Coffe rose - Jaeyong

III

No olviden su voto 🥺🤲🏻

Jaehyun se sentía impotente al no saber nada de Taeyong, no escuchar su voz, no ver su sonrisa ni tomarlo de la mano. No tuvo remedio más que el de visitar la cafetería sin falta todos los días y en diferentes horarios y preguntar a los encargados por su amado, pero estos afirmaban que no tenían idea de lo ocurrido y algunos ni siquiera sabían de quién hablaba.

No tuvo más remedio que seguirlo buscando, yendo a su heladería favorita, a su pastelería favorita y por supuesto a la cafetería, todos los días, intentando encontrarlo hasta que al fin su incansable búsqueda dió resultado. Su preciosa rosa estaba atendiendo con su habitual amabilidad y preciosa sonrisa, aunque de lejos se notaba ojeroso y más pálido de lo normal. Entró al local uniéndose a la multitud de personas que, en un sábado a las seis de la tarde, estaban ansiosas de una bebida y que le brindaban un camuflaje perfecto para poder acercarse sin ser descubierto.

Taeyong lo vió cuando estuvo a tres personas de ser atendido y respiró profundo, intentando mantener su buen humor.

– Buenas noches ¿Qué te sirvo hoy?

Tomó un vaso del tamaño habitual en qué Jaehyun pedía su bebida y escribió su nombre, evitando en todo momento establecer contacto visual.

– Tenemos qué hablar. ¿Dónde estuviste?

– ¿Un capucchino sin azúcar? Perfecto. – Yong lo miró amenazadoramente, nada deseoso de que la clientela los escuchara.

– ¿Estás bien amor mío? 

– En un momento estará listo ¿Tarjeta o efectivo?

– Basta Lee Taeyong. Deja de actuar así.

La voz rota de Jaehyun lo hizo fruncir el ceño.

– Jae...

– Te extrañé mucho mi vida. Sentí que iba a volverme loco. Tuve mucho miedo de que algo malo te hubiera pasado.

– No es el momento de hablar. Por favor. Nos están viendo.

En realidad la mirada del más alto lo derretía y quería estirarse y abrazarlo, pero ya no podía hacerlo.

– Entonces hablaremos cuando cierres. Te estaré esperando.

Taeyong asintió y después de servirle su café, continuó haciendo su trabajo lo más profesional y amable posible, tanto como la mirada de Jaehyun viéndolo con anhelo todo el rato se lo permitiera. Mordió su labio inferior mientras caminaba hacia la puerta cuando el último cliente salió y él finalmente volteó el letrero para indicar que estaban fuera de servicio. Había sido un día agotador.

El pelinegro lo esperaba con expresión preocupada y cansada y se aclaró la garganta al verlo acercarse a su mesa y sentarse frente a él.

– Hola Jae. ¿Cómo has estado?

Jaehyun le tomó la mano, acercándola a su rostro con ansiedad. El pelirosa deslizó sus dedos por su mejilla, acariciándolo sólo un par de veces.

– ¿Por qué no contestaste mis llamadas? No supe nada de ti ¡Dos semanas enteras Taeyong!

– Tuve muchas cosas qué hacer Jaehyun. 

– ¿Eran graves? Podía ayudarte. Podía acompañarte si lo necesitabas.

– No son tus problemas.

– No digas eso Taeyong. Tú me importas y mucho. Todo lo que te suceda es mi problema.

– Creo que estás confundiéndote.