In The Dark °•[Nico di Angelo]•°

Capitulo 2.

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Espero que eso sea marcador.
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Nico di Angelo Pov.

No dormí en toda la noche. Me ponía los pelos de punta saber que Morrigan estaba allí acurrucada con Hazel.

Hubo un tiempo en que le habría confiado mi vida, pero no sabía qué pensar después de cuatro años. Me siento dolido, raro, ella estuvo allí cuando estaba solo y me entristece pensar que ha cambiado tanto.

Esa actitud misteriosa con respecto al motivo por el cual fue desterrada no me gustaba para nada. Así que no me atrevo a dejarla sin supervisión cerca de Hazel. Ella es fuerte, pero inocente y está convencida de que Morrigan es nuestra hermana. No hay motivo para desconfiar ¿Verdad? Por supuesto.

Hazel no sabe nada.

Esto va a morderme el trasero.

— ¿Qué hiciste?— Le cuestionó con firmeza, cruzándome de brazos.

Morrigan entrecierra los ojos con una sonrisa maliciosa en sus brazos.

No lleva puesta la chaqueta ni las botas, así que solo lleva puesto un top minúsculo y una minifalda. Bajo la perspectiva de Hazel ropa interior.

— La pregunta es ¿Qué no hice? ¿Eh?— Dice en un tono burlón, y no sé por qué esa sonrisa idiota en su cara hace que me hierva la sangre.

Odio esta actitud. No sé cómo sentirme cuando está siendo tan pasivo agresivo conmigo.

Sé que no hemos hablado en un tiempo, ¿Pero eso es realmente tan grave? No hubo peleas, ni faltas de respeto. Nunca fui cruel con ella apropósito. No comprendo…

Estoy triste y molesto, culpable y aturdido. Se siente como un huracán de emociones en mi interior.

Gira ligeramente la cabeza y se cruza los brazos sobre su pecho.

— No te hagas la graciosa Morrigan, dime en qué te metiste.— Siseo.

— En todo caso ¿A ti que te importa?—Dice con ligereza. Sus ojos bicolores centellan y noto que está disfrutando ponerme los pelos de punta.

Hazel nos mira alternativamente, luciendo un poco nerviosa.

— Chicos … No se peleen por favor.— Tanteo en un tono suplicante.

Morrigan giró su cabeza y miro a Hazel con una dulce sonrisa.

— No estamos peleando, Hazel.—Le aseguró —Solo quiero que … — Sus ojos se dirigen a mí y tantea—Nuestro “hermano” mayor comprenda.—Da un paso hacia mí y gesticula palabra por palabra—Que yo hago lo quiera, cuando quiera y con quién quiera.