Sofia
Ha pasado un mes desde la discusión con Bruno en la cocina. En este tiempo, no he visto ni escuchado nada de él, ya que decidió irse a su país natal de "vacaciones" y se llevó a Dante con él. Durante este mes, he estado ocupada cocinando para eventos y perfeccionando mis recetas.
Este mes ha sido bastante movido; cada fin de semana, sábado y domingo, tenía algún evento, y algunos incluso durante la semana. Todo esto gracias a la fiesta de Santi, donde la gente quedó fascinada con mis postres y empezaron a llamarme para sus eventos.
Con tantas cosas que hacer, no he tenido tiempo de pensar en Bruno, y la verdad, es lo mejor, porque está claro que él no está interesado en mí. Lo último que necesito ahora es un hombre que no me valore.
Estoy en el departamento con mi computadora sobre el regazo, sentada en el sillón, organizando mi calendario para esta semana. Tengo varios eventos y necesito ver qué cosas debo comprar. Mientras estoy en eso, escucho la puerta de entrada y a Cami saludando.
—¿Cómo estuvo tu día? —le pregunto mientras veo que cuelga su abrigo y se quita los zapatos. Ella me lanza una mirada cansada.
—¿Así de agotador? —pregunto mientras Camila se deja caer a mi lado en el sillón.
—Demasiado agotador —dice, pasándose las manos por la cara, frustrada—. Y además de todo lo que tenía que hacer, tuve que aguantar a mi hermano, que cada día parece más amargado —se gira hacia mí y cruza las piernas sobre el sillón—. Desde el cumpleaños de Santi que está así —dice.
No puedo evitar pensar que es por el incidente, pero rápidamente alejo ese pensamiento antes de que me haga falsas esperanzas.
Dejo mi computadora sobre la mesita frente al sillón, la miro y le agarro las manos.
—Bueno, ¿qué te parece si pedimos comida y vemos unos episodios de Friends? —digo, levantando las cejas y sonriéndole, porque no hay nada que nos levante más el ánimo después de un mal día que comida chatarra y Friends.
Parece que la idea le gusta, ya que me sonríe y aplaude emocionada.
—¡Qué buena idea! Déjame que ya llamo a la pizzería —dice, levantándose y yendo a buscar su celular en su bolso—. ¿Y cómo estuvo tu día? —pregunta mientras vuelve a mi lado.
Suelto un suspiro cansado.
—Agotador también, esto de organizar tantos eventos es estresante —le hago una mueca.
—Bueno, pero piensa que con el dinero de esos eventos vas a poder ahorrar y abrir tu pastelería —deja de mirar su celular para mirarme y sonreírme.
Le devuelvo la sonrisa.
—Sí, por eso quería hablar contigo sobre una idea que tengo —digo, y esto último llama su atención. Endereza su espalda y me presta toda su atención.
—Dime.
—Quiero que me ayudes a hacer un plan de negocios para abrir una compañía de catering. Ya que me está yendo bastante bien, es una buena idea para ganar más reconocimiento y poder manejar mejor mi dinero, y así ahorrar mucho más para poder hacer realidad mi sueño —digo, entusiasmada.
—Me encantaría ayudarte, So, sé lo mucho que quieres lograrlo, así que haré todo lo que pueda para ayudarte a cumplirlo —me da una sonrisa genuina y me abraza.
—Gracias, Cami, tuve mucha suerte al conocerte —digo, abrazándola fuerte.
—Opino lo mismo —dice, riendo.
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Dulce Mentira
RomansaSofia Fernandez una chica que viaja por el mundo conociendo la gastronomia de estos ya que sueña con tener una pasteleria donde pueda ofrezer postres de cada cultura, unos de esos viajes la llevan a Italia donde conoce a un imponente hombre que le...