto de empezar una pataleta. Carlos frunció el ceño.

— Me gusta tener el control y tú eres muy inquieto... —Le hace saber el mayor, empujando dentro de él, robándole un gemido desde lo profundo de su garganta. Carlos sonríe y suelta un suspiro.— En especial cuando estás ebrio.

— Mmh, Calos es un controlador...—Murmura, lamiéndose los labios.— Me gusta.

— Mierda, deja de provocarme. —Gruñe el castaño, embistiendo nuevamente.

— Oh, Calos... Más duro... —Suplica el castaño, completamente indiferente a las palabras del más alto.

Carlos suelta un bufido cuando se da cuenta de que está cruelmente siendo ignorado, limitándose a cumplir la petición del ojiverde.

El mayor obliga a Charles a que ponga sus manos nuevamente donde las tenía, agarrando con fuerza sus nalgas, impulsándose para entrar y salir nuevamente.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 07 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

FALOFILIA [ᴄʜᴀʀʟᴏꜱ] © ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora