Mi lugar

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Capitulo 4

Si había algo en lo que no se complementaba con Freen era en hablar. Ella no se medía ni limitaba a la hora de largar sus largos y objetivos discursos y, por el contrario, la morena solía escucharla solo para asentir y darle la razón. Por eso, cuando oyó la pregunta que le hizo, aceleró en busca de un lugar seguro donde detenerse y responderle.

Debían hacerlo allí, a solas porque en presencia de Mon no entraba en sus planes y que supusiera cosas peores aún menos. Divisó a lo lejos un callejón, si doblaba a su derecha y así lo haría. Aceleró aún más y, cuando disponía a seguir el camino, alguien se atravesó con sus brazos en movimientos y pidiéndole que se detenga.

- ¿Heng? - murmuró al frenar y sentir los brazos de Freen alejarse de su cintura - ¿Heng?

- ¿Qué se supone que hacen fuera de casa? - les reclamó él en medio de la calle - la orden era estricta Becky, permanecer en un lugar seguro hasta que terminemos con nuestro trabajo

- Mi casa ya no es un lugar seguro- dijo ella abandonando la motocicleta y caminando con la morena a él - ¿qué haces tú afuera?

- Mi trabajo. No tengo una esposa y una hija que cuidar- Becky miró a Freen, que lo estudiaba con los ojos entrecerrados y una ligera tensión en su mandíbula. Se aclaró la garganta y echó un vistazo a su alrededor, antes de volver a hablarle.

- ¿Quiénes están trabajando? ¿Qué están haciendo?... Heng- insistió cuando su compañero suspiró con preocupación y acarició su cabello. Él solía actuar así cuando manejaba información confidencial o sabía que algo casi inmanejable podía ocurrir. Heng se estiró hasta ella y murmuró algo por lo bajo, cual secreto solo para los dos - puedes decirlo con tranquilidad- lo cortó ella - Freen conoce del tema

Ellos volvieron a mirarse y el chico observó de arriba abajo a la morena, antes de suspirar y asentir.

- Esto se está convirtiendo en una guerra- afirmó él y Becky frunció el ceño.

- ¿De qué estás hablando?

- Militares contra civiles, contra nosotros. Gendarmería no va a arriesgarse por el resto de Seúl y han enviado transportes

- ¿Para evacuarnos? - preguntó la castaña y él negó con seguridad.

- No van a arriesgarse. Así que, ante el posible peligro, lo eliminan- Becky dio un paso atrás, golpeando contra el pecho de su esposa y sintiendo el agarre en su cintura, sosteniéndola, como solían hacerlo cuando algo en el trabajo de la otra no marchaba bien. Eliminar en el lenguaje militar era claro y conciso: preparar armas y lanzar fuego a quién se interpusiera. Pero ella jamás lo había experimentado, solo a los ladrones durante los patrulleros que se le indicaban y tampoco había asesinado a alguno. Pero ahora, al parecer los lugares acababan de invertirse.

- No pueden hacer eso. Apenas... apenas ayer nos dieron cuarentena, Heng ¿de qué estás hablando?

Cuando él volvió a acercarse para responderle, el sonido ensordecedor de una sirena comenzó a oírse. Taparon sus oídos, con ambas manos y corrieron unos metros más atrás, donde una pared luego de caer los ocultaba un momento. Se arrodillaron y observaron metros más adelante como un violento viento sacudía los papeles arrojados cerca y demás materiales livianos.

Era un helicóptero y los tres se escondieron más, dejando solo sus ojos descubiertos para observarlo todo. Un escuadrón de militares descendió, armado y listo para recibir órdenes. Heng la miró y ella tragó saliva, bajando su mano y sosteniendo la de Freen y notando su mirada ahora.

El ocaso Freenbecky Donde viven las historias. Descúbrelo ahora