━Cuando Edmundo Díaz llega, cambia por completo la estadía de Evan Buckley en el hospital Cedars-Sinai, no solo transformando su vida dentro de él, si no también su compañía.
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Historia desligada de la serie original. Inspirada en Grey's...
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Habían pasado unos cuántos días desde que cenó en casa de los Díaz. De alguna manera, Eddie había conseguido que se intercambiaran números, por lo que casi todas las mañanas tenía mensajes de su parte preguntándole como había amanecido. Una de esas veces, le preguntó si le mandaba mensajes de ese estilo a todos sus amigos.
Lo intenté con Chim, me dejó en visto.
El trabajo en el hospital se volvió más soportable cuando dejó la idea de no hacer amigos, no se volvió cercanos a todos, pero ya no buscaba escapar de Henrietta cada vez que quería hablar con él, o pasar su tiempo libre solo en su oficina, ya que cuando lo intentaba, llegaba el ex-militar dispuesto a arrastrarlo con él.
Fue involuntariamente, pero ya lo llamaba por su nombre. Eddie, Edmundo, Ed.
El apellido Díaz ya casi no salía de su boca a menos que sea de forma profesional, cuando tenia que hablar con el Doctor Díaz y no con su amigo. No tenía planeado que sus demás compañeros se enteraran de su nueva cercanía, pero fue culpa de si mismo que Chim se enterara y el rumor se extendiera por todo el hospital.
— Buck, llegó un menor de edad a urgencias con contusión cerebral, ya lo evalúe así que es tuyo —el neurólogo llegó a su lado, hablando mientras le pasaba el historial del paciente—. ¿Tienes planes para esta noche?
Evan lo miró luego de echarle una rápida mirada al historial, asintiendo mientras apretaba los labios en una línea recta.
— Es noche de película con Eddie y Chris —no tomó en cuenta que acababa de llamar al moreno por su nombre, o que lo más probable es que Chim no supiera que Eddie tenía un hijo. Chim lo miró con los ojos abiertos de par en par, su boca abierta, demostrando lo sorprendido que estaba—. ¿Qué pasa?
— ¿Eddie?
Se preparó para responder, pero una palmada suave en su espalda hizo que ambos voltearan hacia la nueva presencia.
— ¿Nos vamos juntos? —Eddie pasó por su lado, se veía apresurado yendo en dirección a urgencias, pero tuvo tiempo para voltear a verlo, sonriendo. Asintió devolviéndole la sonrisa antes de que éste desapareciera de su vista.
Chim intercambiaba su mirada entre él y el médico de traumas, hasta que éste desapareció. Luego su mirada estuvo puesta en él, en silencio, el suficiente tiempo como para ponerlo incómodo.
— Si eso es todo...—agarró el historial y no le dio tiempo a Chim para detenerlo antes de emprender camino hacia urgencias. Dejando al neurólogo intentando unir las piezas en su cabeza.
Fue mientras atendía al niño lesionado que se acordó de sus palabras, de sus acciones hacia Eddie frente a Chim. Quiso darse una palmada en la cabeza ante su estupidez, pero el estar trabajando con el paciente fue suficiente como para detenerlo, solo quedando esperar a que todo explotara sobre ellos.
