Capitulo 10
Flashback
A Freen no le gustaba realizar los que haceres, pero sabía cuánto amaba Becky que la ayudara con ellos y más aún los jueves, donde su esposa se pasaba casi todo el día fuera por su trabajo y repetía la ausencia los viernes.
Por eso, esa tarde de verano calurosa y posiblemente de las menos soportables, comenzó con algo fácil. Tomó un paño seco y una botella de limpieza y se encaminó al segundo piso de su casa. Abrió las ventanas de su cuarto y sonrió, al ver desde allí a Mon jugar con tranquilidad en el jardín delantero, casi pegada al portón de entrada.
Con sus seis años recién cumplidos, su hija decidió llevar los regalos recibidos el día anterior y se deleitaba ahora entre risas, mientras hacía hablar a su nueva muñeca y su compañero. Freen oyó la palabra boda repetidas veces y reprimió una risa, cuando la vio minutos después armar con pequeñas sillas una rápida ceremonia.
- Freen- la llamó Becky con picaporte en mano y su uniforme ya alistado - me voy. Regreso por la madrugada ¿estará todo bien?
- Claro que sí, ve tranquila- le dijo acercándose a ella y enrollando los brazos en su cuello para despedirse - te amo
- Te amo. Ya sabes dónde está mi número y...- Freen la calló con un voraz beso y coló sin espera su lengua, rejuntándola con la de ella para tranquilizarla como cada vez que esos días llegaban.
- Estaremos bien- le dijo con último beso y alejándose luego finalmente.
- De acuerdo. Pero... pero- alzó la voz Becky cuando intentó protestar - coloca la alarma antes de la cena y cierra las ventanas luego de que me vaya
- Lo haré, señora Chankimha- bromeó tironeando su corbata - ¿te espero despierta?
- No, no, descansa. No volveré hasta después de las 4. Voy a saludar a Mon
- ¿A qué no sabes a qué está jugando? - le preguntó regresando a la ventana con una sonrisa divertida pero que borró al instante tras observar el otro lado. Su hija no estaba donde minutos atrás y el portón de entrada estaba abierto - ¡Mon! - la llamó corriendo fuera del cuarto y con la castaña detrás - ¡Mon! - repitió al llegar al living, pero solo aguardó un segundo por la respuesta. Al no recibirla, continuó corriendo y llegó a la vereda. El corazón de Freen pareció explotar cuando divisó a su hija metros más adelante, casi en la esquina y viendo cómo un desconocido le soltaba la mano y escapaba tras ver a Becky quitar su arma.
- ¡Mon! - la castaña la tomó entre sus brazos y la cargó mientras veía a aquel hombre mayor desaparecer entre los autos de la ciudad. Intentó recordar su rostro o algún rasgo para, cuando lo capturara, encargarse de él ella misma.
- ¡Pero ¡qué hacías Mon! - le reclamó Freen cuando las tuvo en frente nuevamente. Becky volvió al jardín y ella cerró tras seguirle los pasos. Cuando su esposa dejó a la niña en el suelo otra vez, sus reproches salieron entre sollozos - ¡Qué hacías! ¡Jamás habíamos visto a ese hombre! ¡por qué lo seguiste!
- Freen, cálmate- le pidió la castaña.
- ¿Calmarme? - ironizó ella sosteniéndose el cabello con frustración - ¡iba a llevarse a nuestra hija!