My new friend... Carlos Sainz

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— ¡Realmente tienes que estar jodiéndome, Charlie! —Gasly gritó, golpeando el suelo con su puño. Se había caído de la cama del castaño debido a la exagerada risa de hiena que no había cesado desde que el menor empezó a contarle su primer encuentro fortuito con Carlos Sainz.

— ¡Joder, Pierre, deja de reírte! —Exclamó el castaño, lanzándole una almohada en el rostro a su mejor amigo, frustrado, avergonzado y rojo como un cangrejo de río.— Me haces sentir peor.

El rubio inhaló un par de veces antes de encontrar su voz.

— No creo que sea humanamente posible, Charlie —confesó su mejor amigo, apoyando los codos en el colchón de la cama, aún sentado en el piso.— Es decir, lo primero que sale de tu boca en frente de una criaturita del señor como Carlos es: "¿Me dejas chupártela?" —Las mejillas del menor estaban a punto de explotar.— Sólo porque quedaste sorprendido del tamaño de su mini-Carlos, que parece tener número de teléfono y todo, no te da derecho a ser un indecente. Al menos intenta invitarle a un helado. A él, no a su pene.

— ¡Pierre, basta! —Gritó Charles, tirándose de espaldas en su cama, cubriendo su rostro con una almohada, ahogando en el proceso un grito de frustración en ella. Tenía ganas de llorar por la vergüenza que pasó y estaba pasando.

Después de haber soltado lo primero que se le vino a la cabeza, no se dio cuenta de lo que había dicho hasta ver el rostro del pelinegro rojo como un tomate. El labio inferior le tembló, no pudo gesticular palabra alguna y, en ese preciso instante, nuestro querido Charlie se dio cuenta de lo que había pronunciado.

"L-lo siento... Creo que debo irme" fue lo único que el de ojos negros pudo articular. El cual se olvidó de la ducha y salió corriendo con la ropa a medio poner. Dejando a un castaño ojiverde con la disculpa en la boca y la vergüenza más abrumadora que había experimentado en su vida.

— Debo disculparme con él —balbuceó, aún con el rostro enterrado en la almohada.

— ¿Qué? —Inquirió el de ojos azules, subiéndose a la cama, quitándole la almohada de un tirón.— ¿Tú crees? Porque yo creo que la primera impresión le hace justicia a tu personalidad.

— Cállate. Debo disculparme con él. No podré vivir en paz si él sigue teniendo esa errónea impresión de mí. —Dramatizó, sentándose sobre sus pantorrillas y sacudiendo a su amigo de los hombros.— ¡Lo he traumado!

— No te preocupes, que no lo dudo. —Ironizó su amigo, rodando los ojos.— Pero escúchame cuando te digo que va a pasar de ti como la mierda. Debe estar igual o más avergonzado que tú.

— Por eso me vas a ayudar a atraparlo. —Canturreó, sonriendo exageradamente.

— Si lo secuestramos se va a asustar más. —Dijo Gasly con simpleza.

— ¡Pierreeeee...! —Lloriqueó el menor— debes ayudarme... quiero disculparme con Carlos... no puedo dejar las cosas así, aunque me muera por probar ese gran pene. Quizás, si me disculpo con él, podríamos ser amigos y me deje... me deje... oh, por la mierda, voy a tener una carpa si sigo pensando en él.

— Eres asqueroso, ¿lo sabías? —Se queja, empujando al castaño hasta hacerlo caer al suelo.— Pero te ayudaré sólo porque tú me ayudaste con Yuki. Te la debo.

— ¡Eres el mejor amigo que existe! —Grita, abalanzándose contra el rubio.

— Vale, pero, por el bien de nuestra convivencia —advierte el de ojos azules— dejarás de expresar tus asquerosos deseos de que Carlos te la entierre delante de mí, ¿capisci?

— ¡Haré lo que tú quieras!

—Eso ha sonado horrible.

— Me acabo de dar cuenta, lo siento. —Dijo el menor, avergonzado.

FALOFILIA [ᴄʜᴀʀʟᴏꜱ] © ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora